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El general Eduardo Arias, ¿héroe o traidor?

Fue lugarteniente de Güemes en Humahuaca y Orán pero luego se complotó contra el héroe gaucho.
Domingo, 12 de agosto de 2018 00:06

Hace dos años, el Congreso nacional fue escenario de un polémico cruce verbal por la figura de uno de los jefes que secundaron a Güemes en la guerra gaucha. Se trataba del coronel Manuel Eduardo Arias, jujeño de Humahuaca y que hasta 1820, tuvo una destacada actuación en la guerra gaucha desarrollada en Salta y Jujuy. 

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Hace dos años, el Congreso nacional fue escenario de un polémico cruce verbal por la figura de uno de los jefes que secundaron a Güemes en la guerra gaucha. Se trataba del coronel Manuel Eduardo Arias, jujeño de Humahuaca y que hasta 1820, tuvo una destacada actuación en la guerra gaucha desarrollada en Salta y Jujuy. 

¿Qué motivó la discusión? Que cuatro diputados jujeños presentaran un proyecto de ley declarando al humahuaqueño Arias “héroe nacional”. Fue en la sesión del 27 de octubre de 2016 cuando el diputado Luis Lusquiño de la provincia de San Luis, tomó la palabra para fundamentar su voto en contra de la iniciativa. “Lo que me hace ruido de este proyecto -dijo- son dos palabras: héroe y nacional”. Y agregó: “Manuel Eduardo Arias fue un destacado militar de la Independencia, luchó contra el ejército español al norte de la Argentina. Este militar, capitán, nombrado por Martín Miguel de Güemes, luchó y se destacó. El esfuerzo de Arias generó que el mismo Güemes pida su ascenso al general Belgrano, quien le concedió el grado de coronel. Este es el general Arias destacadísimo; incluso el presidente Mauricio Macri este año lo ascendió a general post mortem; por su coraje y valentía. Este era un personaje enorme.

Pero no todas fueron rosas en la vida de Arias. Hubo otro Arias que se alejó cuando Güemes intento cumplir su promesa de donar tierras a quienes peleaban con él. La oligarquía salteña comenzó a conspirar contra Güemes junto con el general Arias y otro de apellido Soria. Hicieron un complot para asesinar a Güemes junto a otra persona que le decían “Panana”. El complot se frustra y son condenados a muerte, pero Güemes los perdona y a Arias lo exilia a Tucumán. Una vez ahí, el gobernador Aráoz (Bernabé) que era archienemigo de Güemes, lo nombra comandante de infantería para que luche contra Güemes”.

Finaliza su exposición el diputado Lusquiño con esta afirmación: “Está claro que este personaje es dual; por un lado le reconocemos su valentía y coraje en la lucha por la libertad de América -y con buen tino lo ascienden post morten- pero ahora en este proyecto se lo declara héroe nacional, y creo que no se lo puede declarar porque es un exceso. Los jujeños me van a odiar, pero no puedo apoyar este proyecto”, concluyó el puntano. 

Los salteños

Luego de la exposición del diputado de San Luis, los salteños Javier David (PJ) y Pablo López (PO) adhirieron a las palabras de Lusquiño. David dijo: “Creo que estamos hablando de dos etapas distintas de una misma persona y no quiero entrar en la discusión de lo mucho que pudo haber hecho en lo que respecta no solo a la guerra gaucha sino en lo que tiene que ver con la gesta de la Patria”. 

Luego y sin entrar en polémica, el salteño mocionó para “que este expediente vuelva a comisión a efectos de que, si efectivamente existe una discusión sobre este tema, podamos zanjarla con mayor profundidad. De lo contrario, vamos a votar en contra”.

Por su parte Pablo López, agregó: “Arias fue nombrado comandante por el hombre que el Directorio puso contra Güemes. Por lo tanto, no podemos declarar como héroe nacional a un personaje que conspiró contra Güemes, quien sí fue declarado héroe nacional por su actuación en la Independencia.

Por lo tanto, si el proyecto no vuelve a comisión, nuestro bloque va a votarlo negativamente”, concluyó.

Finalmente, el proyecto jujeño de Gabriela Albornoz y Gabriela Burgos (UCR), Héctor Tentor (PJ) y Alejandro Snopek (PFU), volvió a comisión el 27 de octubre de 2016, y allí duerme aún el sueño de los justos.

Un hombre que le dio resonancia épica a la “guerra gaucha”

Luchó junto a Güemes hasta 1820, pero al año siguiente lo enfrentó.

Aparentemente, Manuel Eduardo Arias nació en el pueblo de Humahuaca aproximadamente en 1785. Según Bernardo Frías, en su “Historia de Güemes y de la provincia de Salta”, era hijo de don Francisco Arias Rengel, descendiente de guerreros y conquistador del Gran Chaco, y de una aborigen que apodaban la “Coya”. 

Desde joven vivió en la finca de los Arias en San Andrés, en el camino de herradura que une Humahuaca con Orán, vía que aun existe.

En 1814 se unió a las fuerzas gauchas organizadas por el general Martín Miguel de Güemes para enfrentar las invasiones realistas. Lo hizo con el grado de capitán por ser el jefe de las fuerzas reunidas con gente de las fincas de su familia y de la villa de San Andrés.

A poco demostró que era un militar tan capaz en campaña como en combate. En 1815 fue designado por Güemes, jefe de las fuerzas de Orán, San Andrés y Santa Victoria. En 1816 fue nombrado comandante de las fuerzas de Güemes en Humahuaca. 

En la gran invasión realista de 1817, comandada por el general español José de La Serna, se destacó luchando junto a las divisiones que operaban en la quebrada comandadas por Saravia, Rojas, de la Corte y Quintana. En el transcurso de la cuarta invasión realista, Arias participa de un importante papel en Uquía (1/12/1817) donde frena el avance de la vanguardia realista. Es aquí donde el general Olañeta -jujeño por adopción al igual que su cuñado, el coronel Guillermo Marquiegui- intenta sobornar a Arias. Lo hace merced a tentadores ofrecimientos (conservar grado militar y sus fuerzas) si cambia de bando y abraza la causa del Rey. Soborno que el valeroso jefe gaucho contesta con un tiro de fusil. 

Pero en 1819, a Salta comienzan a llegar los primeros síntomas de la anarquía, y esta comienza en Jujuy. Un antecedente de ello es la carta del 23 de abril de 1819 de Güemes a Belgrano: “Desde que el exército del mando de V.E. se retiró (de Tucumán a Santa Fe) se propusieron algunos ignorantes introducir la desconfianza entre nosotros, queriendo dislocar las partes que habían formado un todo tan respetable; pero muy pronto se desengañarán...”. 

En los inicios del año 1820, comienza la sexta invasión realista a Jujuy y Salta, comandada por el general Juan Ramírez Orozco. Ante ello Güemes organiza su plan de defensa donde curiosamente ya no está el coronel Eduardo Arias. Esto surge del informe que Güemes eleva al coronel Bustos el 22 de junio de 1820. Allí están las medidas adoptadas y el nombre de los jefes que enfrentarán a la 6ª invasión. Las versiones sobre esta ausencia son varias pero lo cierto es que al año siguiente, en junio de 1821, el coronel Eduardo Arias, antiguo jefe de Orán, reaparece en Tucumán. Ahora es jefe del Estado Mayor de las fuerzas con que Bernabé Aráoz vence a las de Güemes en abril de 1821. 

¿Que pasó entre Martín Güemes y el coronel Arias?

Para el historiador Atilio Conejo, en el año 1819 “el gobierno de Güemes en Salta era blanco de la odiosidad de toda la clase culta, lustrada y principal con muy pocas y no menos honrosas excepciones...”. 

Pero en 1819, el gobierno de Güemes no solo fue blanco de críticas sino que además se abortó una conspiración, tal como ya había sucedido en dos oportunidades en 1817. Fue en diciembre cuando Güemes “descubre, merced a la delación de Panana una conspiración en su contra y donde estaban comprometidos D. Pablo Soria, D. Isidoro Alberti, y sus comandantes Fernández, Benavidez y Mariano Morales, y como sospechosos Ontivero, Valdiviezo y Belmonte, que operaban a las órdenes del Tnt. Cnel. Manuel Eduardo Arias, a quien se interceptó una carta dirigida a Olañeta. Con tal motivo se instruyó un sumario cuyo fallo condenó a muerte a Benítes y a Soria, que Güemes conmutó por multa y destierro respecto del segundo. En cuanto a Arias, pasó a Tucumán, en donde, se alió con Bernabé Aráoz”, escribe Atilio Cornejo en su “Historia de Güemes”.

Para este historiador, “el origen de la oposición a Güemes debe buscarse en los repetidos empréstitos que exigió a la gente pudiente de Salta y Jujuy.”

Para el historiador español García Camba, el alejamiento de Arias no fue solo por la conspiración aludida sino por el l “acercamiento con los realistas”, gravísimo cargo para quien había peleado tanto por la causa de la Revolución.

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