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Trabajar sin cobrar

Miércoles, 23 de enero de 2019 00:55

Trabajar sin percibir remuneración parecería alguna renacida forma de esclavitud, pero sin las “ventajas” de ser esclavo. ¿Ventajas? Me explico: el esclavo recibe comida, vestimenta y hasta atención médica, ya que es una propiedad que hay que cuidar; es una “cosa”, una “herramienta” que conviene mantener sin daños para que siga produciendo. Esta es una de las principales razones por las que se pasó, en el siglo XIX, de la esclavitud al trabajo dependiente: pagando un salario de miseria, al capitalista no le importaba si esa remuneración era suficiente para cubrir necesidades elementales del trabajador. Pero eso era lo que ocurría en el siglo XIX, en cambio ahora... bueno, en cambio actualmente... bueno, en fin... Aceptemos que la cuestión continúa bastante parecida! En la medida que el salario no alcance a cubrir las necesidades básicas (como ocurre con la mayoría de los trabajadores argentinos) no hay riesgo de que se restablezca la esclavitud que resultaría más cara en términos de costo laboral.
Es ampliamente conocido el hecho de que el presidente de EEUU, Donald Trump, dispuso, hace justo un mes, el cierre parcial de la Administración (suspensión de fondos para organismos federales) por las discrepancias que mantiene con los demócratas sobre la financiación de un muro a lo largo de la frontera con México. Por el denominado shutdown se mantiene a 800.000 empleados públicos en licencia sin sueldo o trabajando sin paga para los servicios considerados esenciales para la seguridad nacional. ¿Cómo?, ¿trabajando sin paga? Efectivamente 24.000 empleados de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos cuyo trabajo se considera esencial están obligados a trabajar, a pesar de que tras la suspensión del Gobierno no se les remunere.
Entre ellos, unos 10.000 controladores de tráfico aéreo presentaron la semana pasada una demanda contra la Administración Trump alegando que “el Gobierno privó ilegalmente” a sus miembros de sus salarios. Otros sindicatos estatales también demandaron ante el mismo juez federal, Richard Leon, pero alegando -precisamente- la Décima Enmienda que se refiere a la prohibición de la esclavitud y la servidumbre.
Leon declaró en su fallo que autorizar el pago del trabajo en estas circunstancias sería “profundamente irresponsable”, ya que “en el mejor caso crearía un caos, podría ser catastrófico... No voy a poner en riesgo la vida de las personas”. (Cabe acotar que jueces y legisladores siguen cobrando sus retribuciones.)
Simultáneamente, Donald Trump, en un tuit, compartió un anónimo artículo de opinión, aparecido en el diario de extrema derecha Daily Caller, donde criticaba a los empleados estatales por quejarse de su pérdida de salarios. El autor del artículo, que afirma ser un miembro importante de la administración de Trump, dijo que los trabajadores federales que se quejan merecen perder sus puestos, y agrega que espera que el “largo cierre termine con la resistencia” (que provoca el gobierno de Trump).
Trump tuiteó (no sé cuándo le van a prohibir usar Twitter a este hombre) que en estos días se encuentra prácticamente solo en la Casa Blanca (inclusive las personalidades invitadas a cenar han tenido que comer pizzas y hamburguesas, porque los cocineros están suspendidos). También en noviembre de 1995, cuando Bill Clinton era presidente, se presentó otro cierre del gobierno, que duró tres semanas. Pero que fueron muchísimo más que 21 días! La White House también quedó sin empleados, pero... quedaban las pasantes! Fue entonces, en esas oficinas vacías, cuando Clinton conoció a Mónica Lewinsky, una joven que hacia prácticas en la Casa Blanca. Todos sabemos lo que pasó: esas “prácticas”, en el Salón Oval, casi le cuestan la presidencia a Billy. Me pregunto: ¿Qué estará haciendo      Donald, solito hace más de     un mes?

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Trabajar sin percibir remuneración parecería alguna renacida forma de esclavitud, pero sin las “ventajas” de ser esclavo. ¿Ventajas? Me explico: el esclavo recibe comida, vestimenta y hasta atención médica, ya que es una propiedad que hay que cuidar; es una “cosa”, una “herramienta” que conviene mantener sin daños para que siga produciendo. Esta es una de las principales razones por las que se pasó, en el siglo XIX, de la esclavitud al trabajo dependiente: pagando un salario de miseria, al capitalista no le importaba si esa remuneración era suficiente para cubrir necesidades elementales del trabajador. Pero eso era lo que ocurría en el siglo XIX, en cambio ahora... bueno, en cambio actualmente... bueno, en fin... Aceptemos que la cuestión continúa bastante parecida! En la medida que el salario no alcance a cubrir las necesidades básicas (como ocurre con la mayoría de los trabajadores argentinos) no hay riesgo de que se restablezca la esclavitud que resultaría más cara en términos de costo laboral.
Es ampliamente conocido el hecho de que el presidente de EEUU, Donald Trump, dispuso, hace justo un mes, el cierre parcial de la Administración (suspensión de fondos para organismos federales) por las discrepancias que mantiene con los demócratas sobre la financiación de un muro a lo largo de la frontera con México. Por el denominado shutdown se mantiene a 800.000 empleados públicos en licencia sin sueldo o trabajando sin paga para los servicios considerados esenciales para la seguridad nacional. ¿Cómo?, ¿trabajando sin paga? Efectivamente 24.000 empleados de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos cuyo trabajo se considera esencial están obligados a trabajar, a pesar de que tras la suspensión del Gobierno no se les remunere.
Entre ellos, unos 10.000 controladores de tráfico aéreo presentaron la semana pasada una demanda contra la Administración Trump alegando que “el Gobierno privó ilegalmente” a sus miembros de sus salarios. Otros sindicatos estatales también demandaron ante el mismo juez federal, Richard Leon, pero alegando -precisamente- la Décima Enmienda que se refiere a la prohibición de la esclavitud y la servidumbre.
Leon declaró en su fallo que autorizar el pago del trabajo en estas circunstancias sería “profundamente irresponsable”, ya que “en el mejor caso crearía un caos, podría ser catastrófico... No voy a poner en riesgo la vida de las personas”. (Cabe acotar que jueces y legisladores siguen cobrando sus retribuciones.)
Simultáneamente, Donald Trump, en un tuit, compartió un anónimo artículo de opinión, aparecido en el diario de extrema derecha Daily Caller, donde criticaba a los empleados estatales por quejarse de su pérdida de salarios. El autor del artículo, que afirma ser un miembro importante de la administración de Trump, dijo que los trabajadores federales que se quejan merecen perder sus puestos, y agrega que espera que el “largo cierre termine con la resistencia” (que provoca el gobierno de Trump).
Trump tuiteó (no sé cuándo le van a prohibir usar Twitter a este hombre) que en estos días se encuentra prácticamente solo en la Casa Blanca (inclusive las personalidades invitadas a cenar han tenido que comer pizzas y hamburguesas, porque los cocineros están suspendidos). También en noviembre de 1995, cuando Bill Clinton era presidente, se presentó otro cierre del gobierno, que duró tres semanas. Pero que fueron muchísimo más que 21 días! La White House también quedó sin empleados, pero... quedaban las pasantes! Fue entonces, en esas oficinas vacías, cuando Clinton conoció a Mónica Lewinsky, una joven que hacia prácticas en la Casa Blanca. Todos sabemos lo que pasó: esas “prácticas”, en el Salón Oval, casi le cuestan la presidencia a Billy. Me pregunto: ¿Qué estará haciendo      Donald, solito hace más de     un mes?

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