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Reconocieron que la violación consiste en un abuso de poder

Plantearon que estos hechos se dan en una sociedad violenta.
Domingo, 06 de enero de 2019 02:10

Irma Silva, presidenta del Colegio de Psicólogos de Salta y subsecretaria de Desarrollo de Políticas Sociales del municipio Capital, manifestó que las violaciones en banda "son el ejercicio patente y más extremo de lo que sería un paradigma que propicia la aberración y el sometimiento". La licenciada consideró que esto se da "en un momento de caldo de cultivo importante de una sociedad en un tejido muy violentado". "Hay muchísima violencia y esto emerge en estos contextos; no es casual", expresó.

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Irma Silva, presidenta del Colegio de Psicólogos de Salta y subsecretaria de Desarrollo de Políticas Sociales del municipio Capital, manifestó que las violaciones en banda "son el ejercicio patente y más extremo de lo que sería un paradigma que propicia la aberración y el sometimiento". La licenciada consideró que esto se da "en un momento de caldo de cultivo importante de una sociedad en un tejido muy violentado". "Hay muchísima violencia y esto emerge en estos contextos; no es casual", expresó.

"Es como el imperio de la horda primitiva que insiste en aparecer. La lógica de estas cuestiones en estas "pandillas' habita un sustrato psicosocial que es epidémico y que, de alguna manera, determina la conducta colectiva de mil maneras", analizó. "Esta cuestión, en que el denominador común es la agresión, es una manera de mostrar el poder entre hombres, de disciplinar a las mujeres y de reaccionar ante el avance de los reclamos por la igualdad de género y el fin del sometimiento femenino".

Siguiendo a Segato, Silva explicó que las violaciones en banda son espectáculos para otros hombres: "A estos grupos de varones los une el machismo, el homoerotismo, que es el erotismo que circula entre los machos y en donde las figuras valorizadas son ellos mismos, no las mujeres". Sostuvo que en estos casos "la mujer es usada para ser abordada como a ellos se les ocurre en el ejercicio de poder que se establece".

La especialista planteó que en los agresores prevalece una estructura perversa, aunque no solo se trata de eso. "Lo que brinda el grupo es lograr una mayor excitación. En estos grupos hay un sometimiento de pertenencia y lo que se busca también es la aprobación de los compañeros y doblegar a las víctimas elegidas. El grupo tiene que lograr eso y lo logra mediante el ejercicio del poder físico", cerró.

Carla Tiano es la psicóloga del Programa de asistencia y orientación jurídica y psicológica a víctimas y a familiares de víctimas de delitos graves de la Secretaría de Justicia de la Provincia y brinda contención psicológica inmediata en casos de abusos sexuales, femicidios y homicidios. Señaló que los abusos que hacen jóvenes en masa tienen que ver con una necesidad de pertenencia al grupo y de aprobación social: "Hay una identificación al grupo que parte de un líder, que es el autor intelectual, y esta necesidad de conformar y de ser aprobado socialmente implica que una persona se una a la otra para cometer ese hecho delictivo".

La profesional contempló que los abusos son ejercidos por personas que no gozan del acto sexual en sí, sino del abuso de poder: "Se sienten superiores al ultrajar a una víctima. No es un acto erótico o de deseo, sino más bien de poder, de dominación".

Insistió en que por más que un abusador actúe de manera individual nunca está "solo" porque con la violación intenta probar a un otro su masculinidad para reforzarla: "Como hay una falta de un sentimiento de ser viril, sexuado, masculino, canaliza esas inseguridades por medio del hecho delictivo para intentar demostrar algo que no tiene".

ESI, clave para prevenir

Las expertas analizaron que se debe trabajar en educación sexual integral para prevenir los ataques sexuales y plantearon que faltan campañas masivas por parte del Estado para concientizar. Sostuvieron que para muchos adolescentes la única educación sexual que reciben es a través de la pornografía y que eso construye masculinidades violentas.

Hablaron sobre una sexualidad no saludable

Claudia Román Ru, coordinadora general de Salud Mental de la Provincia, se refirió a cuestiones de perversión, de psicopatía y de manipulación en los violadores, aunque advirtió que es riesgoso considerarlos como personas enfermas: “En general, en el imaginario social se busca el depravado o el perverso asociado a una imagen monstruosa y esas imágenes no concuerdan con la realidad. Por eso, a veces cuesta identificar esos signos en una persona”.
Explicó que la sexualidad es saludable en la medida que las personas que forman parte pueden decidir sobre la misma: “Cuando esto no es así y hay quienes tienen satisfacción a partir del sufrimiento de otros, no hablamos de personas que están en una condición saludable”.

“Se apunta a la masificación, buscando el anonimato, la impunidad y una mayor vulnerabilidad hacia la víctima”, dijo sobre los ataques en banda.     

Carina Salas, especialista en Psicología Clínica, docente universitaria y directora del Centro de Psicoterapias (Cepsi), evaluó que las violaciones en grupo perpetúan un modelo de poder y de asimetría de poder: “Ya no es solo el hombre en relación con la mujer, sino que es un grupo de hombres y termina sucediendo más de lo mismo: hay una cosificación de la mujer, que es vista como objeto y no como sujeto de deseo”. 
La licenciada consideró que el poder y el machismo se retroalimentan: “Me parece que esa es la posible explicación de este fenómeno que empieza a aparecer, que es alarmante y preocupante”.    

Más visibilización a través de los medios

Las profesionales consideraron que la visibilización de los casos de violaciones en banda en los medios de comunicación genera mayor conciencia social y sensibilización. “Hay que seguir hablando de estos temas”, sostuvieron. Casi todas opinaron que esto no favorece la repetición, aunque pusieron el foco en que las noticias deben proteger a las víctimas. 
“De estos temas se tiene que hablar. Se tiene que sensibilizar porque, si no, la detección se hace difícil a veces”, expresó Román Ru. “A veces, desde una ideología machista, se intentaba justificar al victimario y no se tenía cuidado hacia la víctima. Se sumaba a una situación traumática la incomprensión o el juzgamiento de la sociedad. Ahora, con este movimiento, las personas se animan a hablar y a denunciar. Creo que es positivo”, valoró.
“Los medios están tratando el tema como corresponde, como un delito. Hablan sobre los agresores y no sobre las víctimas”, destacó Soria y reprendió al diario Clarín, que cuestionó que la niña violada en el camping de Miramar no estuviera con sus familiares.

Voces de las protagonistas  

 

 

 

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