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Vergonzosa detención de un estudiante menor de edad

Fue sacado de la institución sin que los directivos actuaran en guarda de sus derechos.El estudiante no negó el incidente, igualmente recibió el trato de un delincuente.
Jueves, 31 de octubre de 2019 01:25

Un joven estudiante de una escuela de Tartagal fue detenido en el patio del establecimiento educativo, y conducido en "calidad de demorado" por efectivos de la comisaría 42 de Tartagal, sin que el personal jerárquico o docente de la institución educativa le evitara al menos la lamentable situación, anteponiendo la guarda del alumno hasta la llegada de los padres o tutores.

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Un joven estudiante de una escuela de Tartagal fue detenido en el patio del establecimiento educativo, y conducido en "calidad de demorado" por efectivos de la comisaría 42 de Tartagal, sin que el personal jerárquico o docente de la institución educativa le evitara al menos la lamentable situación, anteponiendo la guarda del alumno hasta la llegada de los padres o tutores.

El llamativo incidente ocurrió en la escuela de Educación Técnica 3.135 de la ciudad de Tartagal.

El chico se encontraba jugando al fútbol en una hora libre en el patio cuando "llegó la policía y lo arrestó".

Así, sin protocolizar la acción represiva y sin mediar delito alguno, visible, probable o denunciado.

El motivo por el cual la fuerza irrumpió en el establecimiento educativo para llevarse a un alumno, menor de edad, fue un presunto daño producido por el balón sobre un espejo retrovisor de una ambulancia que se hallaba sobre la vía pública y en las afueras de la institución.

   El chico, y su pelota, privado de libertad en la comisaría 42. Vergonzoso. 

La mecánica del incidente o accidente no fue establecida pero sí reconocida por el menor, quien incluso dijo a este medio que se hacía cargo de los posibles daño, pero que no sabia que la pelota había alcanzado el espejo retrovisor de la ambulancia.

Lo que sí trascendió es que el chofer del vehículo de emergencia llamó a la comisaría y denunció por teléfono el supuesto daño y, al parecer, apuntó en contra del menor.

Consultada una fuente jurídica sobre el tema, dijo a El Tribuno que lo que sucedió después es en mucha de sus partes ignorancia, pero en otras aristas hubo abuso de poder e inobservancia de los protocolos y de la ley en sí.

Primeramente, el ingreso de la Policía a una institución educativa donde hay menores tiene un protocolo y entre las normas que deben cumplir es que deben comunicar a las autoridades del establecimiento su presencia, luego identificar a la persona a quien van a solicitar y esperar a que los docentes o directivos comuniquen y hagan concurrir a los padres del menor al establecimiento para que estos sean notificados de la demora o detención si correspondiere. Además, para este tipo de procedimiento, los uniformados deben ingresar sin armas de fuego.

Lo cierto es que el chico fue trasladado a la comisaría 42 y en ese lugar permaneció por espacio de varios minutos u horas, sin que ni siquiera haya constituido un delito.

A pesar de que existen normas expresas en la ley y los protocolos de procedimiento policial, el personal de la comisaría 42 igualmente realizó la insólita detención del estudiante de la Escuela de Educación Técnica 3.135.

El chico implicado dijo en su descargo habló con este medio. "Estábamos en hora libre y pateamos fuerte la pelota que cruzó la tapia y pegó en el espejo retrovisor de una ambulancia", refirió el adolescente que permanecía demorado en la comisaría 42 después de episodio.

El vehículo se hallaba estacionado y pertenece a la empresa Nefro One, ubicada a un costado del establecimiento escolar, sobre la calle Belgrano.

Como el chofer de la ambulancia llamó a la policía por el incidente, a los efectivos no se les ocurrió mejor idea que detener al menor en el interior de la escuela.

El chico permaneció en silencio acariciando su pelota sin entender la gravedad no de su juego, sino de la inobservancia de los derechos que por ley le corresponden, la falta de tutela del establecimiento y la demora de la Justicia en evitar que el atropello fuera aún mayor.

"Yo les dije a los policías que fue sin querer, ni sabía que la pelota le había pegado al espejo de la ambulancia, igual me trajeron", expresó el adolescente.

 

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