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La reinvención de la deuda

Jueves, 21 de febrero de 2019 00:00

¿Cómo, por qué y para qué se endeuda el Banco Central?

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¿Cómo, por qué y para qué se endeuda el Banco Central?

Se trata de uno de los interrogantes más importantes de la actual política financiera que comprende las políticas monetaria, cambiaria y bancaria y que esconde aspectos clave de la problemática de la deuda pública.

El tema del endeudamiento cuasifiscal o endeudamiento del BCRA es tanto o más grave que el del Gobierno nacional a través de la tesorería, y ambos forman parte de una misma cuestión de fondo, que es el problema de la deuda del estado. Pero la tríada institucional gobierno - oposición política - medios mantiene un engañoso ocultamiento de la gravedad de la situación y de la extraordinaria sangría financiera que este proceso viene produciendo.

Los intereses que paga el BCRA por su deuda en Leliq y pases pasivos que son obligaciones a cortísimo plazo (1 a 7 días) se devengan a una tasa del orden del 50% nominal anual (que equivale a una tasa efectiva cercana al 100%). Los intereses totales a pagar, a este ritmo, sumarían unos $875.000 millones en el año: son $2.400 millones al día y $72.000 millones por mes.

Paralelamente el Tesoro Nacional tiene intereses a pagar en el 2019 por $746.000 millones ($2.000 millones por día, más de $61.000 millones por mes), de modo que el total actualizado conjunto de intereses a pagar devengados del Gobierno central y del BCRA resulta $1,6 billones por año.

Los intereses de la deuda pública constituyen el principal rubro del gasto público y son el de mayor y más vertiginoso incremento dentro de las erogaciones del Estado. Su cobertura es el punto clave de los acuerdos de salvataje de la administración Macri pactados con el FMI para que pueda completar su mandato este año después del fracaso de su política económico-financiera.

La crisis de deuda a que llevó la política macrista de gobernar con deuda se sostiene precisamente con más deuda.

El proceso de endeudamiento

La base monetaria es la suma del dinero en circulación más los depósitos indisponibles en cuenta corriente (encajes) de los bancos en el Central. Se trata de un pasivo del BCRA, una deuda que el Estado tiene como emisor de moneda con los tenedores de la misma, incluyendo los efectivos mínimos o encajes bancarios citados. La base monetaria tiene correlación o relación recíproca con el quantum de las reservas internacionales, que están en oro, divisas y colocaciones internacionales a plazo.

Cuando aumenta o disminuye el stock de reservas, la base monetaria se mueve en la misma dirección porque el BCRA emite en función de las reservas existentes.

Dicho con otras palabras: que cuando sube el nivel de las reservas el Banco Central imprime más dinero. Esto no sería un problema para la economía si tales movimientos fuesen una resultante de operaciones genuinas de tipo económico y/o comercial (exportaciones, servicios económicos, inversiones extranjeras directas, etc.). Pero hay un serio problema, que es a su vez un agravante, cuando esta emisión monetaria, como pasa en la Argentina, no proviene del aumento genuino de las reservas sino fundamentalmente del endeudamiento externo o de la deuda en divisas que se usa para integrar dichas reservas. Tal el caso de la citada política macrista institucionalizada de gobernar con deuda.

Mecanismo infernal

Veamos cuál es el mecanismo de este proceso de endeudamiento continuo:

Emisión inmediata: cuando ingresan dólares al país el BCRA emite su correspondiente partida equivalente en pesos (obviamente, al tipo de cambio vigente a ese momento).

Más base monetaria: esta emisión de dinero aumenta la base monetaria.

Absorción: el propio BCRA retira de circulación (absorbe o esteriliza) la mayor parte de este dinero que ha emitido colocando Letras que son obligaciones de corto y cortísimo plazo (antes, Lebac a 30 días, y hoy Leliq a 7 días y/o Pases Pasivos a solo 1 y 7 días), con el argumento antiinflacionario.

Al revés: Ergo, aunque trasponiendo los pasos, es así como las reservas se compran con deuda porque en lugar de primero tener los billetes y con esos billetes salir a comprar dólares, el BCRA actúa al revés: primero emite el dinero para comprar las divisas y luego inmediatamente después retira o recupera ese mismo dinero impreso a través de letras, que son instrumentos por los que paga las tasas de interés más altas del mundo.

Paroxismo: se trata de una operatoria que no es nueva en nuestro país, pero que ahora fue llevada al paroxismo bajo el gobierno Macri, por la cual a medida que aumenta el stock de reservas, aumentan simultáneamente las obligaciones a corto plazo del propio BCRA.

 

Paradoja: es la paradoja de que cuanto más crece el saldo de las reservas más aumenta el pasivo de vencimientos cuasiinmediatos de la deuda del Banco.

Compra de reservas con deuda

¿Por qué y para qué el BCRA sigue comprando más reservas con deuda?

El BCRA emite deuda porque entran divisas y estas divisas entran porque el BCRA las atrae pagando altísimas tasas de interés. Esto configura un proceso de virtual invención de deuda.

Es un perfecto círculo vicioso: explicado con otras palabras, yo -BCRA- subo la tasa de interés para que entren dólares. Esos dólares efectivamente ingresan y entonces emito dinero a cambio, pero enseguida rescato ese dinero por medio de letras (que pagan altas tasas de interés).

Una operatoria de este tipo favorece las ganancias extraordinarias de los capitales especulativos internacionales, y también de los especuladores locales en moneda extranjera.

Esto deja al BCRA preso de sus propias políticas, como si se equivocara a propósito.

¿Por qué el BCRA sostiene así, mediante el uso de la tasa de interés, una tendencia permanente al tipo de cambio bajo?



Porque el Estado recauda básicamente en pesos (salvo gravámenes al comercio exterior) pero la mayoría de su deuda externa e interna está en moneda extranjera (el 80%), de modo que al Gobierno le conviene y necesita un dólar bajo porque con la misma recaudación fiscal en pesos puede comprar más dólares; dólares que irán al pago de los servicios de la deuda pública (esencialmente intereses).

Pero desde el ángulo del BCRA la cosa se agrava en lo inmediato porque la operatoria lleva a una pérdida neta sin atenuantes por menor capacidad de repago, presente y futura, de sus obligaciones a corto plazo y a una carga creciente del peso de los intereses a pagar (tanto por tasa como por mayor monto de las operaciones).

El acuerdo con el FMI apuntala en este sentido el hecho que los desembolsos del organismo se destinen a reforzar las reservas internacionales del BCRA como una forma de garantía a los acreedores de la deuda externa y de la deuda en moneda extranjera en general.

Por ende, la deuda cuasifiscal del BCRA de corto plazo en pesos es el correlato interno de esta política cambiaria puesta en función de los requerimientos del sistema de la deuda pública.

Y también de la conveniencia especulativa de los acreedores en pesos, gracias a las vulnerabilidades que genera el propio sistema.

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