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Se llevó a su hija a Paraguay y ahora se niega a devolverla

La madre viajó al vecino país. Fue maltratada y echada por la familia de su ex .La niña está perdiendo la escuela. La madre teme por su integridad física.
Lunes, 04 de marzo de 2019 02:14

Un ciudadano paraguayo afincado en la localidad de San Bernardino, ubicada a 50 km de Asunción, fue denunciado en nuestra capital por negarse a devolver a una niña de 9 años que se llevó el 22 de enero bajo un permiso legal legitimado en la Ciudad Judicial y rubricado por una jueza de Paz.

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Un ciudadano paraguayo afincado en la localidad de San Bernardino, ubicada a 50 km de Asunción, fue denunciado en nuestra capital por negarse a devolver a una niña de 9 años que se llevó el 22 de enero bajo un permiso legal legitimado en la Ciudad Judicial y rubricado por una jueza de Paz.

El hombre, padre biológico de la criatura, utilizó este ardid para despojar a la madre de su hija y ni bien pisó suelo paraguayo le informó a su ex que la niña ya no iba a regresar a Salta.

La mamá, Guadalupe Salas, aseguró que esperó pacientemente el término del permiso legal rubricado por ella en sede judicial y al comunicarse con su exesposo Julio Ramón Salazar Vallejos este le volvió a repetir que la niña se quedaba en Paraguay para siempre.

Desesperada la mamá comenzó a reunir dinero y junto a su padre y madre viajaron hasta la localidad paraguaya de San Bernardino, que se ubica a unos 50 kilómetros de la capital de la vecina República, y antes siquiera llegar a la casa donde habita su exmarido en el lugar ya se encontraban los policías locales.

La mujer relató que ella desesperada pidió ver a su hija para repatriarla de inmediato, y en ese momento le dijeron que debía esperar en la puerta del domicilio, donde además funciona un local comercial, un comedor de pueblo y lugar de reuniones donde se expende alcohol al paso.

El lugar llamado en guaraní Tata cuá, o en castellano Copetín La Esperanza, según la mamá, no es el adecuado para la crianza de una niña de 9 años, acostumbrada a otro trato y a la educación que se le brindaba en esta capital, en un colegio religioso.

La mamá, desesperada, en su relató acotó que tras hacerla esperar horas, la hicieron pasar a una habitación donde se encontraba la niña, rodeada de dos guardaespaldas y un agente de la Policía de Paraguay.

"Fueron minutos interminables con mi hija hasta que el policía me sugirió en tono amenazante que no hiciera ninguna denuncia porque iba a tener serios problemas para salir del país.

Luego, mi exmarido me dijo amenazante, algo en castellano y mucho en guaraní que ya tenía lo que quería y que yo hiciera lo que quisiera, pero esa niña de Paraguay no salía más.

Me puse mal y en menos de unos minutos llegó una orden judicial. Una cautelar para impedir que me trajera a mi hija.

Las amenazas de la familia, la policía y los guardaespaldas nos hicieron volver a la frontera urgente.

Aquí llegué y denuncié primero que mi expareja no cumplió en la entrega pactada en la Justicia, luego las amenazas y ahora la privación ilegítima de la libertad de mi hija, que está secuestrada en Paraguay cuyas leyes de alguna manera están amparando el despojo que sufrí", dijo casi llorando.

Lo peor es que tras la denuncia que hice en la fiscalía de la provincia dicen que es un caso federal y en el federal lo contrario y el tiempo está pasando y mi hija está a cientos de kilómetros conviviendo con gente extraña y lejos de su madre, que la crió todo este tiempo hasta ese maldito 22 de enero", dijo esta vez llorando, quebrada en el infortunio del despojo sufrido.

"La violencia que sufro a diario de este sujeto no tiene límites. Me siento culpable de haberle dado el permiso, pero más culpable me siento de que mi única hija se encuentre en ese pueblo, en esa cantina. Necesito ayuda, necesito reencontrarme con mi hija arrebatada con mentiras y lo peor desobedeciendo la ley de nuestra Nación. La niña es argentina. Vuelvo a repetir, necesito ayuda, pero urgente.

El sujeto

El padre de la mamá despojada de su hija relató la parte más cruel de la historia y lo hizo casi sin sentir pudor, porque él también fue víctima del engaño del paraguayo Salazar Vallejos.

"Es triste decirlo, pero en el 2007 se presentó este sujeto como novio de mi hija. En ese momento el muchacho estudiaba en la UNSa, Ingeniería Agronómica.

Así la tuvo a mi hija por mucho tiempo como su pareja.

Nunca trabajó. Fue Guadalupe quien lo mantuvo y cuando no tuvo trabajo, tuve que hacerme cargo de los tres: hija esposo y nieta y los llevé a vivir a mi propia casa, para que el paraguayo siguiera estudiando.

Me caminó, la hizo bien. Nos estafó a todos", dijo con amargura.

Luego agregó: "En el 2017 se recibió de Ingeniero Agrónomo y a los pocos días le informó a mi hija que se marchaba a Paraguay. Así sin más.

Es grave lo que voy a decir porque tal vez mi hija no lo pueda hacer. Llegó una tarde a la casa con un solo boleto de ida a Asunción del Paraguay y minutos después se fue, sin decir gracias, al menos.

Apareció en el 2018 y en enero consiguió el permiso que mi hija, en un desliz de mujer se lo firmó. No cumplió, nunca cumplió y se burló de nosotros, de su esposa, de su mecenas y ahora de la Justicia Argentina, porque desobedeció lo que firmó, sí, Guadalupe necesita ayuda", finalizó.

La rescatada en Perú, un antecedente

En otro caso vinculado con una menor salteña, ayer arribó a esta ciudad la adolescente de 15 años que fue rescatada en Perú luego de haberse fugado con su pareja. La jovencita había ingresado al Registro de Personas Extraviadas, a fines del año pasado.
La menor se había fugado de su hogar el 11 de diciembre pasado y fue rescatada en Lima luego de que se aplicara el protocolo de búsqueda implementado por el Registro Provincial de Personas Extraviadas. En el caso intervino la División de Trata de Personas y Delitos Informáticos, quienes mediante diferentes diligencias investigativas determinaron que la adolescente había mantenido contacto por redes sociales con un hombre de 32 años de nacionalidad peruana.
Con el alerta de localización de Interpol la Policía local trabajó de forma articulada con la Policía de Bolivia y la División Secuestro de Perú, logrando ser rescatada en enero de este año. Luego de las diligencias judiciales y trámites con la embajada, la chica arribó al aeropuerto local bajo el resguardo de la Policía de la Provincia.
 A partir de las directivas judiciales, la adolescente fue entregada a sus padres. En el caso intervino la Fiscalía 1 de Delitos contra la Integridad Sexual y el Juzgado de Garantías 4. Lo que ahora se aguarda es la extradición del hombre que se llevó a la menor sin el consentimiento de sus progenitores.
 

 

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