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Arabia Saudita abre el tercer capítulo del Dakar     

La ASO confirmó su arribo a Medio Oriente, tras once ediciones en Sudamérica. Cómo llegaron y por qué se van.
Martes, 16 de abril de 2019 02:31

“Después de treinta años recorriendo África y de una década explorando los espectaculares paisajes de América del Sur, el Dakar, rally más grande del mundo, abre un nuevo capítulo de su historia en el Medio Oriente y el Reino de Arabia Saudita”. Con estas palabras, la Amaury Sport Organisation (ASO) confirmó lo que se esperaba: la historia entre la competencia y el sur continental finalmente se quebró.
Si bien ASO no brindó mayores detalles ni lo hará hasta el jueves 25 de este mes, el alejamiento es exclusivamente por cuestiones económicas. Las negociaciones entre los países sudamericanos y la organización se hicieron cada vez más difíciles, mientras que en Medio Oriente ofrecieron una cantidad de dólares nada despreciable (se dice que fueron 75 millones de la moneda estadounidense para que el Dakar esté, por lo menos, hasta 2024).
Fue una especie de relación amorosa con principio y fin entre el Dakar y Sudamérica. Es que después de 30 años ininterrumpidos en África, lugar que le dio el nombre a la competencia (Dakar se llama la capital de Senegal), el rally más difícil del mundo se vio obligado a abandonar esas tierras por las amenazas terroristas de 2008.

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“Después de treinta años recorriendo África y de una década explorando los espectaculares paisajes de América del Sur, el Dakar, rally más grande del mundo, abre un nuevo capítulo de su historia en el Medio Oriente y el Reino de Arabia Saudita”. Con estas palabras, la Amaury Sport Organisation (ASO) confirmó lo que se esperaba: la historia entre la competencia y el sur continental finalmente se quebró.
Si bien ASO no brindó mayores detalles ni lo hará hasta el jueves 25 de este mes, el alejamiento es exclusivamente por cuestiones económicas. Las negociaciones entre los países sudamericanos y la organización se hicieron cada vez más difíciles, mientras que en Medio Oriente ofrecieron una cantidad de dólares nada despreciable (se dice que fueron 75 millones de la moneda estadounidense para que el Dakar esté, por lo menos, hasta 2024).
Fue una especie de relación amorosa con principio y fin entre el Dakar y Sudamérica. Es que después de 30 años ininterrumpidos en África, lugar que le dio el nombre a la competencia (Dakar se llama la capital de Senegal), el rally más difícil del mundo se vio obligado a abandonar esas tierras por las amenazas terroristas de 2008.


Fue la primera y hasta ahora única vez que el Dakar se canceló. América del Sur decidió albergar la competencia y ASO dejó en claro que la carrera continuaba su rumbo, pero en otro continente.
Para que este rally llegue hubo un nombre y apellido clave: David Eli, un cordobés que llevaba 26 años organizando eventos deportivos.
El primer contacto, según contaron a El Tribuno fuentes allegadas a su empresa +Eventos, que hoy preside su hijo Pablo, se había dado dos años antes del atentado, en 2006. Querían traer el Dakar al país, pero no había un motivo para dejar África, hasta que en enero de 2008, desde Lisboa (Portugal), Etienne Lavigne, el director de la carrera que este año dio un paso al costado, confirmó la cancelación debido a la amenaza terrorista que pesaba sobre Mauritania, país que debía albergar ocho de las 16 etapas de que constaba la trigésima edición de la prueba.
Buenos Aires fue el punto de partida y también el punto final de la primera edición en Sudamérica, que tuvo como protagonistas a Argentina y Chile.
Ambos países continuaron siendo parte del recorrido en las ediciones de 2010 y 2011 (en este último año debutó el salteño Lucas Moreno, pero no pudo completar la carrera), mientras que en 2012 se sumó Perú.
En la edición de 2014 hubo un cambio: salieron los peruanos y entró Bolivia, un país que se mostró eufórico ante la llegada del Dakar a esas tierras.
El tramo de la prueba en 2015 no varió demasiado, pero en 2016 Chile dijo adiós y no volvió a ser parte del recorrido. Argentina y Bolivia se hicieron cargo durante ese año que fue especial para Salta por la llegada de Kevin Benavides en el Honda South America Rally Team, el segundo equipo de la marca japonesa.
Ese año fue histórico para el salteño porque se convirtió en el primer argentino en ganar una etapa: la 3 entre Termas de Río Hondo y Jujuy y no solo fue el mejor de los pilotos de Honda, con el cuarto puesto, sino que además se consagró como el winner rookie (ganador novato) de la temporada.
En 2017, año en que Paraguay se sumó a la competencia, el mayor de los Benavides no pudo estar porque se quebró antes de iniciar la carrera. Fue un golpe duro, pero al año volvió con todo. Ese año debutó el salteño Ramón Núñez, pero abandonó en la etapa 2.
Como integrante del equipo oficial HRC, Kevin inició su Dakar 2018 (con el recorrido entre Perú, Bolivia y Argentina), como una de las máximas figuras y frente a él debutó su hermano Luciano en KTM, la marca rival. El mayor fue subcampeón y se convirtió en el mejor latino en la historia de la competencia, mientras que el más chico abandonó en la etapa 10 por un duro golpe entre Salta y Belén.
La relación Dakar-Argentina terminó ese año. La crisis económica hizo que el país baje considerablemente el presupuesto pautado para la edición de 2019 y esto no convenció a la ASO. Bolivia tampoco fue parte de la prueba y en soledad, Perú agarró el recorrido. Kevin fue 5º y Luciano 9º, en el último año sudamericano. 
 

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