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Un video que es un testimonio de la lucha

Un valioso material editado por Hijos Salta recupera relatos que se pueden ver en internet.
Sabado, 06 de julio de 2019 00:38

La organización Hijos Salta (Hijas e hijos por la identidad y la justicia, contra el olvido y el silencio) realizó un trabajo audiovisual con Soledad Outes, en el que se rescatan testimonios valiosos para mantener viva la memoria, conocer la verdad y buscar la justicia. 

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La organización Hijos Salta (Hijas e hijos por la identidad y la justicia, contra el olvido y el silencio) realizó un trabajo audiovisual con Soledad Outes, en el que se rescatan testimonios valiosos para mantener viva la memoria, conocer la verdad y buscar la justicia. 

Canela Álvarez, Florencia Arias y Juan Tejerina son jóvenes que utilizan nuevas herramientas contra el olvido y el perdón.

Los videos son para archivar, por el alto valor de los testimonios. “Me acuerdo de mi papá casi todos los día; es constante. Pienso que mi vida hubiera sido distinta con él vivo, si no hubiera sido asesinado. Hubiera sido importante en la vida de mis hermanos, de mis hijos y definitivamente en la vida de Salta y de Argentina”, dijo Soledad en el video que se puede ver en la página de Facebook de Hijos Salta.

“La única Soledad que quiero en el mundo sos vos”, lee de su padre y la voz se le quiebra tantas veces como son leídas, desde sus 16 años hasta la eternidad. Es la herida sin cicatriz.

“Mi papá tiene varias cartas al juez Lona. Nunca lo acusaron de nada”, lanzó como una advertencia.

“Mi hermana y yo nos íbamos a Villa Las Rosas. Hacíamos la cola, nos manoseaban y luego podíamos entrar a hablar. Era un trámite de dos horas y solo 30 minutos podíamos hablar con él. Aún me acuerdo del laberinto para llegar a la sala. Nos aprendíamos los diarios de memoria para pasarle las noticias. Entrábamos sonrientes y a las penas las dejábamos para la salida. Lo fuimos a visitar hasta el último día en que nos dijeron que ya no podíamos verlo porque sería trasladado. Como ya lo habían paseado por varias cárceles no pensamos mal. No sabíamos nada. Nadie sabía nada. A los días publicaron en los diarios y yo estaba con mis compañeros de colegio en Carlos Paz”, dijo, y su relato es el testimonio vivo de que la muerte de esas 11 personas ya estaba pensada, organizada y programada con mucha anticipación.

Quizás el dolor más grande fue el momento de contarle a sus hijos, nietos de Pablo Outes, la historia que a la distancia del tiempo parece increíble, como sacada de un cuento de Franz Kafka. 

“Yo les dije a mis hijos que si hay un modelo de hombre es aquel que es generoso, valiente, solidario y cariñoso. Y que todo eso era mi papá”, señaló.

 “Lo único que nos falta ahora es juzgar a los jueces que estaban en funciones en esos tiempos. Por la justicia es siempre tu último recurso. Uno siempre acude a la Justicia cuando ve algo malo. Si te falla ese último recurso ya no te queda nada”, dijo la mujer, que espera el próximo 6 de agosto, fecha en que comenzará el debate para determinar el rol que tuvo el exjuez federal Ricardo Lona en la eterna causa por la masacre de Palomitas.

Cerrar capítulos

La reparación económica a las víctimas del terrorismo de Estado se realizó en el año 1996, y sin embargo los hermanos Outes nunca recibieron un centavo. 

Las razones: un largo litigio que mantiene su madre María Elena Jiménez y la última pareja, Sara Ricardone. “Hasta que no salga el sucesorio la Justicia no nos va a liberar lo que nos corresponde. Yo hablo por mi hermana y por mí. Mi hermano tuvo un trayecto diferente. Él era chico y volvió a Salta.

Nosotras nos quedamos en España y todo el duelo fue diferente. Sabemos que el dinero que nos correspondía ya quedó desactualizado luego de casi 25 años. Nosotras queremos comenzar a cerrar capítulos en nuestras vidas. Así como pedimos que se realice el juicio a Lona, queremos que se resuelva la sucesión de una vez por todas. Esas cuestiones también forman parte de nuestro duelo como familiares de víctimas del terrorismo de Estado”, señaló Soledad Outes.

Ninguna de las dos hermanas no tiene nada en Argentina. Con el exilio perdieron todo.

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