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Dudas del certificado laboral de Zanchetta

El documento lleva la firma de un sacerdote con línea directa al Papa. A pesar de estar suspendido, la Justicia le permitió volver a Roma por “sus funciones laborales”.
Miércoles, 28 de agosto de 2019 02:33

A pesar de que el Vaticano separó del cargo que ostentaba el obispo Gustavo Zanchetta cuando El Tribuno destapó que se había ido de Orán por denuncias de abuso de poder y sexual a seminaristas, y de los pedidos del papa Francisco en "colaborar con la Justicia", por otro lado se le facilitó un certificado laboral que el religioso presentó ante la Justicia y que le permitió regresar a Roma. Un regreso que alertó a la fiscal de la causa por "poner en riesgo la investigación".

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A pesar de que el Vaticano separó del cargo que ostentaba el obispo Gustavo Zanchetta cuando El Tribuno destapó que se había ido de Orán por denuncias de abuso de poder y sexual a seminaristas, y de los pedidos del papa Francisco en "colaborar con la Justicia", por otro lado se le facilitó un certificado laboral que el religioso presentó ante la Justicia y que le permitió regresar a Roma. Un regreso que alertó a la fiscal de la causa por "poner en riesgo la investigación".

El certificado lleva la firma de un sacerdote con "línea directa al Papa", lo que refuerza la hipótesis que sostiene que Zanchetta estuvo protegido "desde arriba" desde el inicio.

El certificado laboral presentado por el religioso ante las autoridades judiciales de Orán fue emitido el 3 de junio, seis días después que el Papa cedió una entrevista en la que aseguró que al evaluar la información de la investigación previa, vio que "era necesario hacer un juicio. Entonces lo pasé a la Congregación de la Doctrina de la Fe", indicó refiriéndose al proceso canónico que se cursa contra Zanchetta.

El certificado se emitió en medio de un proceso penal y canónico abierto, con Zanchetta separado de su cargo, y con las firmas del sacerdote Edgar Peña Parra y con el aval legal del abogado Vincenzo Mauriello. En él se indica que Zanchetta presta actualmente colaboración como asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, pasando por alto que está suspendido de sus funciones, algo que informó el mismo Vaticano.

Edgar Peña Parra es sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, y Vicenzo Mauriello es parte del mismo organismo. El sacerdote venezolano Peña Parra es el tercero más importante de la Secretaría de Estado, se encarga del personal del Vaticano. Su línea directa con el papa Francisco es tal, que es el único que puede presentarse ante su santidad sin tener una cita marcada en la agenda.

Luego de que El Tribuno destapara el caso, el 4 de enero, Alessandro Gisotti, entonces portavoz del Vaticano, aseguró que "en espera de la investigación preliminar sobre las denuncias de abuso sexual en curso en Argentina, Zanchetta se abstendrá de trabajar en el Vaticano".

Sin embargo, con el certificado laboral, Zanchetta pudo volver al Vaticano en junio luego de que se presentara espontáneamente para una audiencia de imputación. En esa oportunidad el juez de Garantías 2 de Orán, Claudio Parisi, dos semanas después de aplicarle medidas coercitivas a su libertad aduciendo que corría riesgo la investigación, con un permiso especial le permitió regresar a Italia, aunque sin quitarle las medidas aplicadas. Zanchetta regresó el 8 de agosto a Orán y la semana pasada, nuevamente con la cuña de "los motivos laborales", pudo regresar al Vaticano.

El juez Parisi le permitió regresar a Roma, aunque esta vez le retiró por completo las restricciones de salir del país: "Prestó constante colaboración con la Justicia desde el inicio de la causa, por lo que mantener las medidas de coerción impuestas sería privar al mismo de poder continuar con su labor cotidiana. Deben revocarse algunas de las medidas impuestas en su oportunidad, y que se encuentran relacionadas con su situación laboral, la que no afecta al proceso a futuro", insistió Parisi sobre los motivos laborales.

Una sucesión de hechos al que se suma esta última facilitación de certificado apuntalan aquella versión de amparo que internamente desde la Iglesia se señala hace tiempo.

Su designación fue uno de los primeros puntos que llamó la atención en la comunidad religiosa por salirse de los protocolos establecidos. Diferentes religiosos, entre ellos monseñor Andrea Buttu (uno de los cinco sacerdotes que participó de las denuncias), indicó, en la misma línea que otros religiosos que pidieron mantenerse en reserva por temor a represalias, que la designación de Zanchetta, además de ser una de las primeras del Papa, se hizo "rápidamente y por fuera de los procesos comunes", advirtió.

La cercanía entre Zanchetta y el Papa fue de popular conocimiento, al punto que cuando llegó a Salta, se lo conoció como el "obispo amigo del Papa". También el sacerdote Juan José Manzano, uno de los denunciantes, en una entrevista a El Tribuno y a Associated Press definió que Zanchetta era "un hijo espiritual del Papa", aunque también señaló que Francisco era una "víctima más de las manipulaciones" del religioso. Por su lado, los seminaristas también indicaron que Zanchetta hacía "gala" de su cercanía con el Papa.

Su alejamiento de la diócesis de Orán también fue vidrioso, oficialmente fue informado como "problemas de salud", aunque en realidad fue por las denuncias que cinco sacerdotes habían elevado contra él. "Lo hice venir y le pedí la renuncia", reconoció el Papa luego de que estallara el caso. Contó que, posterior a aquella renuncia, lo mandó a España para que Zanchetta se sometiera a exámenes psiquiátricos que derivaron en un tratamiento mensual, por lo que "no convenía que volviera a Argentina". Allí fue que decidió llevarlo al APSA, la inmobiliaria del Vaticano donde se desempeñaba como asesor, porque "el test decía que tenía capacidad de gestión", argumentó. Sin embargo, las denuncias también lo habían acusado de desmanejos económicos con fondos estatales y religiosos.

"Me llama la atención”

 

Inés San Martín es una periodista rosarina que con 26 años fue responsable del área de Prensa Internacional de la Jornada Mundial de la Juventud, que se realizó en el 2013, que convocó a periodistas de diferentes países. 
Actualmente trabaja en Crux, un portal de noticias especializado en información de la Iglesia Católica que en un primer momento fue un proyecto del periódico norteamericano Boston Globe y que ante su cierre fue mantenido por sus trabajadores. Ahora es una de las socias del portal y está asignada a cubrir los viajes papales para los que va en los mismos vuelos del Papa, por lo que conoce, como pocas personas. la intimidad de la cúpula eclesial. 

¿Quién es Peña Parra, el que firma el certificado laboral de Zanchetta? 


Es sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, el tercero en importancia. Es de alguna manera jefe de personal. Es el único que puede presentarse ante el Papa sin tener una cita marcada en la agenda.


¿Es normal que se emita un certificado laboral en este contexto judicial y canónico?


Es difícil determinar si es normal. No hay muchos casos como el de Zanchetta: un empleado del Vaticano que está acusado y enfrenta un posible juicio. Un caso con el que se podría hacer un paralelo es el del cardenal George Pell, de Australia, a quien se le otorgó una licencia para enfrentar un juicio por abuso de menores. Pell decidió inmediatamente ir a Australia y enfrentar los cargos, de los que fue encontrado culpable. Pero en ningún momento, al menos por lo que se sabe, Pell pidió un certificado de trabajo para intentar apañarse en su puesto en el Vaticano para viajar de Roma a Australia entre cada audiencia con el juez. 


El certificado tiene el peso que le dé la Justicia argentina. Lo que diferencia este caso de quizá uno en el que una persona es investigada y presente un certificado laboral, es que éste no viene de un empleador cualquiera sino del estado Vaticano. 

Desde tu experiencia, ¿qué opinión te merece este hecho?


Personalmente no me sorprende que Zanchetta haya obtenido el certificado, técnicamente, la información es correcta. Sin embargo, me llama la atención que Peña Parra o Mauriello no hayan destacado que Zanchetta se encuentra suspendido de sus funciones, aguardando el resultado de una investigación, algo de público conocimiento, pero que podría haber influenciado en la decisión del juez. Por la información que tenemos, al 3 de junio Zanchetta no solo era investigado en Argentina sino que estaba procesado por la Congregación de la Doctrina de la Fe, algo que había confirmado el papa Francisco unos días antes en su entrevista con un medio mexicano.
 

 

 

 

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