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Mirna y Anita, las reinas magas de las escuelas rurales

Desde Buenos Aires trabajan todo el año para cubrir las necesidades de las escuelas rurales de áreas de frontera. En Salta miles de niños y docentes les agradecen su labor.
Domingo, 26 de enero de 2020 00:33

Enamoradas de Salta y asombradas también por las muchas necesidades de las escuelas del interior profundo de la provincia; esas que son casa y comida para miles de niños vulnerables, Anita y Mirna Cesario, creadora y tesorera, respectivamente, de la Fundación Sumando Solidaridad, con sede en Buenos Aires, cumplieron recientemente un nuevo objetivo en territorio salteño. Estas filántropas cumplirán 33 años ayudando a pulmón a escuelas albergue de frontera en Salta, San Juan , Misiones, Jujuy y Formosa. La mitad de las instituciones destinatarias de esta ayuda solidaria son de la provincia de Salta.

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Enamoradas de Salta y asombradas también por las muchas necesidades de las escuelas del interior profundo de la provincia; esas que son casa y comida para miles de niños vulnerables, Anita y Mirna Cesario, creadora y tesorera, respectivamente, de la Fundación Sumando Solidaridad, con sede en Buenos Aires, cumplieron recientemente un nuevo objetivo en territorio salteño. Estas filántropas cumplirán 33 años ayudando a pulmón a escuelas albergue de frontera en Salta, San Juan , Misiones, Jujuy y Formosa. La mitad de las instituciones destinatarias de esta ayuda solidaria son de la provincia de Salta.

"Desde Munro, en Buenos Aires, en un inmenso depósito trabajamos todo el año para los niños del interior de la Argentina. Entre 2018 y 2019 tenemos varios proyectos concretados: paneles solares y termotanque solar en la escuela albergue 4270 Los Cardones, a 7 horas de la capital salteña, en el paraje Guasabayo adonde se llega luego de andar 4 horas a lomo de mula. Hasta los colchones fueron llevados a lomo de mula", contó Mirna Cesario.

Anita, 90 años, sigue llenando de esperanzas a las escuelas

Mirna y Anita también llegaron a las escuelas de Rivadavia Banda Sur, a 550 kilómetros de Salta capital, con mucha ayuda material y, sobre todo, con sonrisas y abrazos. Como emisarias de la bondad, recorrienron las escuelas N´4471 del paraje El Mirador y la N´ 4791 del paraje Pozo El Tigre. "En esta última hay que terminar de construir la cocina y sanitarios. No entendemos por qué hacen las cosas así, pero a esta escuela le construyeron solo dos paredes y techo, sin puertas ni ventanas ni cocina para cocinar ni pileta, y alejada 20 metros de las aulas. Con esta distribución se enfría la leche y cuando llueve es un desastre, ni un camino de cemento tienen. Al baño de la escuela de Pozo El Tigre se lo construyeron los padrinos como pudieron, tenían un agujero tapado con nailon. Ahí terminaremos la cocina y haremos baños como se merecen las personas. Ahora les llevamos bicicletas, porque caminan muchos kilómetros cada día para ir a estudiar", detalló.

Mirna, en Pozo El Tigre, con la maestra y los chicos

Como está en obras la ruta 13 en Rivadavia "llegamos a la escuela tapados de tierra, un calor insoportable y teníamos la camioneta de gendarmería en medio del monte en Pozo del Pato atascada en un barrial, gracias al drone que llevó un gendarme pudimos saber por donde seguir. Llegamos de noche a la escuela y se cortó la luz, paneles insuficientes, mosquitos por doquier, pero nada empañó la alegría de los chicos que a las 6 de la mañana ya estaban en la escuela", relató Mirna. Hay que aclarar que por las altas temperaturas que se registran en la zona en noviembre y diciembre, a las 11 de la mañana los chicos se retiran a sus casas.

En la Puna y en los valles

Este alumno, con la bici, ya no tendrá que caminar tanto

Mirna comentó: "Nuestro destino eterno es hacer de reinas magas. El secreto: colocarse en los zapatitos de los niños. Imposible relatar lo que sentimos al verlos apretando las zapatillas y juguetes contra su pecho. Un nenito de nivel inicial en Los Cardones (en la Puna) me dijo: "seño no tengo más manos'. Le estaba entregando la ropa, calzado, útiles, juguetes. Los papás con sus ojos a punto de llorar. Ahí les dimos zapatos de seguridad, que son ideales para la montaña, tenían sandalias que ellos fabrican con algún neumático que encuentran, nadie tiene planes sociales en esos lugares, trabajan su pedacito de tierra".

Y agregó: "Acá también les dimos vajilla, útiles y zapatillas nuevas, bicicletas, triciclos, ropa, les instalamos filtros especiales de agua para purificarla ya que hay arsénico y mucho sarro. Un ingeniero con el que trabajamos tiene un método único para sanear el agua".

Sumando solidaridad en la Quebrada del Toro

Mirna y Anita se empeñan en cada escuela que visitan, les dejan albergues, baños, aulas y huertas para que puedan proveer al comedor escolar.

"En El Gallinato está la escuela 4118, eso queda en La Caldera, ahí dejamos ropa, zapatillas, útiles, carretilla y herramientas para la huerta, bicicletas, tobogán, juguetes, TV, filtro de agua, entre otros elementos. En la escuela 4654 de El Simbolar, en Anta, entregamos todo lo que necesitaban y hasta un tanque de agua. En el departamento Molinos, en Hualfín, a la escuela albergue 4585 le instalamos paneles solares, baterías para los paneles, arcos y pelotas de fútbol, estanterías metálicas, metegol, estufa gigante, horno pizzero, termotanque a leña, bicicleta para una niña que caminaba 14 kilómetros ida y vuelta porque no quería estar albergada. También bufandas, gorros, guantes nuevos para todos". Agradecieron a la Agrupación Séptima de Gendarmería, a Andes Líneas Aéreas y a los intendentes de los Valles Calchaquíes que las alojaron.

 

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