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Pelopincho, tumbas y el destino de los cerrillanos pobres

Hay cuatro familias que quedaron adentro del cerco del cementeri oimprovisado.
Sabado, 24 de octubre de 2020 00:00

Acaso si fuera un barrio de "gente bien" nadie se atrevería a clavar una pala en el suelo para levantar un cacho de tierra. Pero como se trata del interior de un pueblo, donde gobierna la indiferencia, la improvisación y la soberbia, las palas cavaron tumbas y ya se enterraron a varios muertos por coronavirus en el fondo de las casas. Pisoteados, con la vida más en ruinas de lo acostumbrado, así se sienten los vecinos de Villa Evita y San José, una extensa zona poblada hacia el este de Cerrillos, donde nada importan los derechos humanos de los vivos (ni de los muertos). La Policía enfrentó ya a varios medios que concurrieron al lugar a sacar fotos y a filmar el desubicado cementerio. Incluso con tanto calor, en la zona se puede sentir claramente un fétido olor a muerto, lo que hace más incoherente todavía la vecindad que la Municipalidad de Cerrillos ha impuesto entre los vivos y los difuntos. Muchos contaron que fueron a la Municipalidad y les dijeron que "no se reciben reclamos, que tienen orden de enterrar ahí a los muertos por COVID-19".

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Acaso si fuera un barrio de "gente bien" nadie se atrevería a clavar una pala en el suelo para levantar un cacho de tierra. Pero como se trata del interior de un pueblo, donde gobierna la indiferencia, la improvisación y la soberbia, las palas cavaron tumbas y ya se enterraron a varios muertos por coronavirus en el fondo de las casas. Pisoteados, con la vida más en ruinas de lo acostumbrado, así se sienten los vecinos de Villa Evita y San José, una extensa zona poblada hacia el este de Cerrillos, donde nada importan los derechos humanos de los vivos (ni de los muertos). La Policía enfrentó ya a varios medios que concurrieron al lugar a sacar fotos y a filmar el desubicado cementerio. Incluso con tanto calor, en la zona se puede sentir claramente un fétido olor a muerto, lo que hace más incoherente todavía la vecindad que la Municipalidad de Cerrillos ha impuesto entre los vivos y los difuntos. Muchos contaron que fueron a la Municipalidad y les dijeron que "no se reciben reclamos, que tienen orden de enterrar ahí a los muertos por COVID-19".

De hecho, el antiguo cementerio de Cerrillos que recibe difuntos desde 1880, además de presentar un lamentable estado de abandono, está colapsado hace al menos cuatro años. Y el único lugar que se les ocurrió a las autoridades municipales al mando de la intendenta Yolanda Vega, para hacer un cementerio fue este predio cien por ciento inundable, con estudios de factibilidad negativos, en una zona cada vez más poblada y en litigio de expropiación.

Cuatro familias viven prácticamente adentro del cerco de lona de la flamante necrópolis, que será otra triste postal de la pandemia.

Rosa, una de la vecinas en cuyo hogar hay 10 niños, dijo: "Quieren tirarme la pared de la casa para hacer nichos ahí, contra la casa. No podemos vivir así, los chicos andan por encima de los muertos, igual que los perros. No sabemos cómo vivir con los muertos. Ya hay siete enterrados con COVID ¿y si nos enfermamos? Teníamos entendido que hay que cremarlos".

Agregó: "Yo vivo en un terreno municipal que me han donado hace 25 años. No nos da ninguna opción la Municipalidad. Me quieren derrumbar la pared de la casa. Yo les pedí que lo hagan un poquito más allá aunque sea, porque cuesta mucho levantar una pared, pero están cerrados en que es cementerio".

Contó además: "Cuando llueve acá siempre nos inundamos. Ahora con los muertos al fondo de la casa, cuando llueva van a salir flotando".

 

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