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El último tren a Qatar

Martes, 06 de octubre de 2020 02:25

“Comienza otro sueño para la Selección albiceleste”. Cuántas veces leímos y escuchamos esta frase, y que tras un nuevo fracaso nos lleva a recordar la “maldición de Tilcara”.
Cuántas veces sufrimos, festejamos y hasta lloramos después de la última gran alegría de México ‘86. Pero la ilusión se vuelve a encender, porque no nacimos para aceptar ser segundos ante el mundo.
Y esa ilusión se agranda cuando en nuestras filas tenemos al mejor jugador del mundo, ese mismo que en los cuatro mundiales que disputó con la Selección Argentina dejó todo y no pudo levantar la copa más ansiada de cualquier futbolista.
Aún queda una ficha por jugar y Lionel Messi, el rompe records, el crack del Barcelona y eje del fútbol mundial, intentará nuevamente apostar a lo que sería su “jubilación mundialista”. El último tren a Qatar ya está en marcha.
“Falta para el Mundial, todavía no se si llego”, dijo hace poco tiempo, pero lo cierto es que sí llegará, porque la prolijidad como jugador profesional lo hace un privilegiado. Es su cosecha.
Lío llegó a la Selección argentina a los 19 años, allá por el 2006, de la mano de la mano de Pekerman, un gran descubridor de talentos jóvenes, jugó solo tres partidos en la cita de Alemania y puso la frutilla del postre en la goleada 6 a 0 a Serbia y Montenegro. Nos fuimos en cuartos de final por penales frente al anfitrión.
Pero la ilusión volvió cuatro años más tarde en Sudáfrica 2010, con un Messi indiscutido como titular y con la misma edad de Maradona cuando ganó en Mundial de México; prometía un arrollador certamen. Diego fue el DT y otra vez Alemania nos mandó de vuelta, también en cuartos de final, para volvernos sin pena ni gloria y Lío, como capitán, no pudo hacer ningún gol de los 10 que hizo la Selección.
Después Brasil 2014. Samba, garotas y fiesta, pero los alemanes se tomaron la caipirinha en un final polémico, pero final al fin. Con Sabella como DT perdimos 1 a 0 esa final comandada por Lío y que lo consagró como el mejor jugador del certamen. Nada más.
Y Rusia 2018 volvió a golpearnos fuerte, esta vez con Sampaoli como DT. Habíamos comenzado mal y finalmente nos fuimos en octavos de final frente a Francia. 
Ahora Qatar está en los objetivos de la Selección renovada por Scaloni, que dejó a varios históricos afuera de carrera. Sangre nueva para darle mucha velocidad e intensidad y con un capitán que sigue vigente, pero también con la presión de ser Messi, de haber tenido un año difícil en el Barcelona y que sabe que el hilo del carretel se va acabando.

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“Comienza otro sueño para la Selección albiceleste”. Cuántas veces leímos y escuchamos esta frase, y que tras un nuevo fracaso nos lleva a recordar la “maldición de Tilcara”.
Cuántas veces sufrimos, festejamos y hasta lloramos después de la última gran alegría de México ‘86. Pero la ilusión se vuelve a encender, porque no nacimos para aceptar ser segundos ante el mundo.
Y esa ilusión se agranda cuando en nuestras filas tenemos al mejor jugador del mundo, ese mismo que en los cuatro mundiales que disputó con la Selección Argentina dejó todo y no pudo levantar la copa más ansiada de cualquier futbolista.
Aún queda una ficha por jugar y Lionel Messi, el rompe records, el crack del Barcelona y eje del fútbol mundial, intentará nuevamente apostar a lo que sería su “jubilación mundialista”. El último tren a Qatar ya está en marcha.
“Falta para el Mundial, todavía no se si llego”, dijo hace poco tiempo, pero lo cierto es que sí llegará, porque la prolijidad como jugador profesional lo hace un privilegiado. Es su cosecha.
Lío llegó a la Selección argentina a los 19 años, allá por el 2006, de la mano de la mano de Pekerman, un gran descubridor de talentos jóvenes, jugó solo tres partidos en la cita de Alemania y puso la frutilla del postre en la goleada 6 a 0 a Serbia y Montenegro. Nos fuimos en cuartos de final por penales frente al anfitrión.
Pero la ilusión volvió cuatro años más tarde en Sudáfrica 2010, con un Messi indiscutido como titular y con la misma edad de Maradona cuando ganó en Mundial de México; prometía un arrollador certamen. Diego fue el DT y otra vez Alemania nos mandó de vuelta, también en cuartos de final, para volvernos sin pena ni gloria y Lío, como capitán, no pudo hacer ningún gol de los 10 que hizo la Selección.
Después Brasil 2014. Samba, garotas y fiesta, pero los alemanes se tomaron la caipirinha en un final polémico, pero final al fin. Con Sabella como DT perdimos 1 a 0 esa final comandada por Lío y que lo consagró como el mejor jugador del certamen. Nada más.
Y Rusia 2018 volvió a golpearnos fuerte, esta vez con Sampaoli como DT. Habíamos comenzado mal y finalmente nos fuimos en octavos de final frente a Francia. 
Ahora Qatar está en los objetivos de la Selección renovada por Scaloni, que dejó a varios históricos afuera de carrera. Sangre nueva para darle mucha velocidad e intensidad y con un capitán que sigue vigente, pero también con la presión de ser Messi, de haber tenido un año difícil en el Barcelona y que sabe que el hilo del carretel se va acabando.

 

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