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10 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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El protagonismo del campo argentino

Sabado, 21 de noviembre de 2020 00:00

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner establece tres puntos fundamentales en su mensaje del martes 26 de octubre:

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La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner establece tres puntos fundamentales en su mensaje del martes 26 de octubre:

* "La Argentina -dice CFK- es el único país con una economía bimonetaria: se utiliza el peso argentino para las transacciones cotidianas y el dólar estadounidense funciona como moneda de ahorro y transacciones inmobiliarias". Agrega CFK: "El problema de la economía bimonetaria no es ideológico. No es de izquierda ni de derecha. Ni siquiera de centro. Y no hay prueba más objetiva de esto (que el hecho) de que todos los gobiernos nos hemos topado con esta situación. Tampoco es una cuestión de clase: los dólares los compran tanto los trabajadores como los empresarios. El funcionamiento bimonetario es el (principal) problema estructural de la economía argentina". La crisis cambiaria, reconoce la expresidenta, es la expresión actual de la crisis recurrente de la economía bimonetaria, afecta tanto al gobierno de Alberto Fernández como al de Mauricio Macri. Lo que la caracteriza hoy es una situación de extrema incertidumbre provocada por el vacío de poder en el sistema político gobernante desde el 10 de diciembre.

* El sistema político argentino es profundamente presidencialista y si se debilita la autoridad presidencial, el sistema entra en crisis como ocurre en el momento actual: "Si algo tengo en claro, reconoce CFK, es que el sistema de decisiones en el Poder Ejecutivo hace imposible que no sea el Presidente el que tome las decisiones de gobierno. Él es el que saca, pone o mantiene funcionarios. Él es el que fija las políticas públicas. No es factible que prime la opinión de cualquier otra persona que no sea el Presidente a la hora de las decisiones". De ahí que el debilitamiento de la autoridad presidencial crea inexorablemente un vacío de poder; y el resultado es la tremenda sensación de incertidumbre y la crisis aguda de confianza que experimenta la Argentina de hoy. El resultado fue una brecha cambiaria de 150% que plantea la posibilidad inminente de un salto devaluatorio de magnitud, con la consiguiente profundización de la crisis económica, el aumento exponencial de la pobreza y la exacerbación del conflicto social, desatada por la desintegración acelerada de la política y el Estado.

* Este es el tercer y crucial punto de CFK: "El problema de la (crisis) de la economía bimonetaria es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores, políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina. Esta es la realidad, y con ella se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla". CFK señala inequívocamente que este acuerdo abarca tanto al Gobierno como a la oposición y la referencia a los sectores "mediáticos" implica obviamente al Grupo Clarín.

Frente al cadalso

La propuesta de CFK no surge de una conversión ideológica o una mutación doctrinaria. Advierte la profundidad y magnitud de la crisis en marcha, la más grave y abarcante de la historia argentina. Es hija de la necesidad y sólo a ella responde. Es el ritmo de la crisis y de su agudización la que fija los rasgos y las formas de la negociación en marcha. "Nada hace a una persona más inteligente que la posibilidad de ser ejecutada en un plazo de 2 semanas", dice Oscar Wilde.

La respuesta estructural a esta crisis, que es la del sector externo -carencia de dólares genuinos provenientes de ventas en el exterior- exige multiplicar las exportaciones agroalimentarias en los próximos 2 o 3 años y el campo argentino, uno de los tres más competitivos del mundo, institucionalmente representado hoy por el Consejo Agroindustrial, está en condiciones de hacerlo en forma inmediata, desplegando su enorme potencial que está intacto.

El contexto internacional es ampliamente favorable para ello: la economía mundial crece aceleradamente en el tercer trimestre de este año (JP Morgan). Estados Unidos encabeza la expansión con un aumento del producto de 36% en este período (Reserva Federal de Atlanta). China ha recuperado en esta etapa el boom de consumo que la caracterizara hasta diciembre del año pasado, con un auge excepcional de su demanda de agroalimentos (de ahí el precio de la soja a US$ 430 la tonelada).

Todo esto ocurre con las tasas de interés más bajas de la historia (-0%). Hay más capitales disponibles que nunca para toda inversión redituable del mundo emergente.

Fortalezas argentinas

La Argentina, conviene recordarlo, en especial por su sector agroalimentario, es parte significativa de este mundo en expansión. Esto le abre al país innumerables oportunidades, cuyo aprovechamiento exige una estrategia política acorde con la dimensión del desafío.

Esa estrategia, especialmente en las provincias con áreas marginales donde aún se registran amplios espacios de pastoreo sin manejo y economías de subsistencia, deben ajustarse a las estrictas medidas ambientales y comerciales que rigen en los mercados internacionales. La Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO) estima que si se mantiene el actual nivel de degradación de las tierras fértiles se perdería la totalidad de la superficie apta para la producción agrícola en los próximos 60 años.

Las causas de la destrucción son las siguientes: utilización de técnicas de química pesada en la producción, deforestación masiva y generalizada que incrementa sistemáticamente la erosión de los suelos; y todo esto en el contexto del calentamiento de la atmósfera (cambio climático).

Algunos minerales son lo suficientemente duros y estables químicamente para mantenerse sin mayores cambios por cientos o miles de millones de años, como los zircones en las rocas más viejas del mundo. Se aprecia entonces que hay en los minerales nacimiento, crecimiento, transformaciones, cambios, metamorfosis, o sea, la naturaleza los crea, los transforma y los destruye. Pero más allá de las excepciones (mercurio, ámbar, ópalo, etc.) los minerales son sólidos naturales, inorgánicos y cristalinos, que no cumplen un ciclo vital y carecen de sentimientos.

No era esto lo que pensaba el patólogo alemán Otto von Schrön (1837-1937), amigo de Wagner y Nietzsche, quien desde 1862 hasta su muerte desarrolló investigaciones en Nápoles (Italia). Schrön que falleció centenario realizó más de 30.000 preparaciones de tejidos animales y vegetales con microfotografías y unas 12.000 preparaciones de crecimiento mineral. Desarrolló como idea una concepción unicista del plasma primigenio para los diversos reinos de la naturaleza que asumirían diferentes caracteres secundarios en cada uno de esos reinos para formar los elementos primitivos a los que llamó: zoocélulas (animales), fitocélulas (vegetales) y petrocélulas (minerales).

Sostenía que lo que hasta entonces se había considerado como materia muerta seguía realmente un proceso de vida al organizarse espontáneamente en formas geométricas, o sea que -según él- los cristales nacen, viven, luchan, se reproducen y mueren. Apunta que las petrocélulas muestran la misma morfología de las células orgánicas, esto es son filiformes, granulares y dotadas de un núcleo. Realizó experiencias con alumbre en una solución saturada y vio que al principio es perfectamente homogénea pero pronto comienza a formarse algo que llamó “petroplasma filiforme”, donde aparecían una serie de líneas en todas direcciones. Luego surgía, imprevistamente, una línea de fuerza principal que la bautizó “dinamógeno”, la que entraba en acción y regulaba todos los fenómenos de la materia circundante. Las líneas caóticas originales se organizaban geométricamente a partir de un eje hasta que adquirían simetría y regularidad. Llegó a la conclusión que el mismo fenómeno ocurría en los fundidos de las rocas ígneas y en las lavas incandescentes originando los cristales al enfriarse.
Lo cierto es que más allá del entusiasmo que puso Schrön en su trabajo vitalista y de los muchos que enarbolaron sus ideas, al final es como decía Linneo: los minerales solo crecen.
 

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