El virus SARS-CoV-2 circula en la provincia. Si bien en las últimas semanas su propagación bajó de manera notoria, ningún especialista médico puede afirmar que la COVID-19 está controlada ni descartar un rebrote de la enfermedad en Salta. Esa realidad mantiene en alerta y con cierto grado de preocupación al equipo sanitario de la Provincia por la inminencia de las Fiestas de Fin de Año, que lleva a que más gente se junte y haya aglomeraciones en los lugares de compra; la habilitación del turismo y, sobre todo, el relajamiento que se observa en la mayoría de la población en los cuidados contra el coronavirus.
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El virus SARS-CoV-2 circula en la provincia. Si bien en las últimas semanas su propagación bajó de manera notoria, ningún especialista médico puede afirmar que la COVID-19 está controlada ni descartar un rebrote de la enfermedad en Salta. Esa realidad mantiene en alerta y con cierto grado de preocupación al equipo sanitario de la Provincia por la inminencia de las Fiestas de Fin de Año, que lleva a que más gente se junte y haya aglomeraciones en los lugares de compra; la habilitación del turismo y, sobre todo, el relajamiento que se observa en la mayoría de la población en los cuidados contra el coronavirus.
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¿Por qué Salta mejoró su situación epidemiológica? Hay tres factores, según detalló el presidente del Comité Operativo de Emergencia (COE) de la Provincia.
Uno es la cantidad de salteños que ya tuvo contacto con el virus y generó inmunidad. De acuerdo a los últimos reportes del plan Detectar, alrededor del 40% de las personas asintomáticas que fueron testeadas con pruebas serológicas estuvo en contacto con el virus.
"Hay cierta inmunidad de rebaño, digo cierta porque no llegamos al 60% de la población que tuvo la enfermedad, que es lo que se habla para llegar a esa situación y que el virus no tenga adónde infectar", indicó Aguilar.
"Otro punto es el cumplimiento de los protocolos sanitarios, si bien hay muchos que no cumplen, muchos sí lo hacen. Y el tercer factor es la contención rápida por parte del equipo de salud. Si un paciente tiene síntomas rápidamente es tratado", destacó.
"El panorama ahora es bueno, estable, pero ciertamente me preocupa el futuro, porque hay un relajamiento enorme de la población y uno no sabe cuándo viene una segunda ola de la enfermedad si es que viene", admitió a El Tribuno Aguilar.
La experiencia de los rebrotes de la COVID-19 en Europa y lo que pasa ahora en Chile, donde la cantidad de personas infectadas volvió a crecer de manera significativa en 11 de las 16 regiones del país trasandino, no dejan lugar a una calma entre las autoridades médicas locales. ¿Lo que sucede en Chile, que comparte climas y latitudes con Argentina, por qué no podría pasar en Salta?
Las vacunas son una esperanza, pero aún hay incertidumbre sobre cuán efectivas serán para frenar la pandemia.
"Lo que se sabe de las vacunas es que son seguras, porque la gran mayoría han cumplido con la fase tres, que es la que brinda seguridad. Pero si las vacunas van a frenar la pandemia no lo sabemos y tampoco lo saben las empresas que las fabrican porque no tuvieron tiempo para saber eso", explicó Aguilar.
"Recién entre mediados y finales del año que viene, cuanto haya mucha población vacunada, vamos a ver cómo estamos con la pandemia, si se logra eliminarla como pasó con la viruela o la poliomielitis", dijo el cirujano.
Recordó que la vacuna contra la gripe A no hizo desaparecer a esa enfermedad sino que la hizo menos grave.
"No hay que relajarse porque va a venir la vacuna. Eso es un pensamiento peligroso. Tenemos que ser muy responsables como sociedad. Entender y no olvidarnos que estamos viviendo una pandemia", advirtió.
Hay dos escenarios que se plantean en el Gobierno con respecto a la COVID-19: un brote en el verano, por la mayor circulación de gente entre localidades salteñas y provincias, y una segunda ola de casos a partir de marzo o abril, por la llegada del otoño, que puede llevar a que las personas estén más tiempo en lugares poco ventilados y la consecuente posibilidad de contagios.
El sector turístico prendió las alertas
Hay preocupación por la actitud que se vio en el fin de semana largo.
El balance turístico sobre el último fin de semana largo fue positivo en cuanto a reservas de alojamiento y el consumo que se vio en las localidades salteñas donde el turismo es fundamental. Pero aún así, quedó un sabor agridulce para los empresarios del rubro y las autoridades sanitarias provinciales porque no se vio una actitud responsable en la mayoría de los visitantes sobre los cuidados que se deben tener ante la COVID-19.
El turismo es una de las actividades en la que mayor impacto económico tuvo la pandemia. Si bien Salta es una de las primeras provincias que habilitó el turismo, el sector está muy lejos de recuperarse y llegar a un nivel de sustentabilidad.
“El gran número de los turistas que se han desplazado son salteños y el comportamiento no fue ejemplar. Debemos cuidar los protocolos y entender que llegamos hasta aquí con muchísimo esfuerzo. Cualquier paso en falso podemos volver a foja cero”, alertó en diálogo con este diario el presidente de la Cámara de Turismo de Salta, Carlos Eckhardt.
El titular del COE, Francisco Aguilar, reconoció que “hay preocupación” por el turismo y la mayor circulación de personas que esa actividad conlleva.
“Pero eso no se combate frenando el turismo, porque Salta es una provincia turística y hay mucha gente que la pasó muy mal económicamente durante estos meses y van a depender de lo que pase en el verano”, dijo Aguilar, quien preside el organismo que tiene la facultad de habilitar o suspender las actividades que se desarrollan en la provincia.
“Hay que hacer campañas y transmitir a la gente que estamos en una pandemia. Si bien estamos en baja de casos, en cualquier momento puede comenzar la circulación viral fuerte”, insistió el médico.