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Antes de que se conocieran las cifras de pobreza, trabajadores sociales ya evidenciaban la "criticidad" de la situación

Desde el Colegio de Profesionales de Servicio Social y Trabajo Social de la Provincia valoraron las iniciativas del Estado durante la pandemia y consideraron que no es oportuno que se haya interrumpido la entrega del IFE.
Viernes, 04 de diciembre de 2020 12:08

Luego de que se conociera que el índice de pobreza en la Argentina subió al 44,2 por ciento y que el 10,1 por ciento de las personas son indigentes, autoridades del Colegio de Profesionales de Servicio Social y Trabajo Social de la Provincia de Salta aseguraron que evidenciaban hace un tiempo el crecimiento del porcentaje de pobreza, así como la criticidad de la situación social.

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Luego de que se conociera que el índice de pobreza en la Argentina subió al 44,2 por ciento y que el 10,1 por ciento de las personas son indigentes, autoridades del Colegio de Profesionales de Servicio Social y Trabajo Social de la Provincia de Salta aseguraron que evidenciaban hace un tiempo el crecimiento del porcentaje de pobreza, así como la criticidad de la situación social.

Los datos mencionados surgen de un informe difundido ayer por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) a partir de una medición realizada entre julio y octubre último.

"Gran parte de los trabajadores sociales que desarrollan su actividad en el ámbito estatal han tenido que desarrollar estrategias para que estas familias en situación de crisis y de vulnerabilidad más extrema accedan a recursos mínimos que garanticen su supervivencia", manifestó la presidenta del colegio, Natalia Aguilar.

La referenta señaló que el Estado generó diferentes tipos de respuestas y que el trabajo social tuvo que encontrar los modos no solo de que les llegara el recurso a las personas, sino también de potenciar y acompañar procesos de transformación que les permitieran ejercer sus derechos.

Planteó que la pandemia implicó un desafío para los profesionales, ya que sus tareas suelen desarrollarse en el territorio en contacto permanente y presencial con la gente. "Seguimos trabajando sabiendo que las problemáticas que abordamos demandaban la presencia nuestra", planteó.

Sobre el freno del IFE

El director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA evaluó ayer que "sin la Asignación Universal por Hijo (AUH), el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), la Tarjeta Alimentar y el resto de los subsidios, la indigencia habría sido el doble -alrededor del 20 por ciento- y la pobreza habría trepado al 53 por ciento".

La representante de los trabajadores sociales valoró que el Estado haya encontrado en estas iniciativas una forma de subsanar un momento tan crítico y consideró que "aun con el IFE la pobreza se incrementó de todos modos".

Luego de ser consultada sobre la interrupción de la entrega del IFE, Aguilar opinó que no es oportuno que el Estado haya dejado de entregarlo y evaluó que esto tendrá un impacto muy importante en los grupos familiares de menos recursos: "La pandemia ha evidenciado que hay mucha pobreza e indigencia y este aporte del Estado garantizaba las condiciones de subsistencia mínima. Quizás no es el momento (de quitarlo), hasta tanto no haya una estrategia de una articulación de políticas que permitan que estos grupos familiares tengan alternativas para solventar la economía del hogar".

Aguilar advirtió que es fundamental atender a la inflación y a otras realidades que muchas veces el mercado impone al Estado y a la sociedad: "Lo que el mercado marca como agenda en lo estatal y en lo social impacta en la calidad de vida de la gente y en las problemáticas sociales".

La mujer señaló que es clave tener presente la relación entre Estado, el mercado y la sociedad y señaló que sería valioso que el Estado asuma "un rol protagónico para limitar el accionar de avasallamiento que muchas veces tiene el mercado".

Pandemia y educación

Si bien la imposibilidad de acceder a internet y a herramientas tecnológicas llevó a muchos niños, niñas, adolescientes y adultos a no acceder al derecho a la educación, ya que casi todas las actividades escolares se trasladaron a la virtualidad, Aguilar consideró que, “con muchas imperfecciones, el Estado ha intentado y ha dado algún tipo de respuesta” a esta situación.

Mencionó que los equipos interdisciplinarios y los trabajadores sociales estuvieron cerca de los niños que no accedieron a propuestas de educación vinculadas con lo digital y valoró que hubo mucho acompañamiento.

Explicó que desde el trabajo social se puede ayudar a mejorar las respuestas del Estado y a generar las condiciones para que la educación sea accesible a todos y, sobre todo, a los sectores más vulnerados.

“El trabajo social hace un diagnóstico en el trabajo con la gente y en el territorio y puede articular con diferentes instituciones y dispositivos del Estado para dar respuestas y que estas garanticen el acceso al derecho que está siendo vulnerado”, expresó y comentó que el trabajo social permite pensar políticas públicas.

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