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17 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Preguntas y sugerencias sobre la reforma constitucional de Salta

Lunes, 10 de febrero de 2020 02:15

¿Qué es una Constitución en un país democrático?: un instrumento jurídico que define lo que un pueblo es y quiere como país y como forma de vida; lo que propone y aspira que sean sus instituciones; cómo quiere que se respeten sus derechos, humanos, individuales y sociales, sus derechos económicos, los límites de los poderes públicos, y las obligaciones como sociedad y de cada individuo.
En definitiva, una definición de cada sociedad sobre sus deberes y sus derechos en cada tiempo, etapa o siglo.
Como las costumbres, las aspiraciones individuales y sociales, los avances tecnológicos, económicos, productivos y científicos van sucediendo. Y también se altera el derecho. Por eso se hace necesario, a veces, reformar las constituciones, porque han quedado obsoletas en relación a los tiempos que corren.
Cuando se propone la reforma a una Constitución habría que preguntarse: ¿hace falta una reforma? ¿O basta con respetar la ya vigente?
Si no se la respeta, ¿tenemos claro por qué ocurre? ¿Quiénes no la respetan?
Pero hay más preguntas: ¿Protege la Constitución vigente los derechos humanos? ¿Las instituciones funcionan conforme con dicha norma? ¿Se requiere mejorar las instituciones para proteger eficientemente los derechos de los ciudadanos?
¿Qué ha cambiado en el mundo que requiera mayor protección? ¿Quizás haga falta mayor protección de la Tierra? ¿Mayor protección de los derechos sociales? ¿Mayor protección de la vida, de la libertad, del trabajo, de la salud, de la educación, de los avances tecnológicos?
Si como ciudadanos consideramos que las cosas funcionan mal, hay que analizar la razón por la que funcionan mal, tratar de focalizarse en esa razón y procurar sanearla.
Si se trata de instituciones que consideramos ineficientes, que no funcionan, no están adecuadas a los nuevos requerimientos, hay que modificarlas en función del fin buscado.
Si se trata de derechos individuales o sociales, tratar de avanzar en los derechos. Protegerlos adecuadamente de forma eficiente.
Si se trata del cuidado de la Tierra, protegerla, restaurarla, recomponerla cuando ha sido vulnerada, también de una forma eficiente, para que en un futuro cercano y más a largo plazo se mantenga con sus mismos, iguales o mejores valores en cuanto a calidad y cantidad,
Ahora bien ¿quiénes deben opinar sobre una reforma? Todos.
La propuesta puede ser de un presidente o de un gobernador, o surgir de los propios ciudadanos, ¿A quiénes deberían consultar los legisladores que deben dictar la norma convocando a la reforma?
Creo que debería escucharse a los jóvenes, saber de sus sueños y expectativas; a los mayores, para que hablen de sus experiencias; a los trabajadores, para que expliquen sus aspiraciones; a los empresarios, para que expresen sus intenciones, y proyectos; a las mujeres, para que expliquen sus vivencias y sus propuestas superadoras; a los desocupados, para que digan qué es lo que aspiran de un país que los expulsó y al que quieren incluirse. A los campesinos, que están defendiendo su trabajo, su tierra; a las comunidades indígenas, que luchan por su vida, su capacitación, su tierra, sus costumbres ancestrales.
Luego a las universidades, a los científicos, a los teóricos, a los especialistas en diferentes materias, no solo los abogados, sino a los médicos, los antropólogos, los psicólogos, los ingenieros, a los que estudiaron y tienen algo que decir sobre su especialidad.
A las asociaciones civiles, que tienen un trabajo probado en la sociedad y una mirada sobre la misma.
A los centros vecinales, por su cercanía con los vecinos, a los clubes, por su involucramiento con los jóvenes, a la directoras de escuelas y maestras rurales, por su cercanía con los niños. A los médicos de hospitales de ciudades y del interior.
Esto hace a la transparencia y a la democracia participativa.
Un observador atento verá la oportunidad, el modo y el cuándo. Un teórico verá la oportunidad de hacer brillar sus conocimientos. Un caminador podrá transmitir la realidad.
El hombre común pero inteligente sabrá transmitir cuál es la sociedad que quiere,
Si hay alguien a quien consultar sobre la futura reforma no es a los salvadores de la patria ni a los que con sentido paternalista creen que son los sabios, que vienen a salvar a un pueblo ignorante.
Proponer desde la experiencia, y desde el conocimiento es válido; proponer solo desde la teoría no sirve.
Todos queremos y podemos opinar, para eso es la democracia, pero si hacemos mucho barrullo y tratamos de opacar a los que deberían hablar, seremos soberbios, y eso no creo que aporte demasiado.
 

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¿Qué es una Constitución en un país democrático?: un instrumento jurídico que define lo que un pueblo es y quiere como país y como forma de vida; lo que propone y aspira que sean sus instituciones; cómo quiere que se respeten sus derechos, humanos, individuales y sociales, sus derechos económicos, los límites de los poderes públicos, y las obligaciones como sociedad y de cada individuo.
En definitiva, una definición de cada sociedad sobre sus deberes y sus derechos en cada tiempo, etapa o siglo.
Como las costumbres, las aspiraciones individuales y sociales, los avances tecnológicos, económicos, productivos y científicos van sucediendo. Y también se altera el derecho. Por eso se hace necesario, a veces, reformar las constituciones, porque han quedado obsoletas en relación a los tiempos que corren.
Cuando se propone la reforma a una Constitución habría que preguntarse: ¿hace falta una reforma? ¿O basta con respetar la ya vigente?
Si no se la respeta, ¿tenemos claro por qué ocurre? ¿Quiénes no la respetan?
Pero hay más preguntas: ¿Protege la Constitución vigente los derechos humanos? ¿Las instituciones funcionan conforme con dicha norma? ¿Se requiere mejorar las instituciones para proteger eficientemente los derechos de los ciudadanos?
¿Qué ha cambiado en el mundo que requiera mayor protección? ¿Quizás haga falta mayor protección de la Tierra? ¿Mayor protección de los derechos sociales? ¿Mayor protección de la vida, de la libertad, del trabajo, de la salud, de la educación, de los avances tecnológicos?
Si como ciudadanos consideramos que las cosas funcionan mal, hay que analizar la razón por la que funcionan mal, tratar de focalizarse en esa razón y procurar sanearla.
Si se trata de instituciones que consideramos ineficientes, que no funcionan, no están adecuadas a los nuevos requerimientos, hay que modificarlas en función del fin buscado.
Si se trata de derechos individuales o sociales, tratar de avanzar en los derechos. Protegerlos adecuadamente de forma eficiente.
Si se trata del cuidado de la Tierra, protegerla, restaurarla, recomponerla cuando ha sido vulnerada, también de una forma eficiente, para que en un futuro cercano y más a largo plazo se mantenga con sus mismos, iguales o mejores valores en cuanto a calidad y cantidad,
Ahora bien ¿quiénes deben opinar sobre una reforma? Todos.
La propuesta puede ser de un presidente o de un gobernador, o surgir de los propios ciudadanos, ¿A quiénes deberían consultar los legisladores que deben dictar la norma convocando a la reforma?
Creo que debería escucharse a los jóvenes, saber de sus sueños y expectativas; a los mayores, para que hablen de sus experiencias; a los trabajadores, para que expliquen sus aspiraciones; a los empresarios, para que expresen sus intenciones, y proyectos; a las mujeres, para que expliquen sus vivencias y sus propuestas superadoras; a los desocupados, para que digan qué es lo que aspiran de un país que los expulsó y al que quieren incluirse. A los campesinos, que están defendiendo su trabajo, su tierra; a las comunidades indígenas, que luchan por su vida, su capacitación, su tierra, sus costumbres ancestrales.
Luego a las universidades, a los científicos, a los teóricos, a los especialistas en diferentes materias, no solo los abogados, sino a los médicos, los antropólogos, los psicólogos, los ingenieros, a los que estudiaron y tienen algo que decir sobre su especialidad.
A las asociaciones civiles, que tienen un trabajo probado en la sociedad y una mirada sobre la misma.
A los centros vecinales, por su cercanía con los vecinos, a los clubes, por su involucramiento con los jóvenes, a la directoras de escuelas y maestras rurales, por su cercanía con los niños. A los médicos de hospitales de ciudades y del interior.
Esto hace a la transparencia y a la democracia participativa.
Un observador atento verá la oportunidad, el modo y el cuándo. Un teórico verá la oportunidad de hacer brillar sus conocimientos. Un caminador podrá transmitir la realidad.
El hombre común pero inteligente sabrá transmitir cuál es la sociedad que quiere,
Si hay alguien a quien consultar sobre la futura reforma no es a los salvadores de la patria ni a los que con sentido paternalista creen que son los sabios, que vienen a salvar a un pueblo ignorante.
Proponer desde la experiencia, y desde el conocimiento es válido; proponer solo desde la teoría no sirve.
Todos queremos y podemos opinar, para eso es la democracia, pero si hacemos mucho barrullo y tratamos de opacar a los que deberían hablar, seremos soberbios, y eso no creo que aporte demasiado.
 

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