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El desafío de correr las seis grandes del maratón

El salteño Miguel Farfán (53) ya corrió en Berlín, Chicago y Londres. Le restan Tokio, Nueva York y Boston para cumplir su objetivo.
Lunes, 02 de marzo de 2020 02:02

A las 5 suena el despertador de Miguel Ángel Farfán, a las 5.15 comienza a desayunar, a las 5.45 prepara su mochila y a las 6 en punto comienza a correr. La rutina es casi diaria y cuenta que muy pocas veces la rompe, salvo casos excepcionales como se dio hace pocos días. Su preparación es exigente, a los 53 años sigue persiguiendo objetivos y el que le quita el sueño es correr los seis grandes maratones que se disputan en el mundo. 
Los seis grandes o majors son los maratones de Chicago, Boston, Nueva York, Londres, Berlín y Tokio. Son pruebas multitudinarias de 42,195 kilómetros que reciben a corredores de todo el globo ya sean profesionales o simplemente aficionados; Miguel está dentro de éste último grupo, no corre por ganar dinero, sino por la pasión que ya lleva 35 años. 
El salteño ya ha completado la mitad de su desafío. En los últimos dos años ha participado en los maratones de Berlín, Chicago y Londres; estuvo inscripto para correr el maratón de Tokio que se realizó ayer, pero debido a la expansión de coronavirus los organizadores decidieron apenas un par de semanas antes que en la largada solo estarán los corredores de la elite mundial.
Miguel se quedó con las ganas de sumar su cuarto gran maratón a su historial, pero las esperanzas no las pierde. Ya está anotado para correr en la capital japonesa en 2021 y espera en noviembre de este año sumar el maratón de Nueva York a su lista. Después quedará solo el de Boston para poder ponerle la tilde de completada a la meta que se propuso y a la que fue impulsado por algunos de los integrantes de su círculo más cercano de amistades. 
Esa rutina que Miguel trata de seguir todos los días justamente se vio interrumpida por la imposibilidad de correr en Tokio. Ya tenía todo arreglado para viajar, iba a llegar casi con una semana de anticipación para adecuarse al huso horario, consiguió alojamiento, pero el 17 de febrero le confirmaron que su participación, y la de otro cuatro salteños más la de miles de aficionados de todo el mundo, no iba a ser posible por el brote de coronavirus.
Le costó asimilar que no iba a poder correr en Tokio, pero rápidamente dio vuelta la página. Se fue a Cachi para comenzar de nuevo y ya está pensando en lo que vendrá: el maratón de Nueva York que se realizará el primero de noviembre. Aún no está confirmada su participación, para ello deberá esperar hasta mediados de año, pero el salteño no quiere dejar pasar el 2020 sin sumar una de estas grandes competencias a su recorrido en el atletismo.
Su evolución ha sido positiva a medida que fue corriendo sus tres primeros grandes maratones. En 2017 tuvo su debut en los majors en Berlín donde completó la distancia en 3h21m07s ocupando el puesto 4765 del general y el 419 en su categoría. Su siguiente destino fue el maratón de Chicago en 2018; allí mejoró su tiempo llegando a la meta en 3h08m11s, fue 1890 en la general y 93 entre los mayores de 50 años.
El último paso que dio fue en Londres el año pasado donde volvió a establecer su mejor marca personal bajando la barrera de las 3 horas. En la capital inglesa registró 2h59m27sm fue 2041 en la general y 121 en su categoría. Para Tokio esperaba seguir mejorando sus registros ya que en sus entrenamientos diarios de 30 kilómetros llegó a un tiempo de 2h16m. 
Lo de Londres no solo fue positivo por haber mejorado su marca sino también por obtener el tiempo necesario en su categoría para clasificar al maratón de Boston que espera correr recién el año que viene. Esa seria la prueba con la que el salteño completará su objetivo de los seis grandes del maratón mundial. 
A pesar de haber quedado a las puertas de competir en Tokio, Miguel no pierde el foco. Sigue entrenando, mantiene la rutina, las ganas de correr y piensa en lo que se viene y lo que sucederá una vez que complete las seis pruebas. Ahí llegará el momento de reeinventarse, de pensar en nuevos desafíos, que le permitirán seguir alimentando sus deseos de correr hasta que su cuerpo le diga basta. 

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A las 5 suena el despertador de Miguel Ángel Farfán, a las 5.15 comienza a desayunar, a las 5.45 prepara su mochila y a las 6 en punto comienza a correr. La rutina es casi diaria y cuenta que muy pocas veces la rompe, salvo casos excepcionales como se dio hace pocos días. Su preparación es exigente, a los 53 años sigue persiguiendo objetivos y el que le quita el sueño es correr los seis grandes maratones que se disputan en el mundo. 
Los seis grandes o majors son los maratones de Chicago, Boston, Nueva York, Londres, Berlín y Tokio. Son pruebas multitudinarias de 42,195 kilómetros que reciben a corredores de todo el globo ya sean profesionales o simplemente aficionados; Miguel está dentro de éste último grupo, no corre por ganar dinero, sino por la pasión que ya lleva 35 años. 
El salteño ya ha completado la mitad de su desafío. En los últimos dos años ha participado en los maratones de Berlín, Chicago y Londres; estuvo inscripto para correr el maratón de Tokio que se realizó ayer, pero debido a la expansión de coronavirus los organizadores decidieron apenas un par de semanas antes que en la largada solo estarán los corredores de la elite mundial.
Miguel se quedó con las ganas de sumar su cuarto gran maratón a su historial, pero las esperanzas no las pierde. Ya está anotado para correr en la capital japonesa en 2021 y espera en noviembre de este año sumar el maratón de Nueva York a su lista. Después quedará solo el de Boston para poder ponerle la tilde de completada a la meta que se propuso y a la que fue impulsado por algunos de los integrantes de su círculo más cercano de amistades. 
Esa rutina que Miguel trata de seguir todos los días justamente se vio interrumpida por la imposibilidad de correr en Tokio. Ya tenía todo arreglado para viajar, iba a llegar casi con una semana de anticipación para adecuarse al huso horario, consiguió alojamiento, pero el 17 de febrero le confirmaron que su participación, y la de otro cuatro salteños más la de miles de aficionados de todo el mundo, no iba a ser posible por el brote de coronavirus.
Le costó asimilar que no iba a poder correr en Tokio, pero rápidamente dio vuelta la página. Se fue a Cachi para comenzar de nuevo y ya está pensando en lo que vendrá: el maratón de Nueva York que se realizará el primero de noviembre. Aún no está confirmada su participación, para ello deberá esperar hasta mediados de año, pero el salteño no quiere dejar pasar el 2020 sin sumar una de estas grandes competencias a su recorrido en el atletismo.
Su evolución ha sido positiva a medida que fue corriendo sus tres primeros grandes maratones. En 2017 tuvo su debut en los majors en Berlín donde completó la distancia en 3h21m07s ocupando el puesto 4765 del general y el 419 en su categoría. Su siguiente destino fue el maratón de Chicago en 2018; allí mejoró su tiempo llegando a la meta en 3h08m11s, fue 1890 en la general y 93 entre los mayores de 50 años.
El último paso que dio fue en Londres el año pasado donde volvió a establecer su mejor marca personal bajando la barrera de las 3 horas. En la capital inglesa registró 2h59m27sm fue 2041 en la general y 121 en su categoría. Para Tokio esperaba seguir mejorando sus registros ya que en sus entrenamientos diarios de 30 kilómetros llegó a un tiempo de 2h16m. 
Lo de Londres no solo fue positivo por haber mejorado su marca sino también por obtener el tiempo necesario en su categoría para clasificar al maratón de Boston que espera correr recién el año que viene. Esa seria la prueba con la que el salteño completará su objetivo de los seis grandes del maratón mundial. 
A pesar de haber quedado a las puertas de competir en Tokio, Miguel no pierde el foco. Sigue entrenando, mantiene la rutina, las ganas de correr y piensa en lo que se viene y lo que sucederá una vez que complete las seis pruebas. Ahí llegará el momento de reeinventarse, de pensar en nuevos desafíos, que le permitirán seguir alimentando sus deseos de correr hasta que su cuerpo le diga basta. 

Circuito de 14 años

El circuito que reúne a las seis grandes maratones del mundo se creó en 2006 y se complementa con las maratones que se corren en los mundiales de atletismo y de los Juegos Olímpicos, estas últimas cada cuatro años. El keniata Eliud Kipchoge es el máximo ganador con ocho triunfos: 4 en Londres, 3 en Berlín y uno en Chicago. Entre las mujeres está al tope de triunfo la también keniata Mary Keitany con 7: 3 en Londres y 4 en Nueva York. 

Primeros pasos

Miguel se crió en un barrio cercano al club Sargento Cabral. “Mi mamá me dejó en una casa sobre la calle Maipú, tenía hermanos y hermana, todos de crianza. Una de ellas era muy deportista, Ángela Arias, un día me dijo ‘por qué no te dedicás a correr, vos le podés ganar a (Juan Carlos) Alanís’, que vivía justo enfrente de nosotros. Como él era el atleta del barrio ella me llevaba a verlo correr cuando tenía unos 10 años. Juan Carlos era el ídolo del barrio. Así empecé a correr y me llevó 20 años poder ganarle”, relató Miguel sobre sus inicios en el atletismo. Hoy Miguel y su hermana Ángela siguen haciendo deporte; él corre maratones y ella también superó desafíos. Es trasplantada renal y participa en la competencia locales y nacionales para trasplantados. 
 

 

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