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La Clásica que no fue: un primero de mayo disociado del ciclismo

El Día del Trabajador no tuvo ayer la Clásica 1º de Mayo que debía disputar su edición 89. Matías Postigo se refirió con nostalgia sobre esta “jornada atípica” y si la prueba se podrá realizar este año.
Sabado, 02 de mayo de 2020 01:44

Para quienes nos dedicamos al periodismo deportivo, para quienes se apasionan con la velocidad y la adrenalina que genera el ciclismo y también para aquellos que no siendo ciclistas salían de sus casas para ver a cientos de corredores buscando ser los primeros en llegar a la meta, el de ayer no fue un día más. Al Día del Trabajador le faltó la Clásica 1º de Mayo en su 89ª edición, postergada por el coronavirus, este pequeño microorganismo que puso al mundo en aislamiento.
En un contexto normal, lejos de barbijos y cuarentena, hoy estaríamos refiriéndonos a quien ganó la clásica del Día del Trabajador, de sus historias, de los juveniles y de muchos otros aspectos relacionados a una de las dos pruebas más antiguas y sin interrupciones del ciclismo argentino.
Este año fue mejor quedarnos en casa, celebrar el Día del Trabajador en familia, lejos del ciclismo, porque no hay pasión deportiva que pueda más que el bienestar individual y el de la sociedad en general. Sus organizadores lo entendieron desde un principio, primero está la salud y después la Clásica. 
Matías Postigo es la cuarta generación de la familia que le dio vida a la Clásica 1º de Mayo. La carrera tuvo su primera edición en 1931 como parte de las celebraciones por el Día del Trabajador; con los años fue mutando en cantidad de participantes, también en su circuito y premios hasta llegar a un presente signado por la presencia de los mejores equipos del país, con participación internacional y un recorrido de más de 100 kilómetros.
“Fue un día totalmente atípico. A nosotros se nos escapa de las manos este tema de la pandemia, pero te queda la sensación esa de que podríamos haber estado en la carrera. El jueves, por ejemplo, cuando se largó una pequeña lluvia pensaba que nos podría haber complicado un poco el armado en el monumento; esta mañana, cuando me levanté temprano el cielo estaba totalmente limpio, con un clima ideal para la carrera”, expresó Matías Postigo a El Tribuno pensando en todo lo que se hace el día de la Clásica y que este año no se pudo hacer por la suspensión de actividades.
“La adrenalina que te lleva la carrera en los días previos son fatales porque siempre sale algo de último momento. El momento en que me relajo es el día de la carrera, cuando se larga la primera categoría. Ya todo lo que venías haciendo ya se puso en marcha. Obviamente puede haber un rodada, pero está dentro del esquema”, agregó Postigo, quien tomó la posta familiar en la organización de la Clásica. 
“Yo la sigo siempre a la carrera y se extraña ver toda la gente a la vuelta del circuito. Eso es impagable y hoy (por ayer) es lo que más extraño, el acompañamiento de la gente”, dijo el organizador. Y si, la Clásica 1º de Mayo no solo es de los ciclistas, sino también de los miles de personas que siguen la carrera desde el monumento a Güemes, en la subida de la avenida Arenales, por la calle Usandivaras o en la avenida Independencia. 
Allí también hay generaciones de familias que crecieron viendo la carrera cada Día del Trabajador desde 1931. Ayer no pudieron, les faltó salir a la vereda para darle ese aliento en forma de aplauso a los corredores. La posibilidad de que se llegue a correr la Clásica este año y que la gente pueda volver a ver la prueba esta ligada a las respuestas positivas que se puedan dar en la lucha contra el COVID-19.
“La idea es reprogramarla. Llegado el momento en el que se la pueda hacer hay que ver todos los factores, como se encuentra el gobierno, la Municipalidad, como están los ciclistas, si están o no para la competencia y obviamente siguiendo todas las disposiciones del gobierno nacional. Nosotros manejamos fechas estimativas, pero la verdad es que no depende de nosotros, la vemos muy lejana, medio imposible por la situación de país y del mundo”, concluyó Postigo. 

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Para quienes nos dedicamos al periodismo deportivo, para quienes se apasionan con la velocidad y la adrenalina que genera el ciclismo y también para aquellos que no siendo ciclistas salían de sus casas para ver a cientos de corredores buscando ser los primeros en llegar a la meta, el de ayer no fue un día más. Al Día del Trabajador le faltó la Clásica 1º de Mayo en su 89ª edición, postergada por el coronavirus, este pequeño microorganismo que puso al mundo en aislamiento.
En un contexto normal, lejos de barbijos y cuarentena, hoy estaríamos refiriéndonos a quien ganó la clásica del Día del Trabajador, de sus historias, de los juveniles y de muchos otros aspectos relacionados a una de las dos pruebas más antiguas y sin interrupciones del ciclismo argentino.
Este año fue mejor quedarnos en casa, celebrar el Día del Trabajador en familia, lejos del ciclismo, porque no hay pasión deportiva que pueda más que el bienestar individual y el de la sociedad en general. Sus organizadores lo entendieron desde un principio, primero está la salud y después la Clásica. 
Matías Postigo es la cuarta generación de la familia que le dio vida a la Clásica 1º de Mayo. La carrera tuvo su primera edición en 1931 como parte de las celebraciones por el Día del Trabajador; con los años fue mutando en cantidad de participantes, también en su circuito y premios hasta llegar a un presente signado por la presencia de los mejores equipos del país, con participación internacional y un recorrido de más de 100 kilómetros.
“Fue un día totalmente atípico. A nosotros se nos escapa de las manos este tema de la pandemia, pero te queda la sensación esa de que podríamos haber estado en la carrera. El jueves, por ejemplo, cuando se largó una pequeña lluvia pensaba que nos podría haber complicado un poco el armado en el monumento; esta mañana, cuando me levanté temprano el cielo estaba totalmente limpio, con un clima ideal para la carrera”, expresó Matías Postigo a El Tribuno pensando en todo lo que se hace el día de la Clásica y que este año no se pudo hacer por la suspensión de actividades.
“La adrenalina que te lleva la carrera en los días previos son fatales porque siempre sale algo de último momento. El momento en que me relajo es el día de la carrera, cuando se larga la primera categoría. Ya todo lo que venías haciendo ya se puso en marcha. Obviamente puede haber un rodada, pero está dentro del esquema”, agregó Postigo, quien tomó la posta familiar en la organización de la Clásica. 
“Yo la sigo siempre a la carrera y se extraña ver toda la gente a la vuelta del circuito. Eso es impagable y hoy (por ayer) es lo que más extraño, el acompañamiento de la gente”, dijo el organizador. Y si, la Clásica 1º de Mayo no solo es de los ciclistas, sino también de los miles de personas que siguen la carrera desde el monumento a Güemes, en la subida de la avenida Arenales, por la calle Usandivaras o en la avenida Independencia. 
Allí también hay generaciones de familias que crecieron viendo la carrera cada Día del Trabajador desde 1931. Ayer no pudieron, les faltó salir a la vereda para darle ese aliento en forma de aplauso a los corredores. La posibilidad de que se llegue a correr la Clásica este año y que la gente pueda volver a ver la prueba esta ligada a las respuestas positivas que se puedan dar en la lucha contra el COVID-19.
“La idea es reprogramarla. Llegado el momento en el que se la pueda hacer hay que ver todos los factores, como se encuentra el gobierno, la Municipalidad, como están los ciclistas, si están o no para la competencia y obviamente siguiendo todas las disposiciones del gobierno nacional. Nosotros manejamos fechas estimativas, pero la verdad es que no depende de nosotros, la vemos muy lejana, medio imposible por la situación de país y del mundo”, concluyó Postigo. 

La última vez que se reprogramó

La última vez que la Clásica no se corrió el habitual primero de mayo fue en 2006; sa jornada amaneció con mucha lluvia que persistió en gran parte de la mañana. Como ya había sucedido en otras ocasiones, los organizadores trasladaron el desarrollo de la prueba al domingo siguiente (7 de mayo) pero con largada y llegada sobre avenida Independencia. El ganador de esa edición fue Alejandro Rey y en el podio lo acompañaron Juan Bautista Segura y Gustavo Bordese. Ayer pasó otra vez, no se corrió un primero de mayo. 

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