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30 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Los avatares de Facebook conservan la salud mental durante la pandemia

Para los especialistas sirven para expresar emociones de una forma creativa. Son el furor de esa red social desde hace dos semanas, aunque también levantaron críticas. 
Martes, 16 de junio de 2020 19:41
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Desde hace dos semanas los avatares de Facebook han inundado la red social en las respuestas a los posteos de los muros y en Messenger. Incluso han reemplazado en la sección de emojis a las líneas de figuras predeterminadas. Son atractivos por su variedad de expresiones y sentimientos representados. También por lo ajustado que puede llegar a ser su parecido con su creador. 

Antes de hacer su irrupción en pantalla han pasado por un proceso selectivo entre una amplia gama de colores de piel, cabello y ojos, aspecto de la cara (con opciones de peinado, vello facial, ropa y complementos) y tallas de cuerpo.

El término avatar proviene del sánscrito “avatâra”, que significa “descenso”, en especial de un ser divino a la Tierra, y con este nombre se designa a las diez encarnaciones de Vichnù, según el Brahmanismo. Pero el término que en Informática ha designado a la caricatura de tres dimensiones que representa a una persona en el mundo virtual apunta a la morfología de la palabra, que se compone de la preposición “avah” (abajo) y el elemento “tarah” (tránsito). Este último deviene en latín en la preposición y el prefijo “trans”, de donde derivan transportar, transeúnte, transmisor. 

Según la psicóloga Carina Salas, directora del Cepsi, el vocablo avatar también se relaciona con “hacer una aparición”. “Y esto significó en las redes sociales, la posibilidad de que la gente pueda mostrarse, verse bien, ser ingeniosa y dar la apariencia de un modo sumamente creativo”, definió. 

Sin embargo, pronto aparecieron los memes para ajusticiar a quienes se bajaron el color de cabello, el de ojos, o se adelgazaron unos cuantos kilos. Por ello, hubo quienes, como la técnica en Turismo y Hotelería Gilda Aguilar (29), optaron por recibir recomendaciones para seleccionar objetivamente entre las opciones disponibles y recrearse con fidelidad. “Me ayudaron mi sobrino y mi marido a hacerlo porque, si lo hacés solo, creo que el ego propio nos hace vernos muy diferentes a como somos. Así es que recurrí a otras opiniones y sentí que mi avatar estuvo bien logrado. Además, los comentarios de la gente que me conoce fueron todos positivos. Realmente me encontraron en el avatar. Me gustó por el hecho de que hace que en un dibujo nos plasmemos como somos y ahí juegan mucho el ego, la autoestima y la personalidad de cada persona, aunque inconscientemente no nos demos cuenta”, relató Gilda. Ella contagió de inmediato a su amiga, la tesista de la carrera de Trabajo Social Jésica Rosales (32). “Creo que es interesante tratar de reflejarte así, porque quizá te autopercibís de otra forma. Por ejemplo, Cristian, mi marido, me decía cuando lo estaba haciendo que mi tono de piel era más amarillo... No pude dar con ese tono, o con mi nariz, que tiene el puente ancho. Soy muy detallista o hincha, aunque entiendo que es una caricatura y no será exactamente igual a uno”, relató Jésica.

Ser y parecer 

“Al escoger una serie de elementos gráficos la persona tiene que realizar todo un proceso en el que selecciona aquellos que tienen que ver consigo mismo. El resultado final debería tener una coherencia entre la imagen real, es decir, aquello que nosotros vemos acerca de esa persona y la representación mental que esa persona tiene acerca de sí misma. Cuando esto no sucede surgen algunos interrogantes y esa imagen podría dar cuenta: por un lado, de una representación acerca de su identidad, o por otra parte de la imagen con la que desea ser vinculado”, señaló Salas. 

La estudiante avanzada de Letras Vania Costa, profesora idónea de Portugués, comentó al respecto: “Me gustó jugar con cómo me veo físicamente, definir mi color de piel, formato de ojo, nariz, boca, etcétera. De igual manera me parece que debería haber más opciones, porque muchas personas no han podido verse en los aspectos físicos presentados por Facebook”.

Para Salas la utilidad de los avatares fue más allá de un simple juego virtual. “Surgieron con gran fuerza la presencia de avatares, estimo para expresar emociones de una forma creativa y sí representan una forma de cuidar la salud mental en el periodo de aislamiento social, preventivo y obligatorio, donde fue necesario recurrir al ingenio y a la creatividad para conectarse con los otros”, definió. Algo de ello ocurrió con Vania, quien como docente en el secundario Dante Alighieri, da clases en el espacio virtual a sus alumnos, debido a que no pueden encontrarse en presencia en las aulas. “Decidí usarlo para algo útil en mi caso, en las presentaciones en slids de mis clases. 

Estaba creando unas diapositivas para repasar la pronunciación en mi clase. En ese momento justo una amiga, que también es profesora, me mandó una foto de su presentación. ‘Usemos eso para algo más útil’, me dijo. Entonces pensé, ¿por qué no?”, comentó. El resultado fue que cuando les presentó su avatar los alumnos rieron con entusiasmo. 

“Luego, seguí con la clase, repasé los temas y les mostré un meme creado por mí con errores de portugués y se divirtieron aún más. Pedí que ellos mismos lo leyeran y señalaran los errores de pronunciación. De esta forma noté que los estudiantes pudieron observar mejor sus errores de una forma más liviana, divertida, pero sin quitarle seriedad al tema trabajado”, concluyó. Así se ve que los avatares también tienen utilidades insospechadas.

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