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Fernández: "Quiso ensuciar la imagen y la memoria de mi hija"

Así lo manifestó Ana Fernández, madre de la joven asesinada hace 9 años. Por el hecho, Mario Fernando Condorí cumple una pena de 23 años de prisión. Ayer se conoció el pedido de juicio contra una oficial acusada de falsos testimonios.   
Jueves, 30 de julio de 2020 02:43

El 6 de junio del año pasado, la Sala IV del Tribunal de Juicio condenó a 23 años de prisión a Mario Federico Condorí por el homicidio de Cintia Fernández. Cerca de 100 testigos pasaron al frente del tribunal colegiado, entre ellos varios efectivos de la Policía de Salta. Gimena Antonia Núñez fue una de las testificantes, tras sus declaraciones el 15 de mayo, la comisario quedó detenida luego de que el fiscal Ramiro Ramos Ossorio solicitara su detención por falso testimonio. Ayer, el investigador requirió que se eleve a juicio la causa contra Núñez.

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El 6 de junio del año pasado, la Sala IV del Tribunal de Juicio condenó a 23 años de prisión a Mario Federico Condorí por el homicidio de Cintia Fernández. Cerca de 100 testigos pasaron al frente del tribunal colegiado, entre ellos varios efectivos de la Policía de Salta. Gimena Antonia Núñez fue una de las testificantes, tras sus declaraciones el 15 de mayo, la comisario quedó detenida luego de que el fiscal Ramiro Ramos Ossorio solicitara su detención por falso testimonio. Ayer, el investigador requirió que se eleve a juicio la causa contra Núñez.

El hecho por el que Núñez fue llamada a declarar y ahora fue imputada por falso testimonio en concurso real y encubrimiento agravado, según las pericias, ocurrió el 28 de abril de 2011, Cintia Vanesa Fernández fue encontrada por su madre el 3 de mayo de ese año en su departamento de Parque La Vega, zona sur de esta ciudad. La joven fue asesinada y falleció por asfixia por sofocación.

Núñez fue citada como testigo en la audiencia por el crimen de Fernández, ya que el día del hecho se desempeñaba como jefa de uno de los grupos investigativos que conformaban la unidad de Seguridad Personal en la Brigada de Investigaciones de la Policía de la Provincia, con competencia en la investigación de homicidios.

En función de su declaración bajo juramento de ley, quedó demostrado que existió un claro direccionamiento de la investigación del homicidio de la joven.

"Lamentablemente tengo que decir que llevo más de nueve años luchando por justicia para mi hija. Si bien, en junio del año pasado, después de casi un mes de audiencias, se logró la condena de la mano ejecutora del femicidio de mi hija, Mario Federico Condorí, a quien además de la condena logré exonerar de la fuerza, la historia no termina ahí. Vamos por todos los que de alguna manera trataron de tapar el asesinato de Cintia Fernández, un femicidio atroz", le dijo a El Tribuno Ana Fernández, madre de Cintia y titular de la fundación que lleva el nombre de su hija.

"En el juicio quedó demostrada la convivencia entre el poder judicial, con el juez Pastrana a la cabeza, y la Policía. No digo que todos los jueces y todos los policías son corruptos, pero quedó en claro que un grupo de policías comandados por la delincuente, la sinvergenza y corrupta, hoy comisario, Gimena Antonia Núñez, estuvo en complicidad con el juez Pastrana", agregó Ana Fernández.

Incansable, la madre de Cintia recorrió durante años los pasillos y las calles de la Ciudad Judicial de esta capital. Con el altoparlante en sus manos y acompañada por un nutrido grupo de padres y amigos, quienes conformaron la Comisión de Familiares contra la Impunidad, nunca bajó los brazos para buscar justicia.

"Núñez llegó al juicio después de haber sido premiada y ascendida de oficial a comisario. Salió detenida e imputada por falso testimonio, hoy además está acusada de encubrimiento agravado porque quedó demostrado que direccionó todo para ensuciar la imagen y la memoria de mi hija y la de mi persona", dijo, y agregó: "Es algo imperdonable lo que hizo; con la complicidad del juez Pastrana quiso acallar el clamor de justicia por el femicidio de mi hija tratando de hacerlo pasar por un suicidio".

En su peregrinar Ana Fernández apuntó contra otras personas. "Un tal Mamaní, Zerpa y también civiles como el hombre que fue administrador del consorcio de Parque La Vega, José Ormeño, quien fue pagado para que se presente a decir una sarta de mentiras que no pudo sostener en la audiencia", dijo la madre de Cintia.

Y agregó: "Pero antes, vamos a luchar para que Núñez sea condenada, junto a mi abogado vamos a pedir el máximo de la pena".

Los fundamentos del requerimiento a juicio

Según lo expuesto en el requerimiento a juicio por el fiscal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas 2, Ramiro Ramos Ossorio, los lineamientos son dos: por un lado el intento de la comisario Gimena Núñez de distorsionar la escena del crimen y, por otro, vincular con el crimen al policía Raúl Puca.
En el requerimiento Ossorio cita diversos testimonios vertidos durante la audiencia donde se evidencia que la comisario de la Policía de Salta afectó directamente la administración de Justicia al impedir y perturbar la individualización del responsable del homicidio, Mario Condorí, como la reunión de elementos de convicción tendientes a reconstruir el hecho delictivo.
Las interpretaciones de Núñez no se comparecieron con las del personal de Criminalística, tratando de inducir un suicidio cuando en realidad se trató de un homicidio. En el momento del hallazgo la víctima tenía una bolsa en la cabeza, encintada a la altura del cuello y terminaba a la altura de la nunca. En la escena había elementos con sangre o putrílago alejados del cuerpo, esto daba cuenta de que alguien realizó movimientos durante el proceso de putrefacción del cadáver.    
Respecto a Puca, se le plantó sangre en su calzado. Núñez tampoco entrevistó a vecinos y testigos de la víctima que escucharon los gritos la noche del crimen, quienes también habían visto a Condorí en el edificio el día que se presume ocurrió el homicidio.    
Tras salir detenida en mayo de 2019, Núñez recibió el beneficio del arresto domiciliario otorgado por la Sala 4 de Impugnación. La única restricción que tenía era no cumplir funciones en la División de Seguridad Personal, decisión un tanto irónica dado que dicha división no existe hace más de seis años. “Sin ser notificados como querellantes me enteré en los pasillos judiciales que la sinvergüenza de Núñez había sido derivada a la comisaría 101 de General Güemes, ahí la tienen escondida”, apuntó Ana Fernández.
 

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