Tras su actitud de rebeldía que puso de manifiesto su intención indeclinable de marcharse del Barcelona, reconfirmada con el faltazo de ayer a la ronda de hisopados al plantel (ver aparte), la guerra de Lionel Messi con el Barcelona ya está declarada. No hay vuelta atrás.
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Tras su actitud de rebeldía que puso de manifiesto su intención indeclinable de marcharse del Barcelona, reconfirmada con el faltazo de ayer a la ronda de hisopados al plantel (ver aparte), la guerra de Lionel Messi con el Barcelona ya está declarada. No hay vuelta atrás.
Mientras el “10” insiste en que quiere hacer uso de la cláusula de salida unilateral que le permita irse libre y la entidad culé ratifica su posición que el genio rosarino tiene contrato vigente y no está a la venta, apareció ayer un tercer actor, no menos importante, que se pronunció al respecto y se mostró rotundamente del lado del Barcelona: La Liga española de fútbol.
La cúpula directiva del Barcelona ganó la primera batalla de esta “guerra”: recibió el respaldo total de La Liga, que tras analizar los pormenores del contrato de la estrella azulgrana dijeron que no habilitarán su trámite de transferencia si no abona la cláusula de rescisión de 700 millones de euros, una cifra inalcanzable para muchos de los clubes que desean contar con el mejor futbolista del planeta, con la que el Barça en su momento intentó “blindar” de por vida a Leo.
No obstante, el máximo goleador de la historia del Barcelona confía en que terminará forzando a la cúpula directiva a negociar su salida, y que en toda caso podría irse con el transfer de FIFA, si bien el potencial club de destino del astro se arriesgaría a afrontar un pleito multimillonario con el club catalán con tal de tener a Messi.
El escenario es sumamente complejo y hay quienes no descartan todavía que Messi finalmente cambie de opinión, algo que parece lejos de concretarse. Pero aún si eso pasara el idilio de la Pulga, al menos, con esta dirigencia del Barcelona, se rompió para siempre.
A todo esto, el Barça gana poder sobre Messi al contar con el apoyo de La Liga: según el código interno de la entidad y el disciplinario que surgió del convenio entre la Liga y el AFE (Asociación de Futbolistas Españoles), de seguir faltando a las prácticas incurrirá en una “falta grave”, la que prevé la suspensión del empleo y del sueldo de once a treinta días.
El día a día de una guerra sin precedentes
- 14 de agosto. El catastrófico 2-8 sufrido por el Barcelona ante el Bayern Múnich fue la gota que colmó el vaso de Messi, que ya tenía diferencias con la dirigencia. Y consideró que el ciclo se había cumplido.
- 20 de agosto. La Pulga cortó sus vacaciones para reunirse con el flamante entrenador Ronald Koeman, a quien le dijo que se veía “más afuera que adentro” del Barça. Cuatro días antes habían echado a Setién.
- 25 de agosto. Por primera vez en 20 años, Messi planteó formalmente irse del Barcelona ejecutando la cláusula de salida unilateral que figuraba en su contrato desde 2017. Para el club esa cláusula expiró en junio.
- 26 de agosto. Al día siguiente, el equipo de Guardiola y Agüero se posicionó como la primera opción para el cambio de aire del “10”. PSG, Inter y Manchester United son las otras alternativas mencionadas.
- 27 de agosto. El presidente del Barça dijo ese día que ponía su cabeza a disposición si es que Messi admitía que él era el problema y se quedaba en el club. Como respuesta, llegó el “silenzio stampa” de la Pulga.
- 30 de agosto. Messi pegó el primer faltazo a la rueda de hisopados, ambas partes se cierran aún más en sus radicales posturas y apareció La Liga española para respaldar al Barça y acorralar al rosarino.