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“Para resolver el déficit se deberían construir 15 mil viviendas por año”

Entrevista a Juan José Soler, presidente de Cerámica del Norte.
Sabado, 05 de septiembre de 2020 17:57

Juan José Soler es presidente de Cerámica del Norte, una de las empresas más antiguas de la capital salteño. Produce bloques para pared, bloques para techo y cubiertas para techo.

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Juan José Soler es presidente de Cerámica del Norte, una de las empresas más antiguas de la capital salteño. Produce bloques para pared, bloques para techo y cubiertas para techo.

Cuenta con cinco plantas de producción establecidas en la ciudad de Salta, actualizadas y equipadas con los últimos procesos y adelantos tecnológicos, a la altura de las mejores plantas a nivel mundial.

En una entrevista con El Tribuno, Soler, quien también fue tres veces presidente de la Unión Industrial de Salta, contó como es la situación actual de la empresa tras haber cerrado su producción durante la cuarentena estricta por la pandemia de la COVID-19, se refirió al impacto económico, el déficit habitacional en Salta y habló sobre sus planes para la pospandemia. 

¿Qué significó cerrar la línea de producción por la cuarentena?

El 20 de marzo cuando empezó el aislamiento obligatorio, Cerámica en un hecho inédito tuvo que parar toda su planta, cosa que no había ocurrido en los 84 años de vida que tiene. Se tomaron todas las medidas en aquel momento para parar los hornos que es una causa bastante complicada y traumática. Se hizo con buena praxis para que no haya ningún problema edilicio, ni de seguridad de las personas que operan, ni de los materiales. Sucedido eso Cerámica del Norte estuvo parada lo que duró la fase uno, más o menos entre los últimos días de marzo y primeros días de mayo y a partir de ahí paulatinamente se fueron encendiendo las cuatro plantas que venían trabajando. Eso no fue fácil, cada planta necesita 15 días para ponerse en régimen y así se fueron superando todas las etapas hasta aproximadamente el 15 de julio cuando quedaron las cuatro plantas en régimen. Cerámica está cumpliendo con todos los protocolos que la situación exige. La única planta que esta inactiva hoy es la ultima planta, la número 5, que se terminó de construir a mediados de 2019 y que para ponerla en marcha se necesita que vengan técnicos de Italia. Calculamos que los primeros días de octubre se van a normalizar los vuelos internacionales y a partir de ahí vendrán los profesionales así que a mediados de ese mes las cinco plantas que tiene Cerámica del Norte, con una capacidad instalada de 2.500 toneladas por día, estarán en funcionamiento. 

¿Cómo sostienen la producción?

Vamos llevando una producción plena y trabajando denodadamente desde el punto de vista comercial para que haya una demanda sostenida y con una curva ascendente. Calculamos que es el momento para construir. Hoy la construcción está aproximadamente a un valor de entre 500 y 550 dólares el metro cuadrado así que es un valor de oportunidad para invertir en viviendas. Esto hace que seamos optimistas para el tiempo venidero en el cual la demanda creemos que va a ir creciendo. Lo que si también creo es que el Gobierno, el Estado debe tomar medidas rápidas para generar confianza en el sistema productivo y sobre todo en este rubro para que tengamos un horizonte claro para la inversión. Es un sector que debe seguir tomando mano de obra, generando materiales de calidad con alta productividad para tener el menor costo posible y que sea accesible para los demandantes de viviendas en general, es decir, tenemos la obligación de cubrir todas las franjas sociales, desde la base social que vive con una carencia habitacional.

¿Cuál es su visión sobre el déficit habitacional?

Salta tiene un déficit habitacional de 75.000 a 80.000 viviendas. Argentina tiene un déficit de más o menos 3.500.000. Creo que ya es urgente atacar ese déficit por un lado, y por el otro lado darle la posibilidad a toda esta gente joven que se presenta al mercado de la vivienda que en Salta significa entre 6.000 a 7.000 viviendas por año. Es decir, Salta para resolver su problema habitacional debería estar construyendo 15.000 viviendas por año. Hoy estamos muy lejos de esa cifra.

¿Qué consecuencias provocó la pandemia en la economía de Cerámica del Norte?

Hubo un impacto económico alto que es el que justamente estamos tratando de revertir con producción, productividad y escala. Dejar de producir 40 días significa dejar de generar unos 10.000.000 de ladrillos, es decir, no producir tal cantidad significa desabastecerse desde el punto de vista del stock y tener que reencauzar, digamos con esa producción, toda una masa crítica de productos para poder hacer frente al mercado demandante, es decir que no producir 10 millones de piezas en este caso y que los costos fijos no bajen o se sigan generando es un impacto importante en cualquier industria.

Otro de los temas que nos preocupa es que el grupo tiene dos hoteles importantes: Solar de la Plaza y Ayres de Salta que en marzo quedaron totalmente paralizados por lo que estamos asumiendo todos los costos fijos que tienen. Creemos que este sector va a ser uno de los que va a sufrir más todo esto o que se va a demorar más en reponerse.

¿Lograron sostener los empleos?

En Cerámica el riesgo en ese sentido es cero. El único riesgo que corre hoy, como ocurre en todos los sectores productivos y para quienes tenemos una masa crítica muy grande de operarios es que nos gane a todos los protocolos de la COVID-19 y nos genere una situación complicada de contagiados dentro de nuestro grupo. Gracias a Dios no hubo casos pero esto no significa que estemos exentos, el virus esta dando vueltas por todos lados entonces hay que ser cuidadosos.

En Cerámica no hubo ninguna situación de despidos sino que ha seguido incorporando gente en el rubro de la construcción, en las obras. Cerámica se maneja con un fondo anticrisis importante que se va consolidando en las épocas donde hay una actividad económica muy activa para justamente soportar los momentos que son tan cíclicos en la Argentina que tienen sus etapas recesivas. Hoy estamos pasando por esas situaciones.

¿Cuáles son sus planes para la pospandemia?

Cerámica tiene un concepto claro en el cual su proyecto de inversión está para 10 años y que incluyó haber pasado de 16 millones de ladrillos por año a 100 millones. El proyecto se originó entre 2005 y 2006, y con la puesta en marcha de la planta para la que tienen que venir los técnicos italianos ese programa de inversión está cumplido. Y luego hacemos proyectos de inversión a mediano plazo, de unos 3 o 4 años, que están más focalizados en lo que es la industria de la construcción y el mercado inmobiliario. Cerámica continuamente viene haciendo edificios, departamentos que aproximadamente llevan dos años en ejecutarse. Estamos pronto a terminar uno en la calle Alvarado, en enero aproximadamente. Hemos lanzando una unidad productiva, de negocios, que se llama “Las casas de 180 días” y que es una demostración fehaciente y genuina de que el sistema constructivo de ladrillos, el tradicional, el que tantas satisfacciones ha dado toda la vida a quienes lo que han consumido, es el mejor.

¿Cómo es posible consolidar el desarrollo industrial?

Soy de los que creo enormemente que, para llegar al estadío del desarrollo, Argentina no puede dejar de lado la industria, que es ese eslabón en el cual se genera valor agregado a la producción, el que origina mano de obra en escala y con salarios de calidad.

La plena productividad y la generación de riquezas es fundamental para la grandeza de un país y provincia. Ninguna inversión industrial es a corto plazo, sino a mediano y largo plazo pero hay que generar confianza, hay que animarse. Debemos pasar del proceso de la primarización de la economía a una economía con alto valor agregado en base a la industrialización de la mano de los procesos tecnológicos y muy insertado en el mundo. 

Un puñado de salteños que alguna vez nos consideraron medio loquitos estábamos obsesionados por industrializar Argentina, por lo cual le rindo desde acá un homenaje a grandes industriales que pelearon por esto como Martín Miguel Cornejo, Alejandro y Horacio Patrón Costas, la familia Romero, la familia Mosca, es decir, hubieron un conjunto de familias que creyeron que industrializando Salta se la llevaba a una calidad de vida mejor. Esta obsesión creemos que hoy ya es una necesidad, que debe ser un concepto ya hecho carne en la sociedad. Como decía Carlos Pellegrini: “Sin industria no hay nación” y sin trabajo no hay ninguna sociedad que pueda prosperar. Hay que transformar toda esta solidaridad social que viene de parte del Estado en herramientas de trabajo y cada persona debe forjar su vida en función del es fuerzo de su trabajo. 

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