El 7 de agosto de 2018 Belén López Figueroa relató lo que sufrió e hizo estremecer al estrado. De manera taxativa describió al monstruo que intentó asesinarla. Belén, una superviviente de la violencia de género, aquella vez enfrentó no solo a su expareja, quien la degolló y le fracturó en siete partes la mandíbula, sino al dolor inmenso de reencontrarse con su martirio y con su victimario.
Atrás habían quedado cinco meses de internación, cirugías reconstructivas de la mandíbula, tráquea y vías aéreas.
Estuvo en coma durante meses, alimentada por una sonda gástrica. Tuvo que aprender a hablar de nuevo.
A cinco años de aquella trágica mañana de diciembre de 2016, Belén recibió a El Tribuno, a horas de que Luis Gonzalo Reyes, su victimario, fuera nuevamente condenado por abuso sexual y privación ilegítima de la libertad ejercida durante esa mañana, cuando le destruyó el rostro y le cercenó la garganta.
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La milagrosa recuperación de Belén es un canto a la vida. En su casa, en lo alto de Floresta, rememoró aquellos días de los que dijo "ya se fueron". "Hoy quisiera hablarle a tantas mujeres que vivieron la tragedia de una relación violenta, conflictiva y criminal en su fase final. Mostrarles que solo cinco años después -gracias a la justicia, a mi familia y a aquellos medios que nunca me abandonaron- estoy llena de alegría, felizmente en pareja, con el que tengo una nena y un varón en mi vientre".
"Estuve fuera de la provincia y vine porque me citaron para informarme sobre una nueva sentencia. Volví y me encontré conque mi barrio hoy tiene agua, está más lindo, o simplemente hoy veo que todo está mejor, porque yo estoy mejor", expresó y siguió: "Plena de alegría de contar con mi familia, con mis padres y hermanos, lejos ya de aquella tormenta que perdoné, pero no olvide. Para qué voy abundar en los dolores del pasado, cuando hay tanta vida por delante".
Para todas las mujeres que piensan que no hay futuro después de salir de la violencia es este mi mensaje, esta es mi alegría que quiero compartir con todas las víctimas de este flagelo que llena las páginas de los diarios y toneladas de expedientes. Aquí estoy viva, como siempre, en este mi humilde barrio, en este mi pequeño mundo", dijo sonriendo.
Al ser consultada sobre cómo superó todas las barreras de prejuicios sociales que a diario tuvo que soportar, Belén aseguró: "Tuve que esperar mucho para salir del hospital, mucho más para poder comer, hablar y desplazarme. En los dos primeros años sufrí toda clase de carencias, por meses me alimentaron a través de una sonda gástrica y de a poco me fui recuperando, a tal punto que pude ir al juicio y cara a cara con mi victimario ponerle fin a esa historia de maldad. Hoy estoy llena de alegrías y tengo tatuado sobre mi cuerpo los nombres de aquellos que creyeron en mí, y el título de mi mejor canción, esa que habla de la vida, no de la muerte y en mi alma está Dios, como siempre, grabado a fuego", finalizó.
Unificación de la pena
Los hechos ocurrieron el 14 de diciembre de 2016 en un domicilio de Villa Floresta, cuando la joven se encontraba al cuidado de una sobrina menor y fue agredida por su expareja, con el que tenía una relación conflictiva y signada por la violencia. Un tormento que supo perdonar para sanar, pero que no se olvida, "yo estaba esclavizada por este sujeto", apuntó en una nota realizada por El Tribuno, "cuando mi padre lo denunció me obligó a vivir en casa de su familia, en barrio San Alfonso. La vida allí era imposible y volví a Floresta. Esa decisión aceleró mi sentencia de muerte", sostuvo en 2017.
Luis Gonzalo Reyes (30) fue condenado en juicio abreviado a seis años de prisión efectiva por resultar autor de los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de amenazas, en concurso real con abuso sexual con acceso carnal continuado, en perjuicio de Belén López Figueroa. Permanecerá alojado en la Unidad Carcelaria 1, donde se encuentra purgando una pena por el delito de homicidio agravado por la relación de pareja previa y por mediar violencia de género, en grado de tentativa. El imputado permanecerá alojado en la Unidad Carcelaria 1, donde se encuentra purgando la pena.
La jueza María Victoria Montoya Quiroga, vocal de la Sala II, unificó ambas penas en quince años y seis meses de prisión efectiva. En el juicio abreviado Reyes confesó ser autor de los hechos descriptos por la denunciante. La mujer refirió que había iniciado una relación con el imputado y este comenzó a agredirla físicamente y a intimidarla para que hiciera lo que él deseaba.