Julieta Balza e Ignacio Goytia ascendieron cerros pocos conocidos de Salta entre noviembre y el mes en curso, ambos en la zona de Laguna del Toro.
Los montañistas llegaron a la cumbre del cerro Cencerro el pasado 6 de noviembre. En una larga jornada arribaron a la base para luego caminar entre quebradas y filo y al fin hacer cumbre. Se encontraron con una gran apacheta y ningún testimonio de un posible ascenso; dejaron el de ellos y emprendieron la vuelta.
El 5 de diciembre regresaron para subir el cerro Tres Mojones. Llegaron al pie donde se encontraron con Margarita, una señora muy amable que les indicó por dónde subir.
Al llegar a lo más alto se dieron cuenta del porqué de su nombre: tiene tres mojones que marcan el límite entre Salta y Jujuy. En ambos ascensos los acompañó Payunia, una perrita de un año con espíritu montañista.
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Julieta Balza e Ignacio Goytia ascendieron cerros pocos conocidos de Salta entre noviembre y el mes en curso, ambos en la zona de Laguna del Toro.
Los montañistas llegaron a la cumbre del cerro Cencerro el pasado 6 de noviembre. En una larga jornada arribaron a la base para luego caminar entre quebradas y filo y al fin hacer cumbre. Se encontraron con una gran apacheta y ningún testimonio de un posible ascenso; dejaron el de ellos y emprendieron la vuelta.
El 5 de diciembre regresaron para subir el cerro Tres Mojones. Llegaron al pie donde se encontraron con Margarita, una señora muy amable que les indicó por dónde subir.
Al llegar a lo más alto se dieron cuenta del porqué de su nombre: tiene tres mojones que marcan el límite entre Salta y Jujuy. En ambos ascensos los acompañó Payunia, una perrita de un año con espíritu montañista.