El presidente Alberto Fernández no pudo evitar mostrar su molestia hoy en la Asamblea Legislativa por las constantes interrupciones del diputado de Juntos por el Cambio Fernando Iglesias, a pesar del intento de la vicepresidenta Cristina Kirchner por calmarlo.
A lo largo del discurso presidencial Iglesias realizó varios comentarios y chicanas que retumbaron en el recinto de la Cámara baja, con menos presencia de legisladores de lo habitual, hasta que Fernández se cansó.
Cuando Fernández empezó a hablar de las negociaciones con el FMI y a criticar la deuda contraída por la gestión anterior, Iglesias le gritó: "20 mil millones", en referencia al endeudamiento contraído en el último año.
"Tuvo cuatro años para hablar ¿por qué no me deja hablar a mí por favor?", le respondió el Presidente, a pesar de que Cristina Kirchner, sentada a su izquierda, le tocó el brazo con la mano, como en un intento por poner paños fríos a la situación y mantener calmado al jefe de Estado.
No obstante, y para algarabía de la bancada oficialista, Fernández no pudo evitar responderle al diputado opositor que continuó durante buena parte de la sesión realizando comentarios y críticas, que el Frente de Todos intentó acallar con chistidos, pero sin éxito.
inicia sesión o regístrate.
El presidente Alberto Fernández no pudo evitar mostrar su molestia hoy en la Asamblea Legislativa por las constantes interrupciones del diputado de Juntos por el Cambio Fernando Iglesias, a pesar del intento de la vicepresidenta Cristina Kirchner por calmarlo.
A lo largo del discurso presidencial Iglesias realizó varios comentarios y chicanas que retumbaron en el recinto de la Cámara baja, con menos presencia de legisladores de lo habitual, hasta que Fernández se cansó.
Cuando Fernández empezó a hablar de las negociaciones con el FMI y a criticar la deuda contraída por la gestión anterior, Iglesias le gritó: "20 mil millones", en referencia al endeudamiento contraído en el último año.
"Tuvo cuatro años para hablar ¿por qué no me deja hablar a mí por favor?", le respondió el Presidente, a pesar de que Cristina Kirchner, sentada a su izquierda, le tocó el brazo con la mano, como en un intento por poner paños fríos a la situación y mantener calmado al jefe de Estado.
No obstante, y para algarabía de la bancada oficialista, Fernández no pudo evitar responderle al diputado opositor que continuó durante buena parte de la sesión realizando comentarios y críticas, que el Frente de Todos intentó acallar con chistidos, pero sin éxito.