La fiscala penal de Derechos Humanos del Ministerio Público Fiscal, Verónica Simesen de Bielke, enfrentó varias polémicas por el desarrollo de su trabajo de investigación. En las últimas semanas, incluso, fue blanco de una grotesca descalificación por parte del diputado nacional Martín Grande, hecho por el que lo denunció ante la Justicia y el Inadi.
En diálogo con El Tribuno lamentó que las autoridades que debieran hacer una revisión interna sobre el accionar de algunos miembros de las fuerzas de seguridad intenten desviar el foco de los abusos policiales cuestionando las investigaciones que los exponen.
Últimamente cobraron notoriedad algunas polémicas surgidas a partir del cumplimiento de sus funciones. ¿Cómo vivió esto?
Llama la atención que desde los lugares donde deben hacer una autocrítica en función de los resultados que tenemos de las investigaciones penales, en este caso particular del abuso policial, la crítica sea hacia quien realiza la investigación y no hacia la institución que es la que debe mejorar el trato que llevan adelante los efectivos policiales en relación con los ciudadanos.
Pese a que notificamos al ministro (de Seguridad) de todas las acusaciones que hacemos, nunca se han hecho presentes para interiorizarse sobre lo que está ocurriendo y de qué manera podemos mejorar este servicio a la comunidad en el que cuando se presenta un policía uno debería sentir seguridad y no miedo de que pudiera ocurrirle algo.
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La fiscala penal de Derechos Humanos del Ministerio Público Fiscal, Verónica Simesen de Bielke, enfrentó varias polémicas por el desarrollo de su trabajo de investigación. En las últimas semanas, incluso, fue blanco de una grotesca descalificación por parte del diputado nacional Martín Grande, hecho por el que lo denunció ante la Justicia y el Inadi.
En diálogo con El Tribuno lamentó que las autoridades que debieran hacer una revisión interna sobre el accionar de algunos miembros de las fuerzas de seguridad intenten desviar el foco de los abusos policiales cuestionando las investigaciones que los exponen.
Últimamente cobraron notoriedad algunas polémicas surgidas a partir del cumplimiento de sus funciones. ¿Cómo vivió esto?
Llama la atención que desde los lugares donde deben hacer una autocrítica en función de los resultados que tenemos de las investigaciones penales, en este caso particular del abuso policial, la crítica sea hacia quien realiza la investigación y no hacia la institución que es la que debe mejorar el trato que llevan adelante los efectivos policiales en relación con los ciudadanos.
Pese a que notificamos al ministro (de Seguridad) de todas las acusaciones que hacemos, nunca se han hecho presentes para interiorizarse sobre lo que está ocurriendo y de qué manera podemos mejorar este servicio a la comunidad en el que cuando se presenta un policía uno debería sentir seguridad y no miedo de que pudiera ocurrirle algo.
¿Se puede llegar a pensar que hay una persecución por hacer el trabajo de investigación?
En mi caso particular, estoy desde el año pasado en esta función y arranqué con una causa -la de Apolinario Saravia-, en la que los elementos de prueba fueron contundentes y, cuando empezamos a investigar lo que sucedía, vimos que evidentemente sucedía desde hace tiempo. Entonces empezamos a tomar más intervención en las causas y a ver los resultados en cuanto a la integridad física y psíquica de quienes son víctimas del abuso policial, hubo una serie de ataques hacia mi función y luego hacia mi persona.
Yo pienso que debo dar cuenta de mis actos y por eso, cuando la prensa me pregunta, mientras se pueda hablar de la causa, voy a seguir haciéndolo porque creo que los ciudadanos deben conocer el trabajo que hacemos los fiscales, hacia dónde vamos, qué elementos probatorios tenemos y qué está sucediendo, sobre todo cuando hablamos de las fuerzas de seguridad que también son servidores públicos.
¿Cree que la situación de la pandemia influyó en que se cometan más abusos policiales?
No, yo creo que siempre ocurrió. Pienso que tal vez hubo un aumento de denuncias en relación con los medios que nosotros les proporcionamos desde el Ministerio Público Fiscal para hacerlas. Creo que ha sido clave esta posibilidad de las denuncias web porque la queja que nosotros escuchábamos era que no les querían tomar las denuncias en las comisarías. Había localidades a las que no podíamos llegar porque en las comisarías no le querían tomar las denuncias a la gente. Entonces creo que estas herramientas que les hemos brindado, abriendo canales que tal vez la pandemia sí precipitó, ha permitido que la gente tenga la certeza de que si hace la denuncia se van a tomar medidas al respecto.
¿Qué sintió cuando el propio ministro de Seguridad, Juan Manuel Pulleiro, la cuestionó por investigar policías? ¿En algún momento eso se puso en contacto con usted para aclarar sus dichos?
El año pasado me tocó intervenir en el lamentable asesinato de Rosa Sulca y en ese momento ya tuvimos una crítica por parte del Ministerio de Seguridad por la actuación de los fiscales. Uno como funcionario puede soportar las críticas porque para eso estamos en esos lugares, pero me sorprendió porque yo he tenido, creo, dos encuentros públicos con el ministro: uno en un canal de televisión y otro en una inspección ocular en el 911, donde tuvo un trato cordial. Por eso me sorprendió cuando en la entrevista que le hicieron se enfocó a hablar específicamente de mí como funcionaria y, además, algo que es muy importante, que es la tergiversación de los términos, porque indujo confusión en la sociedad al decir que es “nuestra Policía”, cuando la Policía no es nuestra, no es del Ministerio Público Fiscal. La Policía es del Ministerio de Seguridad y, particularmente en las causas que me toca intervenir, la mayoría y le puedo decir sin temor a equivocarme que es el 99% de los casos, se trataba de funciones de prevención de la Policía donde se cometieron abusos policiales, o sea que estaban a su cargo exclusivamente. Yo, en este caso en particular como investigadora de abusos policiales, no trabajo con la Policía y si él cree que hay animosidad yo lo lamento, él (Pulleiro) no se ha comunicado conmigo.
Las consecuencias hoy son graves porque la cantidad de efectivos policiales que tenemos imputados es alarmante, ya que hablamos de las fuerzas que nos tienen que brindar, justamente, seguridad.
¿En el caso de Martín Grande y sus insultos públicos hacia su persona, qué pensó cuando lo escuchó descalificarla de esa manera?
La verdad que no me sorprendió porque es otra persona que desde hace tiempo viene refiriéndose a mí en varias de sus editoriales, en varios medios. Lo hizo incluso en el Congreso de la Nación, que me pareció que no era el lugar ni el momento, pretendiendo incluir una cuestión de privilegio, refiriéndose a una fiscal que seguramente ni me conocen en ese ámbito en Buenos Aires; entonces no me sorprendió, pero sí considero que es un agravio muy fuerte porque la expresión que él utilizó hacia mi persona todos sabemos lo que significa. Pero además me trata de incapaz, de incompetente, dijo que soy un fraude, material descartable. Esto viene de hace tiempo, él puede o no coincidir con mi trabajo, estoy abierta a las críticas hacia mi labor pero, en el mismo sentido en que el ministro (de Seguridad) jamás se interiorizó en relación al trabajo que llevamos adelante. Él, como diputado nacional, podría pedir informe sobre el estado procesal de las distintas causas o en qué estado están. Entonces, ¿cuál es su interés como representante de los salteños? Parece que solamente llevar adelante agravios. Y lo más lamentable en todo este contexto de violencia de género y femicidios en que está inmersa Salta, es que un legislador tenga estos conceptos hacia una mujer, sea hacia mí o cualquier otra.
¿Qué queda para el ciudadano común si un diputado de la Nación se refiere de esa manera a una fiscala? ¿Cómo no va a estar normalizada la violencia de género si la gente la ve en sus autoridades o representantes?
Exacto. Y está normalizada en todos los ámbitos. Yo lo he dicho muchas veces: si bien los ciudadanos no tienen obligación de conocer la ley, hemos llegado a un punto de quiebre y este punto donde se normaliza la violencia, lo veo en las redes sociales, incluso en el mismo periodismo -al que respeto muchísimo- por ciertos términos que utilizan.
Hoy una jueza presidenta, por primera vez una mujer, de una Asociación de Jueces renunció por sentirse víctima de violencia de género. A veces uno piensa que la violencia de género solo ocurre dentro del ámbito familiar, de una pareja o de una expareja con amenazas, golpes o femicidios, pero la realidad es que la violencia de género tiene muchísimos espectros como la violencia institucional, la simbólica.
Entonces, funcionarios públicos que somos quienes debemos dar el ejemplo, dirigirnos con estas expresiones... a mí no me merece ningún tipo de respeto como legislador, como persona ni mucho menos como hombre.
En su momento dijo que lo iba a denunciar por sus dichos. ¿Ya lo hizo?
Sí, hice la denuncia ante el Juzgado de Violencia Familiar y de Género por violencia institucional y simbólica hace ocho días, pidiendo una serie de medidas cautelares que hasta el momento no se resolvieron, con lo cual esta persona sigue dirigiéndose a mí. Todos los días tiene algo para decir, parece que soy muy importante en su vida. También lo he denunciado ante el Inadi, porque la violencia de género es una de las formas de discriminación y voy a seguir la semana que viene, voy a hacer presentaciones cuando abra la Ciudad Judicial desde el punto de vista penal y civil.
¿Piensa en una carrera dentro del Ministerio Público o incluso en llegar a la Corte en algún momento?
No me interesa la carrera dentro del Poder Judicial. Y dentro del Ministerio Público Fiscal hay dos cargos por encima del mío, que son los fiscales de impugnación o ser procuradora. Obviamente que sería un honor ser procuradora algún día y ser la primera procuradora mujer, pero en estos momentos hay un procurador que es una persona comprometida con la violencia de género y he sentido un apoyo muy importante de su parte.