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De Embarcación a la cima de América: Nicolás González, el salteño más "recopado"

El delantero salteño, que ganó con Defensa y Justicia la Copa Sudamericana y la Recopa en menos de 3 meses, habló sobre su presente de ensueños con El Tribuno.
Jueves, 03 de junio de 2021 01:42

Mientras acunaba sueños de grandeza en su almohada y sorprendía a sus coterráneos por su estirpe de elegido despuntando su eterno vicio con la pelota en su calurosa Embarcación natal, Nicolás González, este salteño de 22 años que un día abandonó su pueblo, su familia, sus amigos y su tierra en busca de la gloria tan ansiada, ni se imaginaba que en un lapso de 80 días su vida cambiaría por completo y para siempre.

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Mientras acunaba sueños de grandeza en su almohada y sorprendía a sus coterráneos por su estirpe de elegido despuntando su eterno vicio con la pelota en su calurosa Embarcación natal, Nicolás González, este salteño de 22 años que un día abandonó su pueblo, su familia, sus amigos y su tierra en busca de la gloria tan ansiada, ni se imaginaba que en un lapso de 80 días su vida cambiaría por completo y para siempre.

Ni mucho menos que entraría en la historia por conseguir dos de los más importantes y jerárquicos trofeos continentales en menos de tres meses: es que el delantero salteño, que ya había ingresado en los libros al levantar la Copa Sudamericana 2020 en el Mario Alberto Kempes jugando para Defensa y Justicia, el 23 de enero de 2021, goleando 3 a 0 en la final a Lanús y de la mano de Hernán Crespo, volvía a subirse al pedestal glorioso al ser parte del plantel que logró la épica al vencer por penales al encumbrado campeón de la Libertadores, el Palmeiras, en Brasilia, el 14 de abril de este mismo año, ya bajo la tutela de Sebastián Beccacece. 

Si bien en ambos encuentros definitorios la camiseta número 20 del mediapunta salteño no se exhibió en el campo ni en el banco de suplentes, quien ya había debutado en Copa Libertadores fue parte del proceso del Defensa campeón, del periplo y de la experiencia de besar dos de los trofeos más codiciados por cualquier futbolista. Nadie le quitará sus lauros y su inolvidable vivencia. Aunque no se conforma y va por más.

Pero, ¿quién es Nicolás González y por qué muchos futboleros salteños saben poco de él?

Es que tenía 15 años cuando dejó su querido River de Embarcación, su suelo y su familia para emigrar nada menos que a las inferiores de Racing, tras un muy breve paso por Mitre, en nuestra capital. Ya en la academia, donde jugó dos años en inferiores, lo vieron jugar Adrián Domenech y Gustavo Gallego, por entonces coordinadores de las inferiores del halcón, y se lo llevaron al club donde está desde hace casi tres años y al que le agradece todo, por terminar de formarlo, por darle la oportunidad de debutar en primera y por jugar torneos internaciones (sumó minutos ante Vasco da Gama y Delfín de Ecuador).

En diálogo con El Tribuno, el extremo salteño “multicampeón” con Defensa y Justicia hizo un paseo por sus duros comienzos en el norte de nuestra provincia, hasta este presente plagado de títulos, experiencia grande y roce de primera.

“Llegar donde llegué implicó mucho sacrificio, tanto de mi familia como mío. Desde los 15 años que estoy afuera de casa y no fue fácil”, expresó el futbolista que besó dos copas internacionales, y el ser humano que aún sufre porque extraña a su familia, compuesta por su padre, su madre, su hermano de 18 años y su hermanita de 8; a quienes solo puede ver por la pantalla de un celular.

“Defensa y Justicia es mi casa. Me abrió las puertas, me ayudó muchísimo a poder encontrar mi característica de juego y estoy totalmente agradecido con el club. Estoy disfrutando este momento, en lo grupal me toca estar en un plantel que se volvió ganador y con esa mentalidad vamos por muchas más cosas, así que me toca disfrutar este momento y tratar de crecer yo profesionalmente”, le expresó el salteño a este medio.

“La verdad que ser parte de este momento histórico de Defensa ni lo soñé, no tenía ni idea de todo lo que me iba a pasar en tan poco tiempo, sí confiaba en mi capacidad, sabía que tarde o temprano iba a debutar y me iba a consolidar en el club, pero lo que pasó con la Sudamericana y la Recopa fue algo soñado e inesperado para mí, pero también respondió muy bien el grupo de jugadores, se generó un muy buen grupo y eso fue lo que nos llevó a la gloria”, destacó Nico, para luego ampliar: “Estoy en un club muy ordenado, humilde, pero ganador. Cuando yo llegué vino un coordinador que invirtió mucho tiempo y dedicación en los juveniles”.

Nicolás también reveló que no ve a su familia hace meses, porque la exigencia de Defensa y Justicia, clasificado a octavos de final de Libertadores, le añadió una vara de exigencia superior, teniendo en cuenta que con Beccacece al mando su rodaje no es el mismo y no debe dormirse. “A mis viejos no los veo desde hace meses, tratan de venir cuando tengo vacaciones. Yo todavía no pude ir a Embarcación desde que llegué a primera”, contó.
 

El Apache, su referente

“Siempre tuve como ídolo a Carlos Tevez: es luchador, superó muchas adversidades, proviene de un hogar humilde, llegó a lo máximo y logró ser querido por todos. Siempre va para adelante. Hay muchos jugadores de primera a los que puedo ver de cerca. Me gusta el estilo de (Sebastián) Villa, el nivel europeo de Lautaro Acosta, jugadores que me hacen sentir identificado”, contó.
 

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