Paradójicamente ayer, en el Día Mundial del Ambiente, cuando la ONU propone para 2021 recuperar los ecosistemas dañados con la consigna "Reimaginar, recrear, restaurar", llegó a la Redacción de El Tribuno la denuncia de un grupo de ciclistas indignados con los motoqueros enduristas, quienes estarían dañando sistemáticamente el cerro San Bernardo, parte del cerro 20 de Febrero, el cerro de La Virgen y todo ese cordón que abraza a la ciudad de Salta, y que además es reserva natural y área de interés ambiental. Pidieron que las autoridades de Ambiente de la Provincia tomen cartas en el asunto para evitar la depredación total de una zona que aparece pintada de amarillo en el mapa de bosques salteños.
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Paradójicamente ayer, en el Día Mundial del Ambiente, cuando la ONU propone para 2021 recuperar los ecosistemas dañados con la consigna "Reimaginar, recrear, restaurar", llegó a la Redacción de El Tribuno la denuncia de un grupo de ciclistas indignados con los motoqueros enduristas, quienes estarían dañando sistemáticamente el cerro San Bernardo, parte del cerro 20 de Febrero, el cerro de La Virgen y todo ese cordón que abraza a la ciudad de Salta, y que además es reserva natural y área de interés ambiental. Pidieron que las autoridades de Ambiente de la Provincia tomen cartas en el asunto para evitar la depredación total de una zona que aparece pintada de amarillo en el mapa de bosques salteños.
"Es indignante el estado del cerro ahora. Yo ando en bicicleta desde que tengo uso de razón en el cerro y ahora veo los socavones de un metro de profundidad que hacen las motos por las ruedas que patinan en el suelo y lo erosionan; las raíces de los árboles quedan lastimadas y al descubierto. Los motoqueros se están adueñando del cerro y quieren hasta marcar el sentido de circulación de las bicicletas. Incluso pusieron un alambrado en la entrada del cerro, subiendo por el Sporting Club en Tres Cerritos. Eso fue antes de ayer y lo más triste es que con mi amigo contamos unos 30 árboles talados. Al parecer, un grupo de motoqueros quería impedir el ingreso de otras motos por ese camino hasta La Virgen y que entren directamente por el autódromo, donde tienen un circuito para motos", describe uno de los ciclistas que formuló la denuncia, y agrega: "Está todo lleno de botellas, de bolsas y papeles. Eso no es culpa de los motoqueros solamente, es culpa de todos los que suben caminando, en bici y en moto. Sería ideal que cierren el paso al cerro para todos y que lo protejan y se recupere".
Otro ciclista detalló: "Al cerro se puede entrar por varios accesos: por el Autódromo donde tienen un circuito los motoqueros, se puede entrar por el San Bernardo y desviar hacia el cerro Aladelta que está detrás de las Antenas; otro sendero está detrás de la playa de estacionamiento de la Virgen del Cerro y otro es entrando por Tres Cerritos. Son senderos usados hace décadas por gente que hace trekking, mountain bike o que corre, tres actividades amigables con el ambiente y la salud. Pero no es el caso de las motos que realmente depredan el cerro, incluso ellos mismos están talando árboles para cerrar el acceso al circuito para los que hacen trekking o andan en bici. Se adueñaron, en una palabra. Quizás son poderosos y se creen con ese derecho, o alguien los apaña para hacerlo, pero lo que logran con las motos en ese terreno es muy nocivo para la conservación del ambiente".
Los ciclistas aseguran que “el endurismo no afecta seriamente solo a los caminos por donde se asciende a los cerros, sino que también afecta al ambiente por la erosión que provocan y además ponen en riesgo a las personas que transitan por estos lugares”. Acotaron que “las motos de enduro dañan los senderos de manera irreversible y aceleran la erosión de los ambientes. Se deberían regular los lugares permitidos para su circulación, por algo está prohibida la actividad en las reservas naturales de todo el mundo”.
Agrega: "Una bici pesa entre 12 y 15 kilos, es un vehículo amigable con el ambiente, pero los motoqueros están haciendo desastres con las ruedas que erosionan el terreno y las motos que pesan entre 150 y 250 kilos más los motociclistas que van arriba. Aran sobre las raíces. Están reventando el cerro que es un santuario para la flora y la fauna autóctona. Se pueden ver zorros, hurones, corzuelas, pavas del monte. Una vez que degradan la cubierta con el peso de las motos y sus ruedas, cuando llueve se lava el suelo por los senderos que marcan. Lo peor es que se lo permitan las autoridades que deberían proteger el ambiente natural de Salta".
Una ley que respalda
La legislación provincial y nacional en materia de Ordenamiento Territorial para la preservación de Bosques Nativos (OTBN), protege a los cerros que abrazan a la ciudad de Salta de cualquier actividad que impida su equilibrio y perpetuidad. El Cerro de la Virgen, el cerro San Bernardo, el 20 de Febrero y el resto de esa cadena, constituyen un área protegida por la Ley Provincial 7543, que en su Artículo 5 clasifica a las áreas protegidas en tres colores: rojo, amarillo y verde. El estacionamiento del santuario de la Virgen del Cerro es la puerta de entrada más usada por ciclistas, caminantes y motociclistas hacia este sector de "Especial Interés Ambiental - Reserva Natural o Parque Natural" que aparece de color amarillo en el mapa por tener una pendiente mayor al 15% lo que anticipa la proclividad del terreno a desmoronamientos y deslizamientos ante cualquier intervención humana que esté fuera de lo permitido para su conservación. Según la ordenanza municipal de Salta 9218/98 de esta zona "no se podrá extraer madera, mantillo, o cualquier recurso existente", lo que pone en alerta sobre la tala de más de 30 árboles a la que apunta la denuncia que llegó a El Tribuno, realizada esta semana en las últimas estribaciones del cerro 20 de Febrero, en Tres Cerritos.
Incluso el Código de Planeamiento Urbano Ambiental (CPUA) establece que estos cerros deben "preservarse permanentemente por sus condiciones fisiográficas, geológicas, hidrológicas, botánicas y/o climatológicas, que constituyen un ecosistema de importancia para el ambiente natural", siendo legal solamente realizar "turismo ecológico, montañismo, actividades educativas, y otras que sirvan para garantizar el equilibrio y su perpetuación". Al parecer, las motos no entrarían en este "permitido". Pero tampoco entrarían los caminantes, ciclistas y corredores que van dejando regado de botellas, bolsas y papeles el cerro con total impunidad, burlándose de los carteles que rezan: "Llévese su basura". Definitivamente, las autoridades deberían tomar cartas en el asunto para regular el acceso a los cerros de la ciudad y, de ser necesario, aplicar multas o prohibir el ingreso hasta que se hayan evaluado los daños y exista un plan de restauración.