Unos leños prendidos apenas calientan este invierno en el Chaco salteño. Entre los wichis y los criollos muchos no tienen un colchón para dormir y menos frazadas para abrigarse. La pandemia cayó como un azote en las comunidades donde la mayoría vive en la miseria a expensas del salario universal y del bolsón alimentario que no dura ni una semana en estas familias con 8, 10 y más hijos, y que, por cierto, no entregaron durante tres meses en el interior de Salta. Recién esta semana se reinició el reparto de mercaderías que tiene programado desde la Nación, solo 7 entregas al año. Inexplicable número teniendo el año 12 meses o 365 días en los que los pobres deberían ser asistidos con alimentos diariamente. Soluciones de continuidad para una creciente pobreza estructural.
inicia sesión o regístrate.
Unos leños prendidos apenas calientan este invierno en el Chaco salteño. Entre los wichis y los criollos muchos no tienen un colchón para dormir y menos frazadas para abrigarse. La pandemia cayó como un azote en las comunidades donde la mayoría vive en la miseria a expensas del salario universal y del bolsón alimentario que no dura ni una semana en estas familias con 8, 10 y más hijos, y que, por cierto, no entregaron durante tres meses en el interior de Salta. Recién esta semana se reinició el reparto de mercaderías que tiene programado desde la Nación, solo 7 entregas al año. Inexplicable número teniendo el año 12 meses o 365 días en los que los pobres deberían ser asistidos con alimentos diariamente. Soluciones de continuidad para una creciente pobreza estructural.
Contábamos a fines de marzo pasado que 350 niños que asisten a la escuela Nº4229 Tambor de Tacuarí, de Coronel Juan Solá, Estación Morillo, no habían comenzado las clases tras un 2020 negro para la educación, sobre todo de los más vulnerables, quienes perdieron no solo un año de aprendizaje por la falta de conectividad y otras desigualdades, sino que también perdieron un año de alimentarse mejor. Entonces los padres tomaron la escuela para exigir que sus chicos aprendan y que coman comida de mejor calidad y en un lugar digno, puesto que las cocineras encendían la fogata y ponían las ollas a la intemperie, y los chicos comían sentados en el suelo. Pedían que el director Héctor Daniel Zacarías fuera sancionado por no rendir cuentas de los 15.000 pesos diarios que tenía presupuestados para dar de comer a los chicos, a quienes solo les servía frangollo y polenta aun en verano. Denunciaron los padres también que la escuela no tenía puertas, ventanas, pupitres, ni cerramiento exterior y que los baños no se podían usar. ¿Qué pasó? Desde el Ministerio de Educación de la Provincia desplazaron a Zacarías sin más novedades sobre las rendiciones del comedor, quien seguramente ya se acogió a la jubilación como un premio, sin las sanciones que los padres requerían. Por lo demás, todo sigue igual en esta escuela desmantelada de 45 años que se cae de a pedazos, donde los chicos no aprenden nada y tampoco comen porque el Ministerio de Educación no cumplió con la promesa de construir la cocina y el comedor. Una vez por mes, Norma Calvo, la nueva directora, una antigua maestra de esa escuela, les reparte bolsones con mercadería a los alumnos a cuenta de la comida de todos los días que les hace falta.
Reinaldo Ferreira, dirigente wichi de Morillo, señaló: "Vinieron dos veces desde el Ministerio de Educación cuando tomamos la escuela, prometieron hacer la cocina y el comedor, el intendente Atta Gerala compró todos los materiales para que la obra se haga y la Provincia tenía que dar dinero que se había comprometido, pero no cumplieron su parte. La Provincia dice que recién ahora va a mandar un proyecto a la Nación para la obra. Claramente nos mintieron a todos. Nos toman por tontos como siempre. Queda claro que no quieren cambiar la historia como se dijo en 2018".
Agregó: "Lo que hicieron es calmar las aguas para salvarlo a Zacarías, el exdirector corrupto al que premiaron jubilándolo sin castigarlo por el hambre de años de los chicos de la escuela Tambor de Tacuarí. ¿Qué hizo con la plata del comedor en tantos años? Es una vergüenza y eso los convierte en cómplices".
Ferreira detalló que "la escuela sigue igual de mal, sin puertas, sin ventanas, sin cerramiento perimetral, robaron siete veces ya, a los chicos les reparten módulos alimentarios mensuales y eso no es igual que darles todos los días un plato de comida, pero es porque la escuela sigue sin cocina y sin comedor y los chicos siguen con hambre".
Reinaldo Ferreira, dirigente wichi
“Acá tiene que venir el ministro Cánepa a poner la cara alguna vez. Los chicos no saben ni leer, no aprenden nada desde el 2020, que no esperen a que tomemos de nuevo la escuela”.