Gabriel Raposo, padre de la leona que este miércoles hizo historia en el deporte salteño, compartió sus emociones con El Tribuno y contó que vive con mucha nostalgia al recordar los primeros pasos en el hockey de Valentina, la defensora de 18 años, que este viernes va a jugar la final de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 ante Países Bajos.
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Gabriel Raposo, padre de la leona que este miércoles hizo historia en el deporte salteño, compartió sus emociones con El Tribuno y contó que vive con mucha nostalgia al recordar los primeros pasos en el hockey de Valentina, la defensora de 18 años, que este viernes va a jugar la final de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 ante Países Bajos.
Sin embargo resaltó un momento en particular de su familia, cuando a su esposa María Eugenia Ruiz de los Llanos le diagnosticaron una dura enfermedad. "Dicen que mentalmente Valentina parece más grande y eso se lo debe a mi esposa que tuvo una enfermedad y se curó. Mis hijas supieron verla como un ejemplo. La vieron postrada después que cada vez que venía de la quimioterapia y eso le influyó muchísimo en la formación de su temple".
Sobre los momentos que vive la salteña quien será la segunda deportista argentina más joven en obtener una medalla -la primera fue Gabriela Sabatini en Seúl 1988-, Raposo dijo:"Las sensaciones que me pasan es de nostalgia, llena de emoción. Me trae recuerdos de cuando Valentina era chiquita y comenzó a jugar al hockey. Tenía la particularidad de no ir detrás de la bocha como lo hacen muchos chiquitos de su edad, pero ella se quedaba defendiendo. En esa categoría de 8ª y 9ª juegan sin arquera y ella se quería quedar de arquera, no quería que le hagan goles. Se sentía defensora y es re competitiva, siempre quiso ganar".
"Todavia no lo procesamos realmente, muchos dicen 'ya van a caer' y lo mismo le debe estar pasando a ella. Fue todo muy rápido. Sus compañeras vienen trabajando desde hace 4 años y tuvieron que entrenar solas en un año complicado, algunas encerradas. Valentina lo hizo pero pensando en Las Leoncitas y no en Las Leonas".
"Es una alegría enorme de toda la familia, un orgullo de todos y se revolucionó un poco la familia. Algunos le daban cero bolilla al deporte y ahora son casi especialistas. Nos queda disfrutarlo y vivirlo. Se siente el afecto de gente que se comunicó de hace años que no veía, de antiguos trabajos. Lo que pasó con Valentina nos trajo a todos promesas de juntadas con mucha gente. Fueron todas cosas buenas que suman y te hacen sentir bien", expresó el padre.