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"El 90% de los que fueron a la Anses no califican para cobrar el IFE 5"

Lo señaló gerenta de la UDAI Norte Salta, Josefina Nallar. Ayer, otra vez, hubo filas interminables, donde se entrecruzan las historias de sacrificio y mucha necesidad.
Miércoles, 26 de octubre de 2022 00:00

El sol estuvo a pleno y la temperatura superó los 30 grados ayer. Y, por segundo día consecutivo, cientos de personas hicieron filas eternas afuera de la sede de Anses para ver si podían inscribirse para cobrar el IFE 5. El tema es que autoridades de esa oficina señalaron que el 90% de los que se llegaron no cumplen con los requisitos para cobrar el refuerzo alimentario.

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El sol estuvo a pleno y la temperatura superó los 30 grados ayer. Y, por segundo día consecutivo, cientos de personas hicieron filas eternas afuera de la sede de Anses para ver si podían inscribirse para cobrar el IFE 5. El tema es que autoridades de esa oficina señalaron que el 90% de los que se llegaron no cumplen con los requisitos para cobrar el refuerzo alimentario.

Ayer, la misma gerenta de la UDAI Norte Salta, Josefina Nallar, le confirmó a El Tribuno que un 90% de los que llegaron a solicitar el beneficio quedó afuera. "En dos días de intenso trabajo solo hay un 10% de aceptación de requisitos", dijo la funcionaria.

El refuerzo alimentario se trata de una ayuda bien direccionada. O sea que solo podrán cobrar los dos pagos de 22.500 pesos aquellas personas que no estén en blanco y que no cobren otros beneficios del Estado, o sea que sean adultos en total vulnerabilidad.

La fila del lunes se armó el domingo a la noche. Lo mismo pasó con la cola del martes que, en mucha menor proporción, se comenzó a construir el lunes bien tarde. Entre los que estaban ayer en la fila había personas que ya tenían un número para ser atendidos (porque fueron el lunes) y otros que esperaban que alguien les diga si califican o no.

Bautista estaba a pasos de llegar a la puerta de Anses, de calle Jujuy. Ayer había llegado a las 5 de la mañana para hacer fila y tenía un número. Es changarín y le dijo a este diario que si calificaba para recibir la ayuda, ya que no tiene nada, solo vive el día a día.

Roberto también esperaba en la fila desde las 2 de la mañana. "Yo no tengo ingresos de nada. Soy changarín y está mal que nos hagan esperar tanto", dijo.

El lunes hubo un desborde en la puerta de la Anses de personas que buscaban ser atendidas y que las anoten. Muchos sabían que no cumplían los requisitos, pero fueron "por las dudas".

En otro sector, Santos, quien no tenía número para ser atendido, llegó a las 4 de la mañana. El hombre no tiene trabajo, vive de changas, el día a día. "No hay otra que esperar, de algo va a servir esta ayuda. Yo no tengo nada", afirmó.

"Ayer vine a las 6.30, estaba cerca de la entrada y no me atendieron. Hoy veré si puedo. Yo me dedico a hacer changas de albañilería, eso me ayuda para parar la olla. Día que no trabajo no como", dice en todo triste José Luis.

En un país donde la inflación va a llegar a fin de año al 100% y con una canasta básica total que cuesta $128 mil y la que mide la indigencia en 53 mil, cada vez es más difícil para las familias llegar a fin de mes. Estas condiciones hacen que más personas busquen cualquier tipo de ayuda.

Gritos

Mientras algunos conductores de automóviles y motocicletas les gritan "vagos" a los que están en la fila, en las veredas hay realidades que duelen, que no se cuentan, que muchas veces se ocultan por la vergüenza que se construyó en torno de la pobreza; la construcción de sentido es política.

"Yo les digo que no tenemos que tener vergüenza por no tener un trabajo, por no tener ingresos. Vergüenza es robar. Entonces vienen las cámaras y nadie quiere hablar porque se armó la idea de que somos lo peor. Y eso no es así; no tenemos la suerte de tener un trabajo", dijo José Flores a la salida de sus trámites para cobrar el bono.

El hombre es uno de los pocos que tiene los requisitos para cobrar. Desde el lunes mucha gente, por necesidad, llegó hasta las oficinas de Anses para averiguar sobre lo que se necesita para acceder al beneficio; muchos quedaron afuera.

"Yo me vine a las 3 de la mañana y ya había gente; casi una mitad de cuadra. Me vine porque no tengo nada, no tengo ingresos, beneficios, no tengo hijos ni nada", dijo Flores.

A la realidad de José se la puede comprobar en la zona sudeste, más precisamente en barrio Primera Junta, donde tiene su humilde vivienda. El hombre tiene 35 años y un accidente en motocicleta hace un tiempo le dificultó las posibilidades de encontrar un trabajo formal.

"Con el bono voy a restaurar un carro viejo que tengo y mi papá ya me dijo que me prestará la moto por un tiempo. Con eso ya tengo un lugar para buscar abono y luego venderlo. En este tiempo en donde es tan lindo comenzar a sembrar, a tener lindo el jardín", concluyó Jorge Flores.

 

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