"La meta es reducir las muertes y lesiones en el tránsito, y para lograrla debemos contar con una mejor gestión de las velocidades", remarcó el director de Innovación del municipio capitalino, Federico Dada, en relación al Plan Integral de Seguridad Vial que se analiza para la ciudad de Salta.
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"La meta es reducir las muertes y lesiones en el tránsito, y para lograrla debemos contar con una mejor gestión de las velocidades", remarcó el director de Innovación del municipio capitalino, Federico Dada, en relación al Plan Integral de Seguridad Vial que se analiza para la ciudad de Salta.
Dada hizo notar que "las ciudades que han hecho los mayores progresos, las del hemisferio norte, han puesto la centralidad en la velocidad, pues es un factor de riesgo clave en la siniestralidad vial".
Sobre la orientación que tendría el Plan hacia lo que hoy se conoce como Sistema Seguro, el funcionario señaló que "hemos desarrollado desde el Municipio una propuesta de Plan Integral de Seguridad Vial 2022-2030 que se basa en un nuevo paradigma que, en las ciudades que lo aplicaron, está demostrando que es la mejor opción y la más rápida para reducir el número de muertes en siniestros de tránsito. Además de salvar vidas, este enfoque tiene muchos otros beneficios como mejoras económicas, a la salud y al medioambiente", destacó.
Dada explicó que "se trata de un enfoque sistémico, porque integra elementos de la gestión y diferentes áreas de acción para generar sistemas de movilidad más seguros, pasando la responsabilidad de los usuarios viales a los diseñadores del sistema viario y al entorno construido y la forma en que éste afecta las decisiones y los comportamientos en la vía". En este punto, resaltó que hay sobrada evidencia de beneficios directos. "Los países que cuentan con este enfoque han reducido el número de muertes y heridos graves por el tránsito a los niveles más bajos, a un ritmo más acelerado que los países que no tienen este enfoque", afirmó.
El director de Innovación señaló que se aspira a implementar en la ciudad de Salta un Plan de Gestión de la Velocidad (PGV), siguiendo los pasos de Bogotá en la región y la experiencia de Montevideo. "Con un plan de este tipo, la capital colombiana logró reducir en 30% las muertes por incidentes de tránsito y ahorrar 12,6 millones de dólares en gastos", puntualizó.
Dada subrayó que el PGV de Salta, como parte del Sistema Seguro, "será un instrumento para regularizar, en base a datos y evidencia, las velocidades de acuerdo al uso de las vías y la siniestralidad. La información nos servirá para la toma de decisiones adecuadas, que hagan foco en la protección de usuarios vulnerables (peatones, ciclistas y motociclistas) y en la toma de medidas de infraestructura, tecnología y control de las velocidades para garantizar el cumplimiento de los límites de velocidad y otras normas viales".
Sobre los próximos pasos que se delimitaron en la última reunión de la Red Interinstitucional de Seguridad Vial, el funcionario municipal señaló que se avanzará hacia el enfoque de sistema seguro en cinco ejes: "El primero contempla la reducción de límites de velocidad máximos, cómo recomienda la OMS, armonizando las velocidades donde usuarios vulnerables comparten las vías con vehículos motorizados", precisó.
Sobre el segundo, Dada aclaró que avanzará con "una intervención de la infraestructura vial, como recomiendan las buenas prácticas internacionales, con abordajes desde la ingeniería vial para reducir las velocidades y persuadir hacia la conducción segura".
Otro eje, según explicó, contempla "la utilización de tecnologías para el control de la velocidad, como comprueban las experiencias exitosas a nivel mundial, y que en la región tiene como ejemplos a Montevideo y Bogotá". En este aspecto, Dada recalcó que incluso la representación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Argentina "recomendó a Salta la fiscalización electrónica de la velocidad por su efectividad para reducir los siniestros".
Dada adelantó que, en otro de los ejes del plan, "se trabajará sobre los carriles segregados para el transporte público, una alternativa propuesta por la AMT que se destaca en muchas ciudades del mundo como un ordenador y mejorador del sistema integral".
La infraestructura vial quedó chica
A través de mediciones de tráfico realizados para la AMT en 2014, ya en ese año se advirtió que más de un millón de viajes del área metropolitana presionaban sobre las saturadas arterias de la capital salteña. Hoy se desconoce cuántos son los viajes, pero los embotellamientos que se acentuaron hasta en las vías rápidas son un claro indicador de cómo crece la incipiente metrópolis en el Valle de Lerma.
Aunque el 65% de los viajes entre la Capital, Vaqueros, La Caldera, San Lorenzo, Cerrillos, Campo Quijano, Rosario de Lerma y la Merced se realizan en colectivos, en la ciudad de Salta confluyen con regularidad más de 230.000 automotores, cerca de 270.000 motos, alrededor de 600 colectivos de corredores urbanos e interurbanos y unos 4.000 taxis y remises con licencias. A esos parques activos se suma una cantidad significativa -aún no determinada- de bicicletas. Neurálgicas arterias de la capital se ven cada vez más congestionadas. El área céntrica, con sus angostas calles de los tiempos de los carruajes, sigue siendo un imán con sus actividades atractoras. Por la avenida San Martín circulan hasta 350 colectivos por hora y sobre avenida Paraguay transitan diariamente más de 20.000 vehículos
Entre 2008 y 2018 el parque activo de la capital salteña se duplicó. Solo en esos diez años sumó más de 105.000 automotores y 128.000 motos. A un ritmo de 60 patentamientos diarios, se incorporó una moto a la vía pública cada 24 minutos. Y a todo esto -como lo remarca el Plan de Reordenamiento del Area Céntrica- en lo urbanístico la ciudad de Salta creció a escala vehicular; no a escala humana.