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Terrorismo de Estado: El calvario que vivió Georgina Droz antes de ser asesinada

Fue tal el ensañamiento con ella que una celadora quedó sin aliento al verla.
Lunes, 29 de agosto de 2022 02:38

Graciela López testimonió que, estando ella en el Buen Pastor, llevaron a ese centro de reclusión a Georgina Droz, otra joven profesora de la UNSa, quien había sido torturada en la Policía Federal "por Livy, Alzugaray y Guil". En esas dependencias, López, Mirtha Torres y otras detenidas escucharon cómo torturaban a Droz. Fue tal el ensañamiento con la joven que una celadora del Buen Pastor, cuando la regresaron de una de las infernales sesiones de tortura, quedó "muy impresionada al verla, tenía el cabello electrizado, estaba toda golpeada y no podía subir las escaleras".

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Graciela López testimonió que, estando ella en el Buen Pastor, llevaron a ese centro de reclusión a Georgina Droz, otra joven profesora de la UNSa, quien había sido torturada en la Policía Federal "por Livy, Alzugaray y Guil". En esas dependencias, López, Mirtha Torres y otras detenidas escucharon cómo torturaban a Droz. Fue tal el ensañamiento con la joven que una celadora del Buen Pastor, cuando la regresaron de una de las infernales sesiones de tortura, quedó "muy impresionada al verla, tenía el cabello electrizado, estaba toda golpeada y no podía subir las escaleras".

López también describió los tormentos que sufrieron Amaru Luque y Alicia Fernández, estando esta última embarazada. Dijo que posteriormente detuvieron a varias mujeres más, entre quienes se contaban la arquitecta María del Carmen Alonso (sobrina de Miguel Ragone), la psicóloga Raquel Barón de Neiburg y dos estudiantes de la UNSa: Teresita Córdoba y Norma Isabel Toro. También estuvo con Celia Leonard de Ávila, quien era maestra; la psicóloga Evangelina Botta; Julia García y Norma Spaltro. López recordó que en el Villa las Rosas, el director del penal, Braulio Pérez, junto a su hijo, las visitaban de noche para humillarlas y torturarlas psicológicamente.

Reseñó que desde comienzos de 1976 las tuvieron incomunicadas y sin contacto alguno con el exterior. Agregó que del golpe del 24 de marzo de 1976 se enteraron tiempo después cuando llegó al penal un grupo de detenidas entre quienes nombró a Nora Leonard, Pía Viltes, Aurelia Vera, Silvia Toro y Eva Garnica.

López relató que el 6 de julio de 1976, en horas de la noche, apagaron las luces del penal y en la oscuridad escucharon ruidos de esposas y taconeos de botas. Entonces comenzaron a llamar, una por una, a cinco detenidas que estaban con ella. Recordó que, a medida en que salían, Georgina Droz, Amaru Luque, Evangelina Botta, María del Carmen Alonso y Celia Raquel Leonard -quien estaba amamantando a su bebé- fueron esposadas.

Agregó que uno o dos días después de la masacre de Palomitas fueron a buscar a la bebita de Celia. Recordó que su hermana, Nora, estaba muy angustiada porque se desconocía el destino de la beba. Finalmente una celadora se la entregó y después dieron la orden de sacar a los bebés del penal. Así fueron entregados tres niños que quedaban.

Golpes, alfileres, picana eléctrica y violaciones

 Por testimonios como los que ofrecieron Mirtha Torres, Graciela López, Nora Leonard y otras víctimas, el juez Julio Bavio pudo acreditar los tormentos que padecieron en cautiverio Evangelina Botta de Nicolay, Norma Toro, Eduardo Tagliaferro, María del Carmen Alonso, Teresita Lucrecia Córdoba, Roberto Luis Oglietti, José Víctor Povolo, Benjamín Leonardo Ávila, Celia Raquel Leonard, Mario Eduardo Salazar, Julia Beatriz García y Norma Soledad Spaltro.
A Botta la mantuvieron siete días vendada y fue golpeada y picaneada de manera reiterada, tres o cuatro veces por día. Una testigo, Julia Beatriz García, afirmó que, además, fue violada por Alzugaray.
A Toro sus torturadores la sometieron a toda clase de tormentos, incluidos pinchazos con alfileres en las yemas de los dedos.
A Tagliaferro lo golpearon y le aplicaron descargas con una picana eléctrica en la boca, el pecho y los genitales.
Oglietti fue amenazado, humillado y golpeado hasta el desmayo.
A Povolo lo mantuvieron encapuchado y recibió golpes en casi todo su cuerpo, incluso hasta en los oídos. También lo picanearon reiteradas veces en la delegación de la Policía Federal.
Benjamín Leonardo Ávila recibió salvajes golpes de puño en el abdomen y fue amenazado con que “destrozarían” a sus hijos. Su pareja, Celia Raquel Leonard, también padeció terribles golpizas por su negativa a declarar.
Córdoba y Alonso fueron coaccionadas psíquica y moralmente.
García fue vendada, desnudada y picaneada en una habitación localizada al fondo de la delegación de la Policía Federal. Spaltro también fue vendada y picaneada.
 

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