Después de dos años de pandemia de coronavirus, una postal histórica. La fe está intacta en el pueblo de Salta y se pudo ver en los miles de rostros emocionados hasta las lágrimas y en las miles de manos que ayer volvieron a levantarse para saludar a sus santos patronos: el Señor y la Virgen del Milagro. Momentos muy emotivos se vivieron antes y durante la procesión, en inmediaciones del monumento 20 de Febrero y la avenida Sarmiento, por donde se desplazó uno de los equipos de El Tribuno.
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Después de dos años de pandemia de coronavirus, una postal histórica. La fe está intacta en el pueblo de Salta y se pudo ver en los miles de rostros emocionados hasta las lágrimas y en las miles de manos que ayer volvieron a levantarse para saludar a sus santos patronos: el Señor y la Virgen del Milagro. Momentos muy emotivos se vivieron antes y durante la procesión, en inmediaciones del monumento 20 de Febrero y la avenida Sarmiento, por donde se desplazó uno de los equipos de El Tribuno.
José Luis Figueroa, quien formó parte del nutrido contingente de gauchos (150) que encabezaba y marcaba el ritmo del paso de la Virgen del Milagro, expresó que vivió este Milagro "con mucha devoción, con mucho amor, pero sobre todo con mucho agradecimiento y respeto; estamos vivos, muchos otros no tuvieron la suerte". Detrás de esta enfermedad (por la COVID) que atacó al mundo, añadió, "tenemos que ser más consecuentes, tocar tierra y acordarnos de dónde venimos, que es de Dios".
El enfermero Marcelo Flores, del viejo hospital del Milagro, estaba con las imágenes que todos años coloca la comunidad hospitalaria en la entrada de la institución. "Como todos los años estamos muy felices, contentos, emocionados, esperando el paso de nuestros patronos por el hospital, tenemos nuestras imágenes, queremos acompañar este gran momento del pueblo salteño", dijo. Contó que tenían un sistema de alarma para alertar a todos los profesionales que estaban adentro trabajando que el Señor o la Virgen estaban cerca, así salían y podían saludarlos. A modo personal, comentó: "Pido por salud porque con salud uno tiene todo, el resto se acomoda, estamos saliendo de una pandemia muy difícil así que salud y trabajo". Su par, Claudia Gutiérrez, de la Cruz Roja Argentina, coincidió con el pedido de salud, también reza por la paz mundial y que el país salga de la difícil situación económica en la que se encuentra.
María, una señora que se ganó un lugar en la vereda de la Sarmiento y se instaló con su silla, comentó cómo se emocionó y lloró con cada peregrino que llegó a la ciudad. "Le pido al Señor y la Virgen por el mundo entero, que paren la guerra entre hermanos, ¿por qué nos tenemos que matar unos a otros?, por mi Patria, por trabajo, en un país tan rico no puede haber chicos desnutridos, que las autoridades le enseñen a trabajar a los jóvenes para que se puedan defender en esta vida", manifestó la mujer.
Mirta Miranda, referente del grupo de hospitalidad, colabora desde 2011 en la Catedral. Estaba un poco cansada pero inmensamente feliz por la tarea realizada. "Misión cumplida", dijo, y agradeció a los 41 voluntarios que día a día la ayudaron en los últimos dos meses.
Desde la Puna
Detrás de la imagen de la Virgen de las Lágrimas avanzaban los miles de peregrinos con sus imágenes a cuestas. Los testimonios abundan y conmueven en lo más profundo. Historias de sacrificio, de humildad, de amor, de devoción y fe.
Pedro Lázaro, presidente de la Comisión de los Peregrinos de la Puna, la peregrinación más numerosa que llegó hasta el santuario con 14 mil personas, estaba ubicado en una esquina desde donde podría ver a las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro. ¿Qué siente en este momento? Ante la consulta respondió: "Emoción, alegría, el poder estar vivo a pesar de la pandemia y poder reencontrarnos en este Milagro salteño", destacó, tras cuatro largos días de caminata. Lázaro, que participa desde hace seis años de la fiesta, dijo que solo quiere agradecer a los patronos. "Pasan tantas cosas en la vida. Tenemos la fe de que el año que viene estaremos nuevamente a sus pies, caminando, juntos con nuestros hermanos de la Puna".