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VIDEOS: Venta de catálogos: decisiones de vida con cifras exorbitantes

El año pasado cerró con nuevas operaciones y 2023 empezó con la millonaria transacción de Justin Bieber. Quiénes, a quiénes y por qué grandes de la música se deshicieron de sus derechos mientras otros buscan, con desesperación, recuperarlos. 
Lunes, 30 de enero de 2023 22:15

El negocio de la música está en constante movimiento y crece más rápido, a veces, que la pericia de algunos para adaptarse. Cambian los formatos y con ello la distribución, las estrategias de venta, de promoción y las instancias de recaudación. Ante esto muchos músicos se preguntan qué hacer. Entre el sueño de juventud de firmar con una discográfica a la “revancha” de recuperar el control sobre su obra, ya con una carrera hecha, los músicos tienen ahora muchas instancias, no tan extremas, que les permiten ser socios, no ceder nada o directamente asegurarse un presente de lujos vendiendo su catálogo.  

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El negocio de la música está en constante movimiento y crece más rápido, a veces, que la pericia de algunos para adaptarse. Cambian los formatos y con ello la distribución, las estrategias de venta, de promoción y las instancias de recaudación. Ante esto muchos músicos se preguntan qué hacer. Entre el sueño de juventud de firmar con una discográfica a la “revancha” de recuperar el control sobre su obra, ya con una carrera hecha, los músicos tienen ahora muchas instancias, no tan extremas, que les permiten ser socios, no ceder nada o directamente asegurarse un presente de lujos vendiendo su catálogo.  

En líneas generales, los derechos de grabación pertenecen a las discográficas y a los artistas y los de publicación a los editores y los compositores. Aunque es usual optar por este formato, cada cual tiene la opción de hacer su propio acuerdo.

Cuando se le venden los derechos a las empresas que invierten en los catálogos se les otorga la posibilidad de obtener dinero de regalías, acuerdos de marca, licencias, etc. ¿Qué implica, en definitiva, vender un catálogo? Darle al comprador el beneficio de cobrar lo que ese catálogo genere a futuro, por un tiempo determinado o indeterminado.

Pero, ¿qué lleva a los artistas a vender su obra? Sin dudas, la posibilidad de tener activos en cortísimo plazo, disfrutarlo en vida, planificar la herencia y las ventajas impositivas de asumirlas de una vez y para siempre. También la posibilidad de capitalizar los activos y reinvertirlos. La Pandemia y la imposibilidad de realizar giras, por ejemplo, aceleró varias de estas operaciones.

“Una venta de catálogo permite recibir un pago de aproximadamente 10 años de regalías anticipadamente y esto permite generar una liquidez importante para el artista. Normalmente cuando se adquiere un catálogo musical, el comprador ya sea una disquera o un fondo, proyectan el crecimiento natural que ese catálogo pueda tener”, dice al diario colombiano La Republica Richard Conlon, socio de Catch Point, una de las grandes inversoras del momento. Para las compañías son inversiones que recuperarán y con creces a largo plazo.

Durante 2021 se cerraron operaciones sobre la obra de pesos pesados de la industria: Bruce Springsteen, Paul Simon, Phil Collins, Sting, Neil Diamond, Frank Zappa y David Bowie.

Según un informe de MIDia Research, durante 2021 se invirtieron 5.300 millones de dólares en este tipo de negocios. La cifra habría aumentado 180% versus 2020 y más de 1.300% frente a 2019. El año pasado, aunque se vio un poco mermada este tipo de operatorias, hubo importantes transacciones. Justin TImberlake, Leonard Cohen, Nelly Furtado y Neil Young fueron algunos de los que vendieron sus catálogos. Y no nos olvidemos de Shakira, quien vendió su catálogo de 145 canciones, también a Hipgnosis.

Cristian Larrosa, CEO y Fundador del Grupo Larrosa y del Larrosa Music Group explicó al sitio Industria Musical cómo se valora un catálogo musical. “Lo primero que se tiene en cuenta es la facturación del último año, la edad del catálogo y su comportamiento en los últimos años, el impacto socio cultural o artístico del artista y/o las obras y el tipo de catálogo -si son grabaciones, derechos de autor, etc.” Al obtener esos datos, según explica, “se establece un multiplicador” para dar con la fórmula final.


El caso Justin

Aunque tomar estas decisiones parece ser una opción que sólo toman las grandes leyendas, con una vasta historia a sus espaldas y la necesidad o simplemente las ganas de disfrutar el fruto económico de su trabajo en vida, también convence a generaciones más jóvenes. Es el caso de Justin Bieber -que en marzo cumplirá 29 años- que consiguió un acuerdo por 200 millones de dólares con la empresa Hipgnosis. La decisión que venía macerándose hace tiempo representa el mayor trato de la ascendente compañía y el más grande para un artista de su camada.

 

 

El acuerdo incluye la adquisición el 100% de sus publicaciones y las regalías de los masters de sus grabaciones y derechos que de ellas deriven. Es decir, 290 obras lanzadas antes del 31 de diciembre de 2021, incluido su último álbum “Justice”. En tanto, los derechos de autor pertenecen a perpetuidad a Universal Music Group.

En un comunicado, Merck Mercuriadis, director ejecutivo de Hipgnosis consideró: “El impacto de Justin Bieber en la cultura global durante los últimos 14 años ha sido verdaderamente notable. Con solo 28 años es uno de los pocos artistas definitorios de la era del streaming que ha revitalizado toda la industria de la música, llevándose a una audiencia leal y mundial con él en un viaje de fenómeno adolescente a artista culturalmente importante”. Y agregó: “Esta adquisición se encuentra entre los acuerdos más grandes jamás realizados para un artista menor de 70 años, tal es el poder de este increíble catálogo que tiene casi 82 millones de oyentes mensuales y más de 30 mil millones de reproducciones solo en Spotify”.


La revancha de John Fogerty

Después de medio siglo y varios litigios, John Fogerty, fundador de Creedence, recuperó en enero una participación mayoritaria de los derechos de publicación de sus canciones
Mientras sus colegas venden su obra celebrando contratos millonarios, el compositor de reconocidos clásicos como “Proud Mary” , “Down on the corner” o “Have you ever seen the rain” cumplió su anhelado deseo de recuperar su obra o gran parte de ella.

 


La historia de sus canciones es que fueron durante años propiedad del dueño de Fantasy Records, Saul Zaentz, quien en 1995 vendió su sello y a Concord Music Group.

“A partir de enero, vuelvo a ser dueño de mis propias canciones. Esto es algo que pensé que nunca sería una posibilidad. Después de 50 años, por fin me reencuentro con mis canciones. También tengo voz sobre dónde y cómo se usan mis canciones. Hasta este año, eso era algo que nunca había podido hacer. ¡Espero con ansias viajar y celebrar este año! Quiero agradecer a Concord por ayudar a que todo esto suceda. Y estoy emocionado por nuevas ideas y un interés renovado en mi música como un renacimiento”, dijo Fogerty al dar a conocer la operación.

 

Algunos de los principales acuerdos de venta de catálogo y los por venir:

  • Bob Dylan: Adquirido por Sony Music por 200 millones de dólares. Antes había vendido a Universal los derechos de autor por alrededor de 300 millones.
  • Justin Timberlake: Adquirido por Hipgnosis Songs Capital por 100 millones de dólares.
  • David Bowie: Adquirido por Warner Music en 250 millones de dólares
  • Pink Floyd: Negocia la venta de su catálogo en 500 millones de dólares
  • Paul Simon: Venta a Sony Music Publishing en 250 millones de dólares.
  • Sting: Venta a Universal Music Group en 250 millones de dólares. Bruce Springsteen: Vendido a Sony Music por 500 millones de dólares.
     

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