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Mario Puig: "Los líderes no buscan seguidores, buscan que se desarrollen otros líderes"

Mario Alonso Puig tiene la capacidad de captar la atención y que sus definiciones y conceptos retumben en la cabeza. Más de uno, seguramente, vio sus videos en las redes sociales, en donde con claridad apunta a potenciar las capacidades humanas. Puig es médico pero desde hace dos décadas se dedica a dar conferencias por el mundo sobre liderazgo, el manejo de las emociones, comunicación e innovación.
Lunes, 13 de marzo de 2023 01:56

El conferencista brindará el 24 de marzo, en el Centro de Convenciones de Salta, el taller "Liderazgo y bienestar en tiempos de incertidumbre", desde las 19, mientras que el 25 de marzo desarrollará la conferencia "La mentalidad de los números uno", también a las 19.

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El conferencista brindará el 24 de marzo, en el Centro de Convenciones de Salta, el taller "Liderazgo y bienestar en tiempos de incertidumbre", desde las 19, mientras que el 25 de marzo desarrollará la conferencia "La mentalidad de los números uno", también a las 19.

Desde España, Puig adelantó parte de las definiciones que compartirá en la capital salteña. El video se puede ver en la página de internet de El Tribuno. Los interesados en participar en las actividades del 24 y 25 de marzo pueden realizar consultar en https://marioalonsopuig.com/ eventos-en-argentina/.

¿Cómo define a un líder? ¿Cuáles son sus características?

Un líder es una persona que cuando comunica no solamente está explicando ideas sino que está haciendo que los corazones resuenen. Es una persona capaz de influir a un nivel mucho más profundo del simple intelecto. Lo que dice tiene sentido o es una locura. Sin embargo, lo que nosotros sentimos va más allá de la compresión de lo que dice, sentimos una ilusión, un entusiasmo, ganas que nos llegan a sorprender. Me suele gustar definir al líder, hombre o mujer, como una persona que es capaz de alinear cabezas y corazones en una misma dirección. Eso define a un liderazgo auténtico, no solo una persona que simplemente tiene un cargo o poder para castigar o premiar, sino que es capaz de poder elevar el nivel de conciencia en las personas. Cuando nos encontramos en nuestras vidas con verdaderos líderes nos damos cuenta que podemos aspirar a una nueva forma de vivir, con mayor abundancia, salud, entendimiento creatividad y espíritu emprendedor. Por eso, creo que el desarrollo de las capacidades de liderazgo nos merece francamente la pena.

¿Cómo se desarrollan esas capacidades?

Esa es una pregunta esencial. Para poder aprender determinadas habilidades o capacidades hay que desaprender ciertos modelos mentales. Hay muchas personas que no se sienten capaces de liderar, pero eso no quiere decir que no sean capaces. Han integrado a lo largo de su vida, tal vez desde que eran niños, una serie de creencias disfuncionales, una serie de ideas erróneas que han tomado como reales. Entonces, en primer lugar tenemos que dejar de juzgarnos, de etiquetarnos y empezar a conocernos mejor. El liderazgo parte de un liderarse. Yo no puedo abrir mentes o corazones si no soy incapaz de hacerlo en mí mismo. Si yo me conozco mejor me comprendo más, entonces podré superarme. Por eso liderarse es el primer paso: nadie puede dar de lo que no tiene. Curiosamente esto que parece tan sencillo es algo profundamente olvidado, Porque si nos damos cuenta, en cuanto cometemos un error tenemos un tropiezo... rápidamente nos juzgamos, nos humillamos, nos culpamos y hacemos lo mismo con lo demás. Lo primero es desaprender un condicionamiento mental que bloquea completamente la capacidad de liderar.

En segundo lugar hay que quitarse la idea de que la persona que lidera es la persona que manda. No tiene por qué ser así. El liderazgo no es una posición en la sociedad, no es una posición en la empresa. El liderazgo es una forma de ser y de estar, por lo menos al liderazgo que vamos a entender allí, como yo lo conozco, lo comprendo y como lo he visto actuar. Esa forma de liderazgo es profundamente ilusionante. Uno no lidera para que haya personas que le sigan. Los líderes no buscan seguidores. Los líderes buscan que se desarrollen otros líderes. Son personas que han sido capaces de trascender, ir más allá de sus propios egos. Y esto es lo que los convierten en personas tan necesarias en el mundo actual.

 

Estábamos acostumbrados a dos esferas, para graficar: el poder y el liderazgo, que se ensamblaban... ¿Esto no es así entonces?

Por eso hay tanta confusión. Muchas personas que tienen posiciones de poder se proclaman así mismas líderes u otros las proclaman como líderes. Y no... son sencillamente personas que tienen posiciones de liderazgo pero eso no las convierte en líderes. Tener la posición es el escalón más bajo dentro del liderazgo. Tener la disposición a ejercer como un líder, en la línea de la que he hablado, eso es un nivel más alto, porque ya tiene una actitud. Entonces, una persona que tenga una posición elevada y tenga esa disposición, su capacidad de influencia será extraordinaria. Pero una persona que no tenga esa posición, pero sí tenga esa disposición, sin dudas, tendrá una influencia sorprendente. La posición puede hacer que los demás te sigan por miedo o por conveniencia, mientras que la disposición hará lo mejor de tí mismo, hará que los demás te sigan porque te conviertes en una referencia. Ya no es que les convengas o no, ya no es que tengan miedo o no, es que se dan cuenta que contigo pueden llegar a sitios nuevos, diferentes y mejores.

¿La sociedad o los grupos ven en el líder una característica mesiánica?

La palabra mesiánica es bonita pero es una palabra muy grande. Yo diría que las personas miramos con enormes esperanzas la aparición de figuras en el panorama local, nacional e internacional, que basen su liderazgo en una voluntad de servicios; buscamos y anhelamos eso. Esas personas se destacan por su autenticidad, por su coherencia, por sus valores, por respetar, por no pelearse por ocupar el primer lugar. Esas personas hacen vibrar en nosotros lo mejor que tenemos en el interior. Y claro, son personas que no necesitan empujar para que se les siga, porque simplemente atraen. Les queremos seguir porque se convierten en referencia. Claro lógicamente hubo figuras en la historia que tuvieron una capacidad masiva de atraer, son figuras mesiánicas. Han invitado a pensar que otro orden era posible. ¿Y cómo reacciona la sociedad? Hay como varias polaridades... Muchos de nosotros estamos ilusionados y anhelamos que haya personas que sean capaces de expresar esta grandeza y de invitar a otras personas a expresar lo mismo. Pero a otras personas esto no les gusta nada, porque están acostumbrados a que los demás les sigan por miedo. Si recordamos, por usar la palabra, Mesías está vinculada en el plano lingüístico a la figura de Jesucristo. Cuando Jesús aparece en la Tierra está hablando de un mundo de concordia, de un mundo de respeto, de ilusión. Está hablando de dirigirse a Dios sin miedo, con absoluta apertura. Él nunca va a encontrar culpa en nosotros, no nos quiere por como somos sino por quienes somos, sus hijos.

Jesús se encontró con una serie de figuras, todos los doctores de la ley, los escribas, todos los fariseos, que estaban acostumbrados a tener atenazados al pueblo que tenía que seguir infinitas reglas para poder acceder, si seguían el camino correcto, a una posible salvación. Y junto a la esclavitud a la que los sometían los romanos, aparece esta otra esclavitud de orden espiritual. Yo me imagino que las personas en aquel tiempo vivían absolutamente ahogadas, esclavizadas por fuera y por dentro. Entonces qué ocurrió. Obviamente el poder vigente no soportó una figura como la de Jesús. Todos sabemos lo que sucedió. Yo creo que no tenemos que pensar que un líder, hombre o mujer, necesariamente tiene que tener esta disposición al sacrificio. Sí tiene que tener una disposición al servicio.

En este proceso de conocerse, el líder encontrará temor, ¿cómo trabajarlo? A veces el temor no se disipa con facilidad.

Yo estudié las emociones durante muchos años, desde el punto de vista de la neurociencia como de la medicina en general y desde la propia reflexión filosófica. Y una de las coas que más me ha impactado es que nosotros consideramos que las emociones son reacciones. Es cierto que algunas emociones son reacciones. Si yo entro en la selva amazónica y me encuentro con un jaguar es normal que tenga una reacción de miedo. Si voy por una calle de Madrid o por otra ciudad del mundo, y veo a una persona con una navaja, es normal que tenga miedo. El miedo como reacción al peligro físico tiene todo el sentido. Lo que sucedes es que lo que esclaviza al ser humano no es ese tipo de miedo porque no es fácil que te encuentres con un jaguar... Tampoco es lo más probable que te roben o ataquen con una navaja, no digo que no pueda pasar pero es inusual. Pero si es así... porque las personas vivimos tan asustadas. Y es aquí donde tenemos que pararnos para decir algo que es muy disruptivo y que sorprenderá. A mi me sorprendió cuando caí en la cuenta de que esto era así. La mayor parte de las expresiones que experimentamos, y desde luego el miedo, es una creación de la mente humana. Nosotros creamos a través de nuestros pensamientos ese miedo que luego atribuimos a algo de afuera. Claro, cuando uno cree que no puede hacer nada con su miedo, se siente como una víctima. ¿Qué voy a hacer si depende todo del exterior? Cuando uno reconoce, cae en la cuenta de que mucho de esos miedos son creaciones propias que siguen a determinados pensamientos. Entonces dice un momento... Si yo estoy creando los pensamientos que luego me encarcelan con esa emoción tan disfuncional como el miedo; por qué voy a dejarme arrastrar por esos pensamientos. Esto tiene una importancia extrema porque tendemos a pensar que el pensamiento es inocuo, y no es verdad. Uno de los más grandes neurólogos que existe en el mundo, especialista en sistema nervioso, persona a la que aprecio, el profesor Antonio Damasio, lo explica de una manera maravillosa. O sea el pensamiento se convierte en sentimiento y el sentimiento en emoción. Si yo empiezo a pensar que no puedo, que es muy difícil, que no hay quien pueda con esto, empiezo a sentirme incapaz y mi propio cuerpo responde generando las emociones, las hormonas y el nivel de tensión muscular que me hacen sentir profundamente incapaz. Esto desde el punto de vista de la neurociencia lo vio hace muchísimos años, el padre de toda la psicología anglosajona William James, quien murió en 1910. Y dijo: "Atrévete a pesar de tus miedos y te sentirás radiante".

Estos temores se trasladan a todos los ámbitos como los vínculos familiares y de pareja...

Sí, el miedo es una emoción enormemente poderosa y es opuesta 180 grados a otra emoción, que es el amor. Muchas personas creen que el opuesto del amor es el odio. No es así. Lo opuesto al amor es el miedo. El antídoto del miedo es el amor. Cuanto más miedo tengamos, menos capaces seremos de amar. Mientras más amor tengamos, menos miedo experimentaremos. Naturalmente estas dos emociones son fundamentales por lo siguiente. El miedo es una emoción profundamente incómoda. Nadie disfruta teniendo miedo. Número dos, el miedo afecta a procesos cerebrales, dificultando la capacidad de entender, de conectar, de procesar, de aprender. Por tanto, el miedo, en ese sentido, supone una pérdida intelectual.

El miedo libera en la sangre una hormona llamada cortizol. El cortizol no es una hormona mala pero el miedo hace que en la forma que se libera sea sumamente patológica. Ese miedo que ha liberado cortizol, lo que está haciendo a través de esta hormona es deteriorar todos los órganos del cuerpo. El miedo a veces se asocia a una liberación de adrenalina sostenida. Y esta adrenalina, por ejemplo, tiene un impacto en las bacterias del tuvo digestivo, que se llama la microbiota y puede hacer que bacterias que son favorables al organismo, empiecen a atacarlo. Ya vemos que tiene un impacto en la salud.

El miedo también tiene un impacto en las relaciones, porque cuando yo tengo miedo, a través de las neuronas espejos que la tenemos todos, la otra persona vibra con mi miedo y cuando dos personas sienten miedo, se sienten en peligro. Cuando una persona se siente en peligro, pone en marcha mecanismos de defensas. Esto lejos de acercarnos, hacen alejarnos, enfrentarnos. Ya podemos ver que el miedo tiene estos efectos tan negativos.

¿En qué consistirá la conferencia "La mentalidad de los números uno"?

Cuando me dicen es él el número uno o la uno me genera una cierta distorsión. Por su puesto, que cuando se trata de un campeonato, una medalla, hay alguien que resulta uno o dos, se da medalla de oro o de plata. Pero cuando estamos hablando de mentalidad, a mí no me gusta decir que solo hay una persona que tiene la mentalidad de un número uno, sino que todos podemos aspirar a tener una mentalidad de número uno.

 

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