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En una de las victorias más impactantes que se recuerden en la historia de la NFL, los Philadelphia Eagles arrollaron este domingo por 40-22 en el Super Bowl a los Kansas City Chiefs, que perseguían en Nueva Orleans un tercer título consecutivo, algo nunca logrado por ningún equipo. Y no hubo primera vez, porque los Eagles se impusieron de una manera contundente.
El quarterback Patrick Mahomes, que aspiraba a igualar las cuatro coronas del mítico Joe Montana, ofreció la versión más errática de su carrera frente a la poderosa defensa de los Eagles, que se tomaron una dulce revancha de la derrota de 2023 en la final del fútbol americano ante sus antiguos verdugos. La debacle de los Chiefs, que llegaron a estar 0-34 en la cuenta, fue un duro golpe para la dinastía que lideran Mahomes y Travis Kelce, que volvió a ser alentado desde las gradas del Caesars Superdome por su pareja, la superestrella del pop Taylor Swift.
Los Chiefs se quedan con un palmarés de cuatro títulos, tres de ellos con Mahomes y Kelce al frente, mientras que los Eagles celebraron su segunda corona, después de la copa alzada en 2018, en una noche de revancha de Jalen Hurts. El quarterback de los Eagles, que no pudo evitar la derrota en 2023 pese a una actuación heroica, superó finalmente a Mahomes sumando 221 yardas y dos touchdowns de pase y otra anotación de carrera. “Pude usar aquella experiencia y aprender de ello, de lo bueno y lo malo”, declaró Hurts, que recalcó que “la defensa gana campeonatos”.
Más allá de las múltiples atracciones exteriores que tuvo el Super Bowl, la mayor sorpresa fue el colapso de los Chiefs, férreos dominadores de la NFL en esta década.
Entre la multitud de invitados de lujo sobresalió Donald Trump, primer presidente estadounidense en ejercicio que asistió a un Super Bowl y al que la mayoría de los espectadores aplaudió al ser enfocado en las pantallas gigantes.
Tampoco se lo perdió Lionel Messi que, menos de 24 horas después de disputar un amistoso para Inter Miami en Honduras, disfrutó en la tribuna junto a sus compañeros Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets.
El tradicional concierto del intermedio estuvo a cargo del rapero Kendrick Lamar, que no sólo tuvo la colaboración anunciada de la cantante SZA, sino también de la legendaria tenista Serena Williams, que lució pasos de baile sobre el escenario. Y en otra aparición inesperada, Lady Gaga actuó antes del juego en la popular Bourbon Street de Nueva Orleans, en un homenaje musical a las víctimas de recientes tragedias en Estados Unidos.