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El jefe del Estado Mayor israelí, Eyal Zamir, aseguró ayer, en una visita a tropas desplegadas en la Franja de Gaza, que el Ejército está incrementando los ataques en el enclave palestino, donde ya hay unos 53.900 muertos según la Sanidad gazatí, siguiendo lo acordado en la nueva ofensiva iniciada el pasado 17 de mayo.
"Estamos intensificando nuestra actividad de acuerdo con el plan establecido. Hamas se encuentra bajo una enorme presión. Desplegaremos todas las herramientas a nuestra disposición para traer a los rehenes a casa, desmantelar a Hamas y desmantelar su régimen", dijo Zamir.
Además, el teniente general negó que se trate de una "guerra interminable. Nuestro objetivo es ponerle fin logrando sus objetivos. Aspiramos a la derrota decisiva de Hamas y lo lograremos con determinación".
Mientras en Gaza el hambre continúa, con apenas un centenar de camiones que han llegado al enclave, según las autoridades gazatíes, donde además son frecuentes los saqueos por familias desesperadas.
Según el Gobierno, en manos de Hamas desde 2006, Israel sigue moldeando "una hambruna" al permitir tan solo una entrada y distribución muy limitada de alimento y ayuda tras casi tres meses de bloqueo, además de imponer severas restricciones y obligar a los camiones a seguir rutas peligrosas.