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La violación del espacio aéreo polaco con drones rusos ha generado el mayor choque entre Moscú y la OTAN desde el inicio de la guerra en Ucrania. El primer ministro Donald Tusk denunció ante el Parlamento una "agresión sin precedentes", tras confirmar que al menos 19 drones rusos ingresaron en territorio polaco, tres de los cuales fueron derribados. Se trata, subrayó, de "la primera vez que se derriban drones rusos sobre un estado miembro de la OTAN", lo que convierte el episodio en una "provocación de gran escala".
Tusk recalcó que no se trata de un estado de guerra, pero invocó el Artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte, que obliga a consultas entre aliados, y afirmó haber recibido no solo expresiones de solidaridad, sino propuestas de apoyo concreto a la defensa aérea por parte de Reino Unido, Italia, Alemania, Países Bajos y Francia, además del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky. El presidente polaco, Karol Nawrocki, también mantuvo un contacto telefónico con Donald Trump.
Rusia se abstuvo de negar la incursión de varios de sus drones en el espacio aéreo de Polonia y se mostró dispuesta a abrir consultas con Varsovia. "No se planeaba alcanzar objetivos en territorio de Polonia", informó el ministerio de Defensa ruso en un comunicado. Dicha afirmación deja la puerta abierta al reconocimiento de que efectivamente los drones lanzados por Moscú pueden haberse extraviado y alcanzado territorio polaco, como informaron las autoridades de Bielorrusia, país aliado de Rusia.