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7 de Septiembre,  Salta, Centro, Argentina
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Trabajo y tradición en una feria los fines de semana

Diferentes comunidades se instalan con sus puestos sobre la avenida 20 de febrero para vender sus productos.
Viernes, 12 de enero de 2024 01:22
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Todos los sábados y los domingos a veces en días de intenso calor, otros en el que la temperatura es un poco menos severa, los feriantes de las diferentes comunidades de Tartagal se instalan con sus puestos sobre la avenida 20 de febrero para vender sus productos.

No hay prácticamente nada que sea tradicional de la zona que allí no se encuentre con la ventaja que está todo recién preparado y con la sapiencia heredada de los ancestros porque en su gran mayoría son mujeres de las comunidades originarias que se ubican al costa de la ruta nacional 34.

Hierbas medicinales, otras aromáticas como el romero recién sacado de la planta o el popular "burrito" que acompaña el mate o el mate cocido; mangos, limas, chirimoyas y tantas frutas típicas de la zona se encuentran en los diferentes puestos. Pero los que son infaltables son las humitas hervidas o al horno, hechas con el choclo de las mismas comunidades o los tamales fabricados de la manera más típica y original.

Feria de comidas

Andrea es agradable, simpática como lo son las mujeres guaraníes, vende docenas de tamales cada fin de semana y explica con orgullo y sin mezquindad cómo se prepara ese manjar que aprendió de las abuelas de su comunidad y aclara antes que nada: "Mis tamales son hechos con carne de la cabeza de los chanchos, no le ponemos otra carne". Y en verdad es que ese es uno de los ingredientes que le da ese sabor tan intenso, particular a estos bollos de harina de maíz -el mismo que quedó estacionado por meses en las comunidades , se disecó y después se molió - todos, ingredientes hechos por las propias manos de estas verdaderas artesanas de la comida.

"A mi madre y a mí ya no nos lleva mucho tiempo porque estamos prácticas pero el tamal es mucho trabajo. Desde el día antes comenzamos haciendo hervir las cabezas, picamos la carne que sacamos y la dejamos lista para comenzar en la mañana siguiente pero bien temprano a prepararlos".

Andrea, una gran cocinera

Pero también la masa que envuelve esa especie de sofrito que se le hace a la carne de cerdo pero de la parte de la cabeza, tiene un sabor particular e intenso porque el choclo tiene un tratamiento también muy especial y que seguramente ni los más caros restoranes no los chefs más afamados saben hacerlo, al menos hasta ahora que conocerán este secreto milenario. Pero aún así la mano de Andrea y las de su madre serán difíciles de imitar de manera que quien realmente quiera conocer el verdadero sabor del auténtico tamal tendrá que venir a Tartagal, por el puesto de Andrea o de otras mujeres guaraníes: "Al choclo lo pelamos con cenizas, después se lo lava muy bien y recién ahí lo molemos para hacer la harina. A esa harina la hidratamos con el mismo agua que hicimos hervir la cabeza de chanchos para que tenga rico sabor".

Otro detalle de los tamales de las originarias y que no es menor es que al armarse los tamales se hacen dos bollos que luego se envuelven con la chala de los choclos, no uno por tanto las raciones son dobles. "Una docena de tamales como son dobles son muy rendidoras".

Las frituras no se hacen con aceite vegetal sino con grasa de cerdo y de los mismos animales que se faenan.

 

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