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La ciudad de San Ramón de la Nueva Orán atraviesa horas de profundo dolor y conmoción tras el asesinato de Tiago Maximiliano Mendoza, un adolescente de 16 años que el viernes pasado fue víctima de un ataque brutal a plena luz del día. El hecho ocurrió alrededor de las 17, mientras Tiago esperaba a su novia a la salida de clases en la Plaza Santa Marta, ubicada frente al colegio Bachiller.
Según el relato de testigos, al menos dos personas participaron de la agresión. Uno de ellos, identificado como M.N.S., descendió de una motocicleta y atacó por la espalda a Tiago con un cuchillo. El atacante es un menor de 15 años y fue detenido. El otro, identificado como L.R., conducía el rodado y hasta el momento continúa prófugo.
De acuerdo con lo que contó a El Tribuno, Maira Mendoza, tía del chico, y según comentarios de testigos que comienzan a aportar pruebas y están dispuestos a testificar, Tiago se encontraba tranquilo y sentado, cuando la moto se detuvo cerca de él. El chico identificado como M.N.S bajó y sin mediar palabras le propinó una puñalada por la espalda. En medio del forcejeo, ambos cayeron, momento en que el agresor volvió a apuñalarlo y lo golpeó en la cabeza.
Tras el ataque, M.N.S. le robó la gorra y se alejó de la plaza. Las cámaras de seguridad, según la familia, muestran que vestía el uniforme del colegio Bachiller.
Gravemente herido, Tiago pidió auxilio a los gritos, pero -según la denuncia de sus familiares- nadie se acercó a ayudarlo. Con gran esfuerzo, logró levantarse y caminar hasta el hospital San Vicente de Paul, ubicado a pocas cuadras.
Abandono de persona
El ingreso de Tiago al hospital es uno de los puntos de profundo dolor para la familia. Según relatan, llegó caminando solo, en estado crítico, y no recibió asistencia inmediata. "Escucharon que decía 'quiero vivir, por favor, quiero vivir' y nombraba al otro agresor, L.R. Un camillero lo ayudó y le pidió que se tapara la boca porque estaba escupiendo sangre, pero un médico solo lo miró y se metió en una habitación", relataron.
"Hicieron abandono de persona. El hospital está a metros de la unidad regional y del 911, pero nadie lo asistió en el trayecto ni al llegar. No tuvo la atención que él merecía", dijo a El Tribuno con contundencia la madre, Jesusa Mendoza.
Querido por todos
Tiago era un jovencito tranquilo, respetuoso y sin antecedentes de conflictos. Según sus familiares, asistía a la iglesia y estudiaba en la institución educativa. "No sé por qué le hicieron eso, me lo arrebataron de una forma cruel. No tenía hermanos, éramos muy unidos. Esto no puede quedar así", expresó su madre, entre lágrimas.
La familia pide que la investigación avance y que se capture de inmediato a L.R., señalado como coautor. También exigen que el detenido reciba una pena ejemplar. "Que no entre por una puerta y salga por la otra. Si no se hace justicia, esta persona volverá a atacar y otros chicos estarán en riesgo", advirtió la madre.
Este hecho reavivó las críticas a la seguridad en Orán. Los vecinos denuncian un aumento de episodios violentos protagonizados por grupos juveniles. "Hace poco una alumna del mismo colegio fue atacada por una patota. Esto pasa seguido y no hay medidas para proteger a los chicos", señaló Jesusa.
Despedida y dolor
Tras conocerse la noticia, las redes sociales se llenaron de mensajes de dolor y despedida para Tiago. Amigos, compañeros y vecinos expresaron su tristeza y acompañaron a la familia.
"Con apenas 16 añitos me lo arrebataron, pero tu recuerdo vivirá siempre en mi corazón", escribió una allegada. Otra vecina reclamó: "Orán se tiene que levantar y pedir seguridad en los colegios y las calles. Esto no da para más".
Los restos de Tiago fueron velados en una sala de calle Pringles, entre Pueyrredón y Alvear, donde decenas de personas se acercaron a brindarle el último adiós. Hoy su entierro será en el cementerio Municipal.