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3 de Diciembre,  Salta, Centro, Argentina
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La ruta provincial 24 está destruida y exige reparación urgente

Baches, grietas, sin iluminación y un tránsito pesado que no afloja. Con loteos en expansión, es un riesgo permanente.
Miércoles, 03 de diciembre de 2025 02:02
Como este pequeño tramo está toda la ruta entre Las Blancas y Quijano.
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Las quejas ya son moneda corriente entre quienes a diario circulan por la ruta provincial 24, el camino que conecta Cerrillos con Campo Quijano y que, además, sirve de corredor para vehículos que se dirigen hacia las zonas mineras. Se trata de un tramo muy importante por estos días, con un flujo constante de autos, camionetas, camiones y maquinaria pesada. Pero basta recorrer apenas unos kilómetros para advertir la crudeza del problema: sectores enteros están prácticamente destruidos.

Desde el cruce de Las Blancas en Cerrillos hacia Quijano el deterioro salta a la vista. Baches profundos, grietas que atraviesan el asfalto de punta a punta y banquinas comidas por la erosión. El tránsito pesado, que nunca afloja, terminó de castigar una calzada que ya venía debilitada por las lluvias y por un mantenimiento que, según los vecinos, no existe. Los usuarios denuncian que los pozos obligan a maniobras bruscas para esquivarlos. A esto se suma la expansión de los loteos privados en la zona, que multiplicó la cantidad de vehículos circulando diariamente. "Nos jugamos la vida cada vez que salimos o volvemos a casa", cuenta Silvia, vecina de Las Blancas, que usa la ruta todos los días para ir a trabajar a Cerrillos. "No es solo que esté fea: es insegura. De noche es la boca del lobo, no se ve nada y los camiones te pasan rozando".

Otro vecino, Jorge, que viaja a Quijano por cuestiones laborales, no oculta su indignación: "La provincia sabe perfectamente que esta es una ruta clave para la producción, para el turismo y para quienes vivimos acá. Pero parece que esperan una tragedia para ponerse a trabajar".

Con la llegada de la temporada de verano, el panorama se agrava. Los fines de semana aumenta notablemente el movimiento hacia los destinos turísticos del corredor, lo que incrementa los riesgos para automovilistas y motociclistas que deben sortear un camino que dejó de ser una ruta para convertirse en un rompecabezas de asfalto roto.

Los usuarios reclaman, una vez más, a quien corresponda el mantenimiento urgente y sostenido del trazado. La ruta 24 no solo conecta localidades: sostiene la vida cotidiana de miles de vecinos que ya están cansados de promesas y de parches que no duran ni una semana.

"Si esta ruta fuera usada por funcionarios, ya estaría nueva", remata un conductor que todos los días la recorre desde Colón. La frase resume el hartazgo generalizado. Y, sobre todo, una certeza: así como está, la 24 no aguanta más.

El camino a Colón, entre la intersección con la ruta 51 y Cerrillos, son 16 kilómetros completamente destruidos, que pasaron de ser un sector rural y poco transitado a convertirse en un corredor densamente poblado por el boom de loteos privados. El crecimiento urbano no vino acompañado de obras. El asfalto está quebrado, hundido, parchado en algunos sectores y completamente vencido en otros. El boom minero provoca hasta 500 camiones diarios entre Campo Quijano y la ciudad de Salta. El flujo de vehículos pesados creció y dejó consecuencias visibles en cada metro del camino a Colón.

 

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