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El lunes 30 de diciembre, a las 15:20, Jorge Lanata falleció tras seis meses de internación en el Hospital Italiano, poniendo fin a una larga y dura batalla contra un complejo cuadro de salud. La noticia, que impactó profundamente en el ámbito periodístico y en la sociedad, marcó el inicio de una serie de homenajes.
Esa misma noche, desde las 23:30, se llevó a cabo el velatorio en la Casa de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, familiares, amigos, colegas y seguidores se reunieron para despedir al periodista, en una ceremonia que se extendió hasta las dos de la madrugada y se retomó a las siete de la mañana del martes 31.
El traslado al lugar de descanso final
El martes, alrededor de las 11:00, el coche fúnebre partió desde Avenida de Mayo 575 hacia el Cementerio Campanario Jardín de Paz, ubicado en Florencio Varela. Las personas presentes formaron un pasillo, acompañando el momento con aplausos y gritos de homenaje. En medio del dolor, los asistentes comenzaron a entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino, reconociendo a Lanata como un defensor de la democracia y la libertad de expresión.
Poco antes de que iniciara el cortejo, Elba Marcovecchio, esposa de Lanata, y sus hijas, Bárbara y Lola, llegaron al lugar para participar en la emotiva procesión. También estuvieron presentes sus hijastros, Valentino y Allegra. Aunque la familia optó por mantener el silencio ante los medios, Elba compartió en redes sociales una breve y conmovedora publicación, reflejando el dolor del momento.
Despedidas de colegas y amigos
El velatorio contó con la presencia de figuras destacadas del periodismo argentino. Entre ellos, Fernando Bravo, Luis Majul y Alfredo Leuco, quienes acudieron para dar el último adiós a su colega y amigo. Majul, visiblemente afectado, dialogó con la prensa para compartir recuerdos y reflexionar sobre el legado de Lanata.
A las 11:40, el coche fúnebre inició su recorrido final. Decorado con una corona de flores y rodeado de aplausos, avanzó lentamente entre una multitud que despedía al periodista con lágrimas y gestos de cariño. El impacto de su partida quedó grabado en cada rostro, reflejando el peso de una pérdida que deja un vacío en el periodismo y en la sociedad argentina.
Con este último adiós, Jorge Lanata, figura emblemática y polémica del periodismo nacional, descansará en paz, dejando como legado su incansable lucha por la verdad y la democracia.