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Muertes por fentanilo contaminado, indicio de la precariedad sanitaria

En el mercado ilegal se convierte en una de las drogas más peligrosas. El laboratorio estuvo a cargo de dos empresarios que no ofrecen garantías.
Domingo, 17 de agosto de 2025 01:16
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La contaminación de ampollas de fentanilo con bacterias Klebsiellavariicola y Klebsiellapneumonia, elaboradas por el laboratorioHLB PharmaGroup S.A. ya causaron más de cien muertes en la Argentina y, según algunos expertos, es la mayor mortandad producida en el mundo por una adulteración de esas características en un medicamento. Otras catástrofes con remedios hubo, pero por problemas con los componentes y no por el ingreso de microbios letales.

El fentanilo, según la DEA, "es un potente fármaco opiáceo sintético aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos para uso como analgésico (alivio del dolor) y anestésico. Es aproximadamente 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más potente que la heroína como analgésico".

En muchos países desarrollados es la droga "de moda",también llamada "droga zombi".

En el año 2022, organismos especializados advertían, en las postrimerías de la pandemia, que, "sin intervenciones urgentes, se esperan 1,2 millones de muertes adicionales por opioides en América del Norte para 2029, más del doble de las muertes por sobredosis de opioides que ocurrieron en las últimas dos décadas". El fentanilo está entre esas drogas.

La sombra del narcotráfico

Existen dos tipos de fentanilo: el farmacéutico y el que es fabricado de manera ilícita. Mientras que los laboratorios lo utilizan para morigerar los dolores posoperatorios en casos de cáncer, el narcotráfico lo distribuye para ser consumido por inhalación, fumado, por vía oral en pastilla o tabletas,pinchada en papel secante,parches,vendido solo o en combinación con heroína y otras sustancias, ha sido identificada en pastillas falsas, imitando fármacos como la oxicodona.

Es decir, puede ser una droga de alto valor para el crimen organizado. El propietario HLB PharmaGroup S.A, Ariel García Furfaro, no es médico ni doctor en química o farmacología. Se recibió de abogado estando preso, tiene algunos incendios sospechosos en su pasado inmediato y, en tiempos de Alicia Kirchner, fue dueño de una verdulería social. Se define a sí mismo como "un empresario con una cualidad excepcional para hacer millones".

Cabe preguntarse cómo la ANMAT y el ministerio de Salud dieron vía libre a un laboratorio dirigido por un cazafortunas, que ahora sostiene que no está probado que las cápsulas de fentanilo que vendió estuvieran contaminada s ni que las bacterias detectadas por el Hospital Italiano de La Plata y por el Instituto Malbrán hayan sido la verdadera causa de la muerte de los pacientes.

Él tuvo siempre fluidos vínculos con La Cámpora, a la que pertenece el ministro de Salud de Axel Kicillof, Nicolás Kreplak, hermano, a su vez, del juez federal de La Plata Ernesto Kreplakquien lleva adelante la causa, con 24sospechosos que no pueden salir del país, y ningún detenido.

A pesar de que la investigación involucra al gobierno y a intendentes de la provincia de Buenos Aires, ni el magistrado se excusó, ni nadie lo recusó.

Los lazos de la política

La política todo lo puede. A principios de siglo, Ariel García Furfaro fue condenado por tentativa de homicidio contra un empleado de su local gastronómico, al que roció con alcohol. En la cárcel, no solo se recibió de abogado, sino que conoció quien sería su socio en el Laboratorio Ramallo, la usina de producción de HLB. Las dos compañías involucradas por la contaminación masiva. Ahora, Salinas es destinatario de todas las acusaciones que ensaya Furfaro para explicar lo inexplicable.

García Furfarono solo tenía vínculos con la Cámpora y alguna foto muy elocuente con Cristina Kirchner. También está relacionado con el intendente de José C. Paz, Mario Ishii.

Los vínculos pesaron más que los antecedentes. En plena pandemia, cuando Vladimir Putín se apresuró a anunciar el lanzamiento de la vacuna Sputnik V, en conmemoración al comienzo de la carrera espacial entre la Unión Soviética y Estados Unidos, entre los más entusiastas para sumarse a la euforia rusa se contaron Kicillof, el entonces ministro de Salud bonaerense Daniel Gollán y su viceministro Nicolás Kreplak.

Albarto Fernández celebró también el anuncio de Putin y envío a la futura ministra de la Nación, Carla Vizzotti, a su asesora personal Cecilia Nicolini, y a la farmacéutica Raquel Méndez, esposa de Gollán,

Ariel García Furfaro, en nombre de HLBPharmaGroup y otras personas, fueron invitados. La posibilidad de poner en la Argentina un laboratorio encargado de producir o comercializar la vacuna de Gamaleya no prosperó. Lo extraño hubiera sido lo contrario, dados los antecedentes de García Furfaro y su socio. También es cierto que nadie de la comitiva reparó que Rusia no tenía capacidad industrial como para que el gobierno argentino le garantizara exclusividad. Rusia no cumplió su compromiso y las vacunas estadounidenses no pudieron ingresar hasta ocho meses después. Pero eso ya no fue culpa de García Furfaro y Castillo, sino de un gobierno y un Congreso con escasa transparencia.

Una prudencia que sorprende

En el caso de la contaminación de las ampollas, es notable el silencio que guardó el actual gobierno. Hace más de treinta años, las damajuanas de vino Soy Cuyano y Mansero, de la bodega Torraga, "estirado" con alcohol de quemar causaron la muerte de 29 personas y un número incalculable de consumidores afectados de por vida. Pocos meses antes, el sabotaje intencional a frascos de propoleos de uso dietético, del laboratorio Huailén, mostró otras 21 muertes. Ambos casos causaron conmoción e intervención directa del presidente Carlos Menem y la Justicia. Los bodegueros fueron presos. La dueña del laboratorio Huaylén, Mabel Aparicio, fue absuelta porque se comprobó que la adulteración la hicieron afuera y contra ella.

En el caso del fentanilo, la reacción ha sido excesivamente tibia, considerando el número de víctimas y, sobre todo, el desmanejo de un producto apetecido por el mercado del narcotráfico, dejado por las autoridades sanitarias, de antes y de ahora, en manos de dos personajes que no ofrecen, por cuestiones de idoneidad y antecedentes, ninguna garantía de que el único destino de la droga sea el uso quirúrgico.

Tardíamente, el ministro de Salud Mario Lugones, anunció un sumario en el interno Instituto Nacional de Medicamentos (INAME), dependiente de la ANMAT, para determinar responsabilidades. "Si alguna persona está comprometida, ese mismo día se va", dijo a Infobae. "Furfaro y esta banda de delincuentes estaban relacionados con la política. Si no explicame cómo tenía una verdulería en el conurbano y terminó teniendo aviones, cómo hizo para crecer tanto en tan poco tiempo si no es con connivencia política. ¿No llama la atención que el gobierno de Alberto Fernández se acercó a ellos para ir a buscar la vacuna Sputnik a Rusia y no pudieron avanzar porque estaban flojos de papeles allá?", planteó Lugones.

 

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