inicia sesión o regístrate.
Tenía 11 años y apareció asesinada el 31 de agosto, nueve días después de haber sido secuestrada. La nena marcó el despertar a la realidad en lo que respecta a niños víctimas de la violencia de los mayores.
Su cuerpo fue encontrado en una bolsa, en medio de unos pastizales, con el rostro destrozado, desnuda. El tratamiento mediático de este crimen fue facilitado por su madre que recurrió a la prensa para pedir por la vida de su hija.
Las versiones que se tejieron tras su muerte fueron innumerables. Lentamente la mira de los fiscales se posó en el entorno familiar. La niña había desaparecido a plena luz del día cuando salía de su casa para reunirse con una amigas en Scout Boys. Nadie escuchó nada. Dicen que la pequeña conocía a sus captores.
Su cuerpo fue encontrado a 32 cuadras de su casa. Había muerto hacía tres días. Las investigaciones apuntaron a la casa de un vecino, donde se cree estuvo secuestrada. En el círculo de implicados cayeron 9 personas. Incluso un hombre de 30, que decían, “se hacía el novio” de la nena. El móvil del crimen sería una venganza dirigida a su padre, Alfredo Rodríguez, preso por piratería del asfalto. Otras de la hipótesis que se manejaron fue que Carola Labrador, la madre Candela, distribuía droga y que sería una venganza en su contra.
El cierre mediático de este caso fue la aparición del abogado Fernando Burlando, enviado por el Julio Grassi, para hacerse cargo del caso a nombre de Carola Labrador.
Ya pasaron cuatro meses de este crimen, si bien hay detenidos, la causa solo sigue acumulando fojas.