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Los hinchas de River Plate nunca olvidarán este 2011 que está finalizando y que significó el año más negro de su historia, con la perdida de la categoría.
Digerido el mal trago y con algo de optimismo piensan en los deseos para el 2012 y, por supuesto, el primero que surge es el retorno a Primera. Pero, claro, no hay certezas de que esto suceda. Y con solo pensar en la posibilidad de que no ocurra, Omar Solassi, el vicepresidente del club de Núñez, admitió que “no se podría tolerar” otra temporada del equipo en la B Nacional porque “sería una verdadera catástrofe”.
Solassi graficó que el descenso de la institución fue “perder la vida después de 110 años de historia”. Y lamentó que en el ambiente del fútbol “las cargadas durarán para siempre y esa mancha del descenso no se borrará jamás”.
Al cabo de 18 fechas jugadas (falta una para el final de la primera rueda), el equipo terminó el año segundo, a dos puntos del líder, Instituto, y en zona de ascenso directo. Pero el escenario no asoma sencillo, ya que el conjunto que conduce Matías Almeyda pasó por muchas turbulencias a largo del torneo. A pesar de todo esto el millonario parece tener con qué volver a Primera en junio.
La flamante llegada del delantero David Trezeguet, campeón mundial con Francia en 1998, además de otros nombres interesantes que están en carpeta, se presenta a priori como otro plus en la búsqueda del ansiado ascenso.
Golpeado como nunca antes, River despide el 2011 en medio de una contradicción: con esperanza. La esperanza de enterrar lo antes posible el año que nunca en su rica historia imaginó padecer.