¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
10°
24 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

De tal indio, tal indiecito

Sabado, 02 de julio de 2011 17:32
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Hay gente que se resiste a aceptar que la realidad está conformada, entre otros asuntos, por seres, cosas, situaciones y sucesos reales. Este enunciado, que suena a redundancia, es desdeñado por los que niegan que “la única verdad es la realidad”, frase perteneciente a un ilustre filósofo griego, y que difundió a hizo famosa un aclamado general argentino. Muchos de los que se dicen discípulos y seguidores del aludido general relativizan el valor de esa sentencia.

Para ellos la realidad es sólo una “sensación”. Ello equivaldría a corregirles la página al filósofo griego y al compatriota militar, dejándoselas así: “La única verdad es la sensación”. ­Un despropósito por dónde se lo mire!

Así nos acostumbramos a escuchar, a los funcionarios del gobierno nacional kirchnerista, decir, por ejemplo, que la inflación, que ya agobia, es una mera impresión: “No hay inflación, sino sensación de inflación”. Y a los que digan lo contrario, escarnio y multa. ­Merecido lo tienen por destituyentes! ­Por gorilas al servicio de la corpomediática!

Y estamos aprendiendo: si falta gas, tanto para las industrias (las pocas que quedan), como para los hogares, no es que haya escasez de gas, sino “sensación de escasez”.

Y como dicen de las firmas en solicitadas, “siguen muchos etcéteras”.

Pero sucede que ahora no solamente son los funcionarios nacionales los que colocan el rótulo de “sensación” a toda situación capaz, o sospechosa, de incomodar la pregonada bonanza del llamado “modelo nacional y popular”.

En Salta han aparecido émulos que dan gusto de lo bien aplicaditos que son. Un encanto.

La carencia de abastecimiento de combustible que padece nuestra provincia, circunstancia que no es de ahora, abrió las puertas para que los chicos kirchneristas salieran a jugar el juego que más les gusta, que no es otro que el de negar todo lo que no le conviene al gobierno de su patroncita. Este desabastecimiento es algo lógico en un país cuyo gobierno mezquina invertir en el campo energético, y que se va en poses histriónicas.

El secretario de Energía de la Nación, Daniel Cameron, cuando nos visitó, descartó que hubiese desabastecimiento, pese a las evidencias. Ni el encendedor le funcionaba. Poco antes el secretario de Defensa del Consumidor local, el indiecito Santiago Godoy, que es hijo del Indio Godoy, presidente de la lugareña Cámara de Diputados, había pontificado que el mentado desabastecimiento de combustible era sólo una sensación. Al respecto, se comenta, seguramente sin mala intención, que los Godoy, progenitor y vástago, más que homónimos son sinónimos.

Después el indiecito Godoy, esto es, el secretario de Defensa del Consumidor, pidió responder por e-mail preguntas que se le hicieran por ese medio. Ahí aseguró que él “nunca había hablado de sensación”, y destacó “una psicosis” colectiva generada por la información periodística sobre la falta de combustible en Salta.

De sus dichos se infiere que la preocupación general por el desabastecimiento fue culpa nuestra. Si no hubiéramos difundido lo que ocurría, nadie se hubiese dado cuenta de ello, y todos en paz. Los vehículos también.

Finalmente nos indicó, muy didácticamente, que en vez de publicar que faltaba combustible deberíamos haber informado sobre la fecha de llegada de los camiones cisterna abastecedores, pues eso era positivo. Está bien, reconocemos que somos un poquitín negativos, si no no estaríamos difundiendo irresponsabilidades ajenas.

Aunque sabemos que la pluma que se hereda no se hurta, usted, joven Santiago Godoy, quedó en orsai. Y esto no es una sensación de sanción, sino sanción real.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD