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Pasado oscuro. Más conocido como la “Chancha”, el tucumano Rubén Ale fue un barrabrava, se lo juzgó por asociación ilícita -causa en la que fue absuelto-, se postuló como concejal y legislador por el menemismo, es dueño de una flota de 3 mil remises y también es el presidente del Club San Martín de Tucumán.
Pero eso no es todo. Susana Trimarco, la madre de Marita Verón, la joven secuestrada en 2002, lo acusó de “manejar la mafia de Tucumán” y de ser “el responsable de la desaparición” de su hija.
Rubén y su hermano Angel lideraron la barra del Santo durante la década del 80 en el club que hora dirige: formaban “La banda de los Ale”. Se enfrentaron varias veces con “Los Gardelitos”, sus rivales, hasta que lograron desplazarlos de la tribuna y tener el control absoluto. Los comentarios sobre el poder, económico y político, de Ale son muchos aunque hasta ahora nunca le valieron más que esporádicas “visitas” a Tribunales.