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Un hombre confesó hoy en el juicio oral que se le sigue en la capital cordobesa que hace 11 años asesinó de dos balazos a su hermano por problemas familiares, odio y envidia, luego enterró el cuerpo y finalmente incineró sus restos para borrar rastros, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Egidio Ariel Vera (56), quien es juzgado por el homicidio de Miguel Alfredo Vera (46), apodado ‘‘El Gaucho’’ y cuyo cadáver nunca fue encontrado.
El debate se lleva a cabo en la Cámara Tercera del Crimen cordobesa, ante la cual el acusado confesó el crimen para obtener una pena atenuada que, según su abogado defensor, César Martínez, podría ser de 10 años de cárcel.
Ante la contundencia de las pruebas y la necesidad de morigerar una dura condena, Vera dijo que se hacía ‘‘cargo del crimen’’ de su hermano.
‘‘Asumió su responsabilidad en el hecho, por todos los cargos que había sido traído a proceso’’, dijo a la prensa el abogado Martínez al finalizar la audiencia.
El letrado adelantó que el tribunal dará a conocer mañana la sentencia para el imputado.
El hecho ventilado en el debate ocurrió el 8 de abril de 2001 en el pequeño poblado de Cerro Negro, ubicado 130 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba, donde residían los dos hermanos Vera, quienes se dedicaban a tareas rurales.
‘‘El Gaucho’’ habitaba junto a su esposa, Victoria Eugenia Cervantes Rey, una precaria vivienda ubicada a metros de la de su hermano menor y la de la madre de ambos.
Fue Cervantes Rey la que denunció la desaparición de su esposo en la comisaría de la vecina ciudad de Deán Funes y así se inició la investigación.
Desde un primer momento, la sospechas de los investigadores recayeron sobre el hermano de la víctima, que nunca ocultó el odio y la envidia que sentía hacia ‘‘El Gaucho’’.
Si bien el cuerpo de la víctima nunca fue encontrado, para los investigadores el menor de los hermanos asesinó al mayor de dos balazos efectuados con un revólver calibre .38, luego enterró el cuerpo y finalmente incineró los restos para borrar rastros.
El arma homicida tampoco fue hallada y hasta hoy el confeso fratricida no dio información sobre la misma ni la localización del cuerpo.
Sin embargo, durante el debate, un vecino de los Vera que estaba junto al imputado y la pareja y la madre de éste al momento del hecho declaró que, si bien no vio a la víctima, entre los ladridos de los perros del ‘‘Gaucho’’ alcanzó a escuchar dos disparos.
El testigo declaró que minutos después, cuando Egidio volvió de la casa de su hermano, dijo que le había tirado a los perros pero cuando su madre y su pareja se retiraron, le confesó que había matado a Miguel.
Aparentemente, después de esa confesión, Egidio amenazó a su vecino para que no dijera nada a nadie.
El caso conmocionó Cerro Negro, un paraje de pocas viviendas que surgió a fines de 1944 por impulso de Diego Abad de Santillán, un escritor y dirigente anarquista español.
En ese poblado, la víctima tenía reputación de bebedor, pendenciero y mujeriego, y él mismo se jactaba de haber sido guerrillero del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en la década del 70.
De acuerdo a los testimonios, el enfrentamiento entre los hermanos se había iniciado cuando ‘‘El Gaucho’’ despojó de su casa al hermano de la esposa de Egidio, quien lo denunció ante la Justicia.
Al parecer, cuando la víctima se enteró de que lo había denunciado fue a recriminarle esa actitud a su hermano, lo que aumentó la bronca entre ambos.