Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
18°
9 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Tras el bochorno todo siguió su curso normal

Viernes, 16 de noviembre de 2012 23:33
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Al final la velada que se iba a desarrollar anoche en el estadio Delmi no se hizo. El bochornoso hecho llevado a cabo el jueves por el actual campeón argentino, sudamericano y mundo hispano Ricky Santillán en el momento del pesaje provocó la suspención de lo que pasó de ser un peleón a un papelón.

Mucho se dijo y se habló después de lo sucedido en el pesaje del jueves por la tarde (que luego se extendió hasta la noche) respecto a que podía haber algún tipo de sanción al púgil de Tartagal por parte de la Federación Argentina de Box (FAB). Sin embargo, todo quedaría sin efecto ya que lo pactado entre Sergio Oliver Calvet, organizador y promotor de la velada, y los púgiles en cuestión fue de palabra.

“Si no hay contrato no se puede hacer nada, ese es un error que comenten los promotores cuando organizan una velada”, le respondió a El Tribuno Osvaldo Bisbal, presidente de la FAB. “Si el promotor hizo un contrato donde se estipula el peso pactado se lo podría sancionar al boxeador que no cumplió con lo arreglado, pero en este caso si no hay pruebas es muy difícil”, agregó Bisbal.

El que tuvo que salir a dar la cara y más de una explicación fue el organizador y promotor nacional Sergio Oliver Calvet, quien en su inexperiencia llegó a un arreglo con ambas partes de palabra y todo le salió muy mal. “Estoy como loco, nunca me imaginé algo así, en este momento estoy saliendo para el centro para pagarle a todos los que confiaron en esto. A la gente se le devolverá su entrada, como siempre voy a poner la cara y arreglar todo esto”, sostuvo.

Los que se fueron más que calientes y con una denuncia entre sus manos fueron los de Lucas Báez y su gente, quienes no recibieron nada de la bolsa y pretendían que así sea. “Con ellos voy a hablar y arreglar de alguna manera. Lo pactado era que si había pelea se les daba la bolsa, pero nunca dijimos de pagar en este tipo de situaciones. De todos modos los voy a llamar para llegar a un acuerdo”, señaló Oliver Calvet.

“Creo que voy a seguir”

Después de lo sucedido el promotor Sergio Oliver Calvet expresó todo su dolor por lo que pasó, reconoció que se equivocó al no haber puesto un contrato de por medio y hasta puso en duda su labor en el boxeo. “Quizás no tenga que dedicarme a esto”, señaló.
Una mala experiencia que le servirá y mucho al promotor salteño. “Soy un hombre del espectáculo, de organizar eventos de todo tipo pero esto del boxeo es un mundo aparte”, añadió y agregó “nunca me imaginé que todo esto podía pasar, cuando Ricky y Báez me dijeron que se trasladaban en sus autos, me puse a rezar para que nada malo les pase, fue tremen do”. “Fue una lástima todo lo que pasó, durante dos meses trabajamos muy duro. Ricky me dijo que está dispuesto a pelear gratis cuando sea necesario”, concluyó Calvet.

“Si Ricky no quiso pelear es vergonzoso”

“Cuando las peleas se arreglan fuera de un título, los púgiles no están obligados a pelear dentro de su categoría, pactan el peso y listo. El reglamento marcará entre los boxeadores la diferencia que puede haber en la categoría pactada, si el límite de peso es superado y el combate se realiza de todos formas la responsabilidad es de la comisión que lo autorizó.
La pelea no puede ser autorizada si la diferencia que hay en el peso no es la que marca el reglamento. En este caso si Santillán nunca quiso hacer la pelea e incluso aumentó de peso la verdad que es vergonzoso, esta muy mal.
Si el promotor hizo un contrato donde figura lo estipulado previo a la pelea el boxeador podría ser sancionado. Podría recaerle una inhabilitación de hasta tres meses, pero si no hay contrato de por medio es muy difícil.
De todos modos si existiese una denuncia y encontramos que hay responsabilidad de alguna de las partes, se evaluará”.
 

.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD